El último fin de semana fue muy especial para Pampita y Benjamín Vicuña ya que su primera hija, Blanca, hubiera cumplido 15 años. La niña falleció a los 6 años en 2012 a raíz de una bacteria que contrajo durante las vacaciones familiares en México.
Movilizados por la situación, la conductora y el actor estuvieron acompañados por sus respectivas parejas: Roberto García Moritán y la China Suárez. Además de haber inaugurado una plaza con su nombre en los días previos, la familia de ambos protagonizó una suelta de globos blancos en homenaje a Blanquita.
En ese contexto, el actor chileno habló de las sensaciones que le quedaron tras el emotivo evento por su primogénita. "Creo que pasé por diferentes etapas y, finalmente, entre intuición, buenos consejos y la vida misma, entendí que efectivamente debía y tenía el derecho de seguir viviendo, de poder incluso transitar ese camino tan doloroso, aceptarlo, convivir con eso. Y convivo hoy con eso", declaró a corazón abierto en diálogo con la revista ¡Hola! Argentina.
En ese sentido, aseguró que su hija continúa presente en su corazón. "Cada vez que pienso en mi hija incluso hasta sonrío, y eso es muy bonito porque tiene una dimensión profunda, gigantesca y luminosa. Algo que aparentemente es tan triste y trágico, verdad. Me siento cuidado, siento que mi vida por momentos también tiene un sentido y, de paso, también tengo una obligación y un derecho de seguir siendo para mis hijos un padre atento y feliz", reflexionó sincero.
"Entendí que efectivamente debía y tenía el derecho de seguir viviendo"
Benjamín Vicuña
"Pero no es una estrategia, me parece más bien un impulso, un susurro de alguien del más allá que claramente me empujó a seguir por este camino. Y yo con esto no bajo línea a nadie. Yo puedo entender y comprender a cada persona que desea vivir su duelo como le parezca, y la persona que desea no seguir viviendo también lo entiendo y lo respeto", aclaró.
Para cerrar, insistió en que su familia fue lo que lo impulsó a seguir de pie. "En mi caso particular, con mis hijos y con la vida por delante, también en un momento me enfrenté a la situación de decir: 'Esto puede ser incluso peor, puede ser cada vez más difícil para mí y para mi entorno', entonces, esa misma rabia que tuve frente a todo, frente a la vida y la religión, en un momento dije 'no, es mi formación, es mi mundo interior, me aferro a eso porque además quiero una larga vida'. Quiero una larga vida y, de hecho, aquí estoy, honrando a mi hija con una sonrisa", concluyó convencido.