José de Zer: la increíble historia del periodista y "cazador de ovnis" de "Nuevediario" que rompía récords de rating y Leo Sbaraglia vuelve a traer a la pantalla – GENTE Online
 

José de Zer: la increíble historia del periodista y "cazador de ovnis" de 'Nuevediario' que rompía récords de rating y Leo Sbaraglia vuelve a traer a la pantalla

Leo Sbaraglia como José de Zer
Cuestionado y criticado por su impronta, cada uno de sus informes, investigaciones y entrevistas quedaron grabadas en la memoria popular, especialmente sus corridas con la voz agitada de fumador empedernido y su latiguillo: “¡SeguIme, Chango, seguime!”.

En una reciente publicación de Netflix en sus redes sociales se pudo observar las primeras imágenes de la película El hombre que amaba los platos voladores, dirigida por Diego Lerman, en la que se narra la vida del periodista José de Zer.

Más allá de su trama, un hecho en el que se centraron los comentarios fue en la impecable caracterización de Leonardo Sbaraglia en el famoso periodista, recordado por mezclar la realidad con la ficción. Hecho que llevó a De Zer a volver a estar en boca de todos, y su historia a ser recordada.

Durante una década José De Zer se convirtió en un personaje excéntrico del periodismo argentino. Cuando en 1984 comenzó en Nuevediario, el noticiero de Canal 9, era un notero polifuncional que realizaba entrevistas de interés general. Sin embargo, de inmediato empezó a ganar protagonismo por realizar impactantes -y más que personales- coberturas de los casos policiales relevantes del momento.

Izquierda: imagen de archivo de José de Zer. Derecha: Leo Sbaraglia caracterizado como José de Zer para el nuevo film que dirige Diego Lerman.

De boletero de teatro a periodista de GENTE y cronista sensación de la TV

José De Zer nació un 21 de febrero de 1941. Su nombre completo real era José Bernardo Kerzer​, pero por una sugerencia del periodista Horacio de Dios se lo cambiaría al que convertiría en famoso (el "Zer" derivaría de las últimas letras de su apellido).

Antes de llegar a la televisión, fue boletero de un teatro a instancias de su padre, que era iluminador. No terminó el colegio secundario y en 1967 se convirtió en subteniente de reserva en el ejército de Israel durante la Guerra de los Seis Días. 

Arriba: Junto a Pipo Mancera. Abajo: Entrevistando a Carlos Monzón en la cárcel de Batán.

Según su historia, comenzó en el periodismo en pequeños periódicos, hasta que un amigo lo hizo entrar en a la revista GENTE. Aunque no tenía estudios formales, él siempre remarcó que "este oficio se aprende en la calle".

En la década del 70 también formó parte del programa Generación espontánea (Radio Belgrano) y caminó sus primeros pasos como notero televisivo en distintos canales, entrevistando principalmente a las estrellas del espectáculo nacional, a quienes criticaba sin dudarlo cuando lo creía necesario. “En el medio artístico son aparentadores”, se atrevió a decir en alguna oportunidad.

José de Zer y "Chango", el fiel camarógrafo que retrató los bizarros móviles que marcaban picos de rating

Con el correr de los años, José de Zer se transformó en una estrella bizarra de la televisión. Sus informes diarios paralizaban al país a las 20 horas, mientras Nuevediario se convertía en el noticiero más visto del país por amplio margen, alcanzando picos de rating de hasta 50 puntos.

Entre los momentos más destacados del periodista y su fiel camarógrado, Carlos "Chango" Torres, se encuentran aquellas coberturas ficcionadas en las que "cazaba" ovnis por el Cerro Uritorco de Capilla del Monte, Córdoba.

Es que De Zer encendía la cámara y se inspiraba: podía comenzar a hablar de insectos calcinados como si un objeto volador no identificado los hubiese quemado desde arriba, y daba libertad a su libertad creativa para avanzar hasta donde fuera necesario. Desde aquel momento José empezó a realizar investigaciones sensacionalistas que mezclaban la realidad y la fantasía.

Un momento clave de su carrera sucedió en la Semana Santa de 1987 de la mano del levantamiento militar conocido como la rebelión carapintada. El general Ernesto Alais, quien tenía la misión de poner fin al acuartelamiento de los sublevados bajo las órdenes de Aldo Rico, se negaba a hablar con los periodistas, pero hizo una excepción y pidió conversar con José de Zer.

Otra nota que le daría notoriedad fue cuando entrevistó a Carlos Monzón en la cárcel de Batán, condenado por el femicidio de su mujer, Alicia Muñiz. Sin embargo, y más allá de sus investigaciones, informes y entrevistas, lo que quedó grabada en la memoria popular fueron sus corridas con la voz agitada de fumador empedernido y su latiguillo de “¡Seguíme, Chango, seguíme!”.

El diagnóstico que apagó a José de Zer a muy temprana edad

Su salud empezó a deteriorarse a muy temprana edad: fue diagnosticado con mal de Parkinson. Sus articulaciones habían empezado a endurecerse y aquel diagnóstico, con sus consecuencias, terminó deprimiéndolo.

Su fama se prolongó por al menos una década, hasta que en 1994 Nuevediario dejó de existir y la nueva dirección de noticias del canal redujo su protagonismo. Se acabaron los alienígenas y los pozos encantados, y al poco tiempo se quedó sin trabajo.

“Alejandro Romay ya lo veía mal a papá. Se perdía y no coordinaba con ciertos temas", recordó Paula de Zer, la hija del periodista, que trabajó en Canal 9 como productora.

Izquierda: imagen de archivo de José de Zer. Derecha: Leo Sbaraglia caracterizado como José de Zer para el nuevo film que dirige Diego Lerman.

Sobre los padecimientos de De Zer, la heredera del periodista contó: "Con mi mamá decidimos llevarlo a internar a un neuropsiquiátrico porque tomaba mucho Rivotril, demasiado café y era un fumador nato".

Y detalló: "Pensamos que tenía algo neurológico porque olvidaba las cosas y deliraba en algunas situaciones en la casa. Cuando recibimos el resultado de los estudios, descubrimos que un cáncer de esófago le estaba tomando parte de la cabeza”.

Las últimas horas de José de Zer

Los últimos días de José de Zer fueron muy difíciles. Horas antes de morir, se produjo un hecho que sorprendió a su esposa María Inés Bunge, también productora de televisión: acostado en su cama matrimonial y ya casi sin poder hablar, de pronto se sentó, miró un cuadro colgado en su habitación y dijo: “Mamá, papá ya voy… espérenme que ya voy”.

Entonces, asombrada, su compañera de vida le preguntó: “¿Qué te pasa, Tata?”. Y él le respondió que había escuchado una música muy linda y visto a sus padres esperándolo. Al día siguiente, el 2 de abril de 1997, dejaba de existir físicamente.

Con apenas 56 años, aquel hombre que supo imponer un estilo propio, a pesar de las innumerables críticas y dudas sobre la clase de periodismo que había elegido transitar durante toda su vida, dejaba este plano, para ser recordado como lo estamos haciendo ahora.

José de Zer protagonizando uno de sus bizarros y exitosas coberturas de TV.

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