Oscar Martínez: “Leí algunas de las cosas que dice Lali y con muchas no estoy de acuerdo” – GENTE Online
 

Oscar Martínez: “Leí algunas de las cosas que dice Lali y con muchas no estoy de acuerdo”

Oscar Martínez en GENTE
El prestigioso actor, que es miembro de la Academia Argentina de Letras, charló con GENTE en el marco de la presentación de la comedia negra "Bellas Artes" (Star+). De paso por nuestro país, también expresó su inquietante opinión sobre el futuro del cine.
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Cinco días. Ese es el tiempo que dispone Oscar Martínez (74) para disfrutar de Buenos Aires. Su Buenos Aires. Radicado en Madrid desde hace años, el actor y director que participó de 30 películas, 27 obras de teatro y 23 ficciones volvió a la tierra que lo vio nacer para asistir al preestreno local de Bellas Artes (Star+), la irónica serie de Gastón Duprat y Mariano Cohn –también creadores de El encargado y Nada– que lo tiene como protagonista.

Aterrizado hace un puñado de horas, nos recibe con una sonrisa –y sin notorios rastros de jet lag– y nos cuenta: "En estos días no voy a llegar a ver a todos mis amigos porque tengo una agenda de prensa bastante complicada. Por suerte, Palito (Ortega), que es un amigo entrañable, me va a hacer un asado y me dijo que invite a quién quiera. Así que ahí me juntaré con algunos de mis amigos, y no creo que vaya a tener mucho más...".

En su visita a la Argentina, Oscar Martínez charló con GENTE en un espacio de Palermo Hollywood.

–¿Tuvo oportunidad de reencontrarse con sus familiares?

–¡Sí! Apenas llegue vi a mis cuatro hijas y a mis nietos. De hecho, a la presentación que se realizó en el MALBA fueron dos de las cuatro y también mi nieta, que ya es grande y fue con el novio.

–Cuéntenos más de su nieta.

–Se llama Violeta, es amorosa y tiene 18/19 años. Hace poquito ingresó en la universidad donde está estudiando Psicología, una elección que particularmente me sorprendió porque hace unos años ella hablaba de otras carreras, pero bueno, lo entiendo.

–Habla de su nieta y se le nota un brillo en la mirada. Nada que ver con el abuelo que interpreta en la ficción.

(Ríe) Totaaalmente, el abuelo que se ve en la serie deja mucho que desear.

–¿Es divertido encarnar personajes totalmente distintos a usted?

–¡Muy divertido!, y este es un personaje muy entretenido. En general con Gastón y con Mariano nos entendemos muy bien, porque ya somos como un equipo de trabajo, y ellos tienen la particularidad de que me incorporan al proceso creativo desde el primer momento. No es que a mí un día me llegan los guiones. Con ellos hablamos de la idea, del universo, del carácter del personaje, de lo que pueda ir ocurriendo a lo largo de la serie... y en todos los casos me escuchan, me dan bola. Así que estoy implicado. Y este es un personaje que se parece al de 'El ciudadano ilustra', porque se anima a decir cosas que de pronto queremos decir pero no decimos.

–Antonio Dumas, como se llama su personaje, expresa lo que muchos argentinos piensan pero no verbalizan porque sería enfrentarse a todo lo políticamente correcto.

–¡No sólo los argentinos! En España es igual o peor el tema de la identidad de género, el lenguaje inclusivo... todo eso es un fenómeno mundial, pero ya empezó a ser cuestionado ese fanatismo.

–¿Diría que esta serie viene a cuestionarlo aún más?

–Bueno, mi personaje no está a favor de todas esas cosas, y él es muy irónico e inteligente. De hecho, tiene una relación muy complicada con la Ministra de Cultura de la cual depende.

–¿Se siente identificado en algún punto con este personaje?

–En algunas cosas sí. No en todas. Porque él es un tipo bastante desafectado, fóbico, que vive solo con un gato, no tiene pareja y es ausente como padre. En todo eso no me parezco en nada, pero en otras cuestiones sí, porque pienso como él en esta cuestión de lo políticamente correcto. Pienso bastante parecido.

Antonio Dumas es el nombre del historiador de arte que interpreta en "Bellas Artes", la comedia negra que gira en torno a un museo de arte contemporáneo de Madrid e incluye problemas gremiales, presiones políticas y situaciones insólitas de todo tipo.

–¿Le ha traído algún problema eso?

–Trato de que no me los traiga. No voy con ese personaje por la vida generando conflictos porque no tiene mucho sentido. Además yo no soy un gestor cultural como él que tiene un cargo político. En mi caso no me da por hablar de eso, pero si me preguntan...

–En nuestro país hay varios actores y cantantes que deciden alzar la voz, como es el caso de Lali (Espósito).

–Sí, he leído algunas de las cosas que dice, y con muchas no estoy de acuerdo, pero me parece muy simpática y allá (en España) la adoran, es una figura importantísima. La quieren muchísimo. Es muy popular. Y tiene ese carisma que tiene ella, ese desparpajo, que yo se lo envidio. ¡Además siendo tan joven!, tener esa seguridad que tiene habla de alguien muy especial, muy particular. Ella está con el tema del lenguaje inclusivo y todo eso, pero yo soy miembro de la Academia Argentina de Letras. A mí... (Risas) Preguntale a Fernando Savater qué piensa, o a Arturo Pérez-Reverte. Y no solo lo piensan, lo dicen, ¡y brutalmente!

–Me queda claro que le divierte.

–Sí, claro. Savater es parecido a Antonio Dumas. Se ve que está en una edad en la que ya no le importa nada lo que piensen de él.

A los 74 años, el ganador de la Copa Volpi al Mejor Actor, continúa apostando por el arte y en sus tiempos libres escribe obras de teatro.

–¿Cuándo se entra en esa edad?

–Hay gente que no entra nunca. Él ha sido un tipo muy peculiar y transgresor, y tiene una personalidad que ha sido siempre así. Lo que pasa que ahora está jugadísimo. Hasta lo echaron del diario El País.

–¿Usted sigue las noticias tanto de España como de Argentina?

–No. Las de España no las sigo tanto. No es que estoy mirando el noticiero ni leyendo a los columnistas políticos. Por cierto, allá es distinto, no se habla de política todo el día como acá. Y de acá... razonablemente digamos. No estoy pendiente, aunque uno con Instagram se va a enterando de todo. Sobre todo de lo escandaloso y de lo feo.

–¿Está muy conectado al Instagram?

–Más o menos. Lo tengo para mi trabajo digamos, no para lo personal.

–Más allá de las cámaras, ¿a usted qué le gusta hacer en su tiempo libre?

–Hago de todo. No tengo una vida muy excéntrica. Me gusta estar con amigos, leer buena literatura, escribir cuando puedo. Bueno, en España escribí mi cuarta obra que la voy a estrenar y dirigir el año que viene.

"En España no se habla de política todo el día como acá", nos comenta haciendo un paralelismo entre sus dos tierras.

–¿Cómo se titula?

–"Soy tuya". Un lindo título, aunque pueda ser un tanto cuestionable (Expande su sonrisa) Puedo anticipar que tiene una vuelta de tuerca.

–Ya hay una obra en su futuro entonces. ¿También tiene muchas series?

–Ojalá. Puede haber una segunda temporada de Galgos, y seis o siete de esta, de Bellas Artes. Que seguro continúa por dos más, porque ya están grabadas.

–¡Hay tres temporadas aseguradas! ¿Dónde se rodaron?

–Es un Frankenstein armado con tres locaciones distintas: dos centros culturales, uno de El Escorial y otro de Ávila, y un tercer edificio en el que está el que vendría a ser mi despacho. Este tipo de armado suele ser común en las películas. A ningún actor le extrañaría que la entrada de un edificio dé a una casa que queda en un lugar totalmente distinto.

–La magia del cine. En su casa, ¿tiene muchas películas guardadas?

–Tenía. Ya no. Porque ¿quién usa el home theatre hoy en día? Los DVD´s y los Blu-ray pasaron de moda. Ahora todo está en las plataformas u online.

–Y se ve que usted no es nostálgico. Porque hay muchos que hasta coleccionan vinilos.

–¡Mucha gente! Pepe Sacristán, de quien soy amigo hace años, tiene un cine en su casa de Peralejos con afiches y dos o tres filas de butacas de un viejo teatro. Pero ya gente joven que haga eso casi no hay. Yo en mi casa no tengo ni un sistema de reproducción; tengo a Alexa y al control remoto.

"¿Quién usa el home theatre hoy en día? Los DVD´s y los Blu-ray pasaron de moda. Yo en mi casa tengo a Alexa y al control remoto", reconoce Oscar.

–¿Le sorprende ese cambio o ya lo tiene incorporado?

–Cuesta incorporarlo porque los cambios van a una velocidad impresionante. Lo que ha evolucionado la tecnología audiovisual... ¡Diría que es supersónica la velocidad a la que va! Sin ir más lejos, lo que ha pasado con el cine es abrumador. De los 90 para acá cambió radicalmente la realización de una película. Yo filmé con celuloide y todo eso, y recuerdo lo que era. Ahora es otra historia. La de los sistemas de reproducción caseros también. A mí me gusta el cine, pero es un fenómeno que tiende a ser cada vez más pequeño y hay quienes dicen que tiende a desaparecer.

–¿Usted qué piensa?

–Pienso que es muy probable que el cine desaparezca. Quedarán salas muy pequeñas como hay en todo el mundo, pero los cines grandes ya no existen. Hay multicines en los que una película importante tiene una pasada por día, y yo voy por la calle y la gente me dice "¿y a qué plataforma va?", y cuando respondo que la película va a los cines me comentan "yo la espero". ¡La gente te dice así! En Madrid, acá, o en donde sea.

–¿Y qué le provoca eso?

–Me da pena. Primero porque la manera de ver una película es muy superior, entre otras cosas porque ni te suena el teléfono, ni te suena el timbre, ni te levantas a hacer un sándwich ni tampoco se te ocurre ir al baño salvo que estés desesperado. O sea que el vínculo que tenés con lo que estás viendo es totalmente distinto. Después, está el tema de verlo en comunidad... en un cine estás con gente que no conocés, pero con la que convivís en la misma ciudad y eso tiene algo ceremonial. Amén de la calidad del sonido, de la pantalla grande y de lo que ha sido el cine que uno amó.

Metido en la industria cinematográfica desde 1971, Oscar Martínez realiza una alarmante descripción del presente del cine y vaticina: "Pienso que es muy probable que el cine que uno amó desaparezca".

–El fenómeno de las plataformas cambió mucho.

–Bueno, hace poco leí un reportaje de Woody Allen en el que dijo que él no hubiese filmado nunca si hubiesen existido las plataformas. Y tiene razón, porque hoy los que manejan el presupuesto y los contenidos son las plataformas. ¿Y quién le iba a filmar una película a Fellini?, lo hubiesen tratado de loco. Y eso incide en que la calidad de los contenidos es menor, indudablemente.

–¿Algo optimista que vea?

–¿Algo optimista? ¡Uh! (Mueve la cabeza de lado a lado) Es un momento del mundo difícil... la verdad que cuesta pensar en algo optimista a corto plazo. Está comprometido el planeta, la vida humana. Hay focos de guerra que pueden expandirse, ha recrudecido un autoritarismo que creíamos que no iba a volver con un señor como (Vladímir) Putin, por ejemplo. Pero la humanidad ha pasado por grandes noches en toda su historia y luego ha resurgido de eso. También es verdad que hay mucha gente preocupada por lo climático y la sustentabilidad, y porque no colapse el planeta. Yo creo que eso va a ir en aumento. Pero lamentablemente los seres humanos necesitamos estar muy en peligro para asustarnos. Yo confío en que toda esta corriente del cuidado del planeta va a tener que terminar produciendo cambios importantes porque sino estamos perdidos. Bah, quizás yo no, pero la generación venidera sí.

–Ojalá estemos todos para ver un cambio que favorezca al planeta.

–Ojalá. Pero el trato que reciben los ecologistas no es muy alentador. Los sacan a palazos de todos lados porque atentan contra intereses muy poderosos como los de las petroleras.

"Bellas artes", la nueva serie de Star+ que lo tiene como protagonista, estrena este 11 de abril en Latinoamérica. La primera temporada consta de seis episodios de 30 minutos y Oscar nos confirmó en exclusiva que está confirmado que habrán dos temporadas más, "porque ya están filmadas".

–Estamos llegando al fin de esta entrevista y queríamos agradecerle por su preciado tiempo.

–Un momento. ¿Puedo sumar una aclaración de "Bellas Artes"?

–Por supuesto. Adelante.

–El título puede llevar a que muchos piensen que la serie es para iniciados o aficionados a las artes plásticas, para un coto de caza, y no lo es. La puede ver cualquier persona porque la serie no va de eso, o no solamente de eso, y porque es muy divertida, entretenida y graciosa. Tiene un humor extraordinario y a la gente reírse le gusta... ¡y hace falta! Aquí ni te digo.

Fotos: Mailén Ascui y gentileza Star+
Agradecemos a Lucía Ruggiero
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