Máxima (Max) se estrenó en agosto en la Argentina y está disponible desde abril en Holanda. Y aunque desde hace meses que podría haberla vista, Máxima Zorreguieta decidió no hacerlo. Según pudo saber Revista Gente por allegados a la Reina consorte de Países Bajos, ella no quiere mirar la ficción y no para de preguntarle a sus amigas si la vieron y si le pueden dar una opinión sobre cómo está contado su cuento de hadas.
¿La razón? Al parecer, le da vergüenza, pero está muy entusiasmada e intrigada con la mirada de los espectadores.
La serie aborda la historia de la Reina de los Países Bajos y cuenta cómo fue el camino de la argentina que terminó siendo parte de una de las monarquías más importantes de Europa. A través de flashbacks de su infancia y de un presente histórico (cuando conoce al entonces príncipe Guillermo Alejandro), se revela la historia de la primera monarca argentina.
Con algunas licencias artísticas, la serie hace especial hincapié en la infancia de Máxima, en el vínculo de su padre (Jorge Zorreguieta) con la dictadura militar y la muestra rodeada de sus amigas argentinas, las que, aún hoy, siguen presentes en su vida.
La serie, que está inspirada en hechos reales mezclados con dramatizaciones y ficción, está basada en el libro de la periodista neerlandesa Marcia Luyten, Máxima Zorreguieta. Madre Patria.
Fue la autora quien logró la autorización del Servicio de Información del Estado (RVD) de Países Bajos para hablar con amigos, familiares y colegas de la reina. Si bien Luyten aclaró que no es una biografía oficial, sí pudo contar con el testimonio de 132 fuentes cercanas a Máxima.
Al ser consultada sobre si sabía si Máxima había leído su libro, que fue editado tres años atrás, Luyten contestó en una nota a LA NACION : "Oficialmente ‘no lo ha leído’. Pero por supuesto que lo leyó. En una entrevista que dio en televisión, al cumplir los 50, en mayo 2021, el presentador Matthijs van Nieuwkerk tenía mi libro en la mesa y le dijo: ‘Acaba de salir este libro, ¿qué piensa de él?’. A lo que ella contestó: ‘No lo he leído y no lo haré porque no me atrevo’".
Y continuó: "Yo pensaba: ‘No te creo, sos una chica valiente’. Y por supuesto que ella lo leyó, estoy segura, porque ella no teme a la confrontación. Pero no sé qué piensa del libro. Sé que Máxima les dijo a sus amigas `hablen con ella y sean sinceras´, pero tampoco sé si le reclamó a alguna por lo que dijo".
Paula Galloni, coautora de Máxima: la construcción de una reina, duda de que la reina esté ajena a la serie. "Me parece muy raro que Máxima no haya visto la serie porque justamente Marcia, la autora, tuvo acceso a un montón de personas y las pudo poner en on. Algo imposible en una biografía no autorizada, no porque no tengas acceso a esas personas sino porque es difícil que esas personas habiliten que pongas su nombre y apellido en su textual", revela la periodista en diálogo con Revista Gente.
Y suma: "Sospecho que eso no es cierto y que es una pose para alejarse un poco de la posibilidad de que ella mandara a hacer la serie, o el libro. Ella está detrás, las pruebas están a la vista: hablan familiares con la voz on, amigas, exjefes, y cuando Marcia vino a la Argentina, Máxima le habilitó el camino para que se encontrara con sus fuentes. Luyten fue recibida por el embajador de Países Bajos y se movió en coche oficial".
Al respecto opina Soledad Ferrari (autora de Máxima, Las Blaquier y El Negocio de la salud): "Yo creo que ella vio la serie. Siempre se despega de todo lo que se dice de ella porque es parte de su función, del protocolo que pareciera que ninguna bala le entra".
"Además la serie está buena, refleja muy bien a una persona real, normal que es Máxima y su vida antes de ser reina... Su relación tensa con la madre, la dejan bastante mal parada, las escenas de sexo, que entiendo que al público holandés no les gustó, les chocó (los reyes son vírgenes por ellos). Máxima seguro la vio porque habla mucho de su padre", declara.
Máxima Zorreguieta y el hermetismo de su círculo íntimo
En la serie puede verse a Máxima muy cercana a su grupo íntimo del Northlands. Según Luyten, ella se relacionó con chicas que tenían una realidad parecida a ella. "Estaba en un grupo de amigas donde todas llevaban su almuerzo, hacían picnic todos los mediodías, y así ella era feliz. Ninguno de sus padres era muy rico. No es que las amigas iban a Punta del Este y ella no, eran de su mismo nivel socio económico", explicó la autora.
En la ficción se da a entender que si bien pertenecía a una clase alta, no estaba del todo acomodada.
Para llegar a conocer la historia de Máxima, uno de los principales obstáculos es el hermetismo. "En un principio, cuando me acercaba a sus amigas, inmediatamente le escribían diciendo: `Hay una periodista que dice que tiene el permiso de hablar con nosotras´. Y ella respondía: `Está ok´.", contó la holandesa en una nota con LA NACION.
Y dijo, además, que eso pasaba con todo el entorno, también con el colegio, sus profesoras. "Nadie de su entorno había hablado con la prensa antes y se notaba que estaban muy incómodos. Durante 25 años estuvo esta pared y de repente alguien -yo- tuvo el permiso de atravesarla. Tuve información exclusiva", sumó.
"En cuanto al silencio de su círculo más íntimo es un pedido explícito de Máxima. No quiere que nadie hable con la prensa. De hecho, ella tampoco lo hace. Muy pocas veces se le conoció la voz. La Familia Real tiene un vínculo especial con los medios", comenta Galloni.
"Máxima nunca pudo ni da notas, salvo una a Cristina Pérez hablando estrictamente de los microcréditos que promueve en el mundo, pero no da notas y sus amigas son muy fieles porque jamás hablaron. Cuando investigamos para el libro habló su familia y su jefe pero sus amigas no hablaron", cuenta Ferrari.
Las amigas de Máxima en la Argentina son: Samantha Deane, Florencia Di Cocco, Valeria Delger y Tristana Macció, y el grupo amplio incluye a Carola Gil, Deborah Oppenheimer, Florencia Solanas Pacheco y Fernanda Sanjurjo. Una exprofesora contaba años atrás: "Era una niña aplicada, responsable, aunque muy charlatana. Era divina… pero imparable. En clase no dejaba de hablar".
Desde esos años se destacaba como líder, era extrovertida y amiguera. "Es súper familiera y amiguera, muy cercana sobre todo a sus hermanos más chicos, pero es de las que promueve la unión entre todos", cuenta a Revista Gente Soledad Ferrari.
Y suma: "Es malhablada, y muy argentina. aunque ella todo el tiempo sabe como nadie su trabajo como reina , es muy holandesa y se ha transformado en un ícono, en ella hay una combinación perfecta entre lo europeo y lo latino".
Con lo que coincide Galloni: "Máxima no es ni tímida, ni introvertida ni vergonzosa. En el fondo, ella sabe que esta serie puede levantar su popularidad que en los últimos tiempos por algunas actitudes que han tenido ellos como reyes cayó un poco".
Máxima Zorreguieta ¿más holandesa que argentina?
"Cuando llega a Países Bajos, Máxima llega con toda la energía latina y los colores en su vestimenta y la onda. Tiene una sonrisa, algo que la familia real holandesa carecía porque son más austeros, la cultura es así, más perfil bajo... Llega Máxima para iluminar y automáticamente la gente compró la frescura que vio", recuerda Galloni.
Algo que con algunos sucesos, como el viaje a Grecia en plena pandemia, una refacción millonaria del palacio y el dato de que tiene el sueldo más alto de las monarcas, cambió e hizo que la popularidad de la Casa real holandesa descendiera vertiginosamente.
"Creo que aprovecharon la serie para humanizar a la reina", sentencia la biógrafa.
Según sostiene Ferrari con los años Máxima fue perdiendo esa "espontaneidad latina" porque fue entendiendo "las reglas de su trabajo". "El protocolo va desde no poder usar jean ni fumar en público hasta cosas más exigentes como, por ejemplo, si ella se divorciara y sus hijas fueran menores de edad serían propiedad de la Casa real de Holanda. Toda la letra chica de ese contrato matrimonial es tremenda", afirma la autora.
Es que es sabido que ella llegó a Holanda y conquistó al mundo con su espontaneidad. Y si bien rompía reglas lo hacía con su encanto, algo que viene domando a base de disciplina y organización, atributos que tuvo que aprender porque, según dicen, en su infancia era caótica. Otra de sus características que la ha hecho ganarse a los holandeses es mostrarse vulnerable: ella es humana y puede llorar en público, algo que no se permitía en la realeza.
Luyten afirma que ahora Máxima habla menos, está paranoica y menos espontánea, queda poco de esa chica que se ensuciaba en el campo y era rea... Cada día, sostiene la autora, está más holandesa.
Aunque si tiene que elegir una niñera va a ser una argentina y puertas para adentro de su castillo suenan palabrotas.