Sarah Ferguson es muy querida y popular en el Reino Unido. Se la conoce bajo el apodo de Fergie, sobrenombre acordado por los ciudadanos. Pero tuvo que soportar otro por el que la pasó muy mal y que transformó sus días en una verdadera pesadilla.
Mientras atravesaba su divorcio del Príncipe Andrés, uno de sus peores momentos públicos, los diarios y revistas británicos comenzaron a llamarla "Duchess of Pork", que traducido al español significa "Duquesa de Cerdo", haciendo un juego de palabras con su título de nobleza.
La Duquesa comenzó a buscar consuelo en la comida. Comía sin control, lo que le produjo trastornos alimentarios, y luego sufría las burlas y hacía un gran esfuerzo por adelgazar.
“Me refugiaba en las salchichas y los sándwiches de huevo con mayonesa. Fue una dinámica que continuó también cuando me hice adulta”, contó a The Sun.
Y agregó: “Cuando mi marido se ausentaba, me entristecía y entonces comía aún más y engordaba. La comida era mi mejor amiga y recurría a ella siempre que las cosas se ponían difíciles”
“Llegó un momento en el que ni siquiera soportaba mirarme al espejo. Por suerte, eventualmente fui capaz de hacer algo al respecto”,aseguró Fergie.
Por todo lo vivido Sarah, se sumó a una campaña nacional para luchas contra el índice de obesidad y sobrepeso en niños y jóvenes. “Se trata de una de las mayores crisis de salud que afronta nuestro país, y las enfermedades relacionadas con la obesidad le cuestan al NHS -el servicio nacional de salud- más de seis mil millones de libras al año”, reflexionó Ferguson.
