En el libro Palacio de Kensington: una memoria íntima, de la reina María a Meghan Markle, Tom Quinn expone intimidades inéditas a partir de entrevistas secretas al personal de la residencia real.
En el libro Palacio de Kensington: una memoria íntima de la reina María a Meghan Markle (que saldrá a la venta en agosto), Tom Quinn incluye intimidades de la realeza y cómo es la vida en el interior de la residencia.
A partir de entrevistas secretas a los empleados reales que servían a Meghan y a Harry se conoció el apodo con el que se referían a la esposa del príncipe Harry.
"Los apodos son inevitables", explicó el periodista y autor de la investigación. Y reveló que el más utilizado con la ex actriz de Suits era "la duquesa difícil". El porqué de ese adjetivo fue a partir del gran volumen de pedidos y reclamos efectuados a su personal.
Es que Meghan no dudaba en interrumpir a sus empleados en cualquier momento de la noche o vía electrónica, incluso hasta a las cinco de la madrugada.
Según Quinn, a la hora de que trascendiera ese apodo referido a su personalidad demandante influyeron "las formas diferentes de ver la situación". Pero que ese modo de catalogar su modo de actuar tiene que ver con que su personal "no estaba acostumbrado a que un miembro de la familia real actuara de una forma tan determinada".
"Ella nunca dijo una palabra. Porque sabe que la prensa, dentro de unos días, pasará a otra cosa", señaló Quinn. Y agregó: "Si la prensa dice algo desagradable y tú respondes, entonces la ira se convierte en la historia".
Según publica el Daily Mail, la biografía se centra también en la tensa relación entre Meghan Markle, Kate Middleton y los príncipes Harry y William, quienes en 2018 compartieron la vivienda donde los hijos de Lady Di pasaron su infancia.
De ahí que profundizara en las rencillas y diferencias entre las mujeres de Harry y William, quienes, según la investigación, había “celos, las tensiones y las envidias”.
¿El principal tema? “La supuesta envidia de Markle por el hecho de que el apartamento que ocupaban Middlenton y William fuera más grande que el suyo”.
Según los tabloides, Meghan también contaba con otro apodo puertas adentro de Kensington: "Me-gain"(yo gano)".
Además, Markle tenía una "mala imagen" por ser tan reservada con la imagen de Archie. "Nadie quiere una foto artística de su pie a los tres días. Son imágenes muy estilizadas. La gente sólo quiere ver a Harry, a Meghan y al bebé con camisón y a los padrinos. Es lo tradicional", le reclamaban sus detractores.