Pamela David habló abiertamente con revista GENTE sobre el vínculo que mantiene con Bruno Lábaque, su exmarido y padre de su hijo Felipe. A pesar de haberse separado hace años, la presentadora se refirió a cómo es su relación actual con el exbasquetbolista y cómo lograron construir un lazo basado en el respeto y la armonía familiar.
Al ser consultada por su buena relación con Bruno, la conductora aclaró que al comienzo les costó, pero luego pudieron superar sus asperesas: "En los primeros tiempos de separados ninguno de los dos se aguantaba. Con Bruno éramos amigos antes de ser pareja y después estuvimos juntos".
En esta línea, Pamela destacó: "Cuando nos separamos él me permitió criar a Felipe. Nunca usamos a nuestro hijo de rehén. Bruno nunca objetó nada. Por el contrario, siempre tiene palabras de elogio con Daniel. Además él ahora está con su esposa Casandra y desde que la conoció yo estoy tranquilísima. Felipe ama a Cas y hasta le dice 'Te amo'".
Respecto a si le generaba algún tipo de celo que su hijo Felipe tuviera tan buena relación con la nueva pareja de su papá, contestó con sinceridad: "No me genera porque me da tranquilidad. Me pasa que en el programa vemos muchos casos actuales o de espectáculos en los que hablamos de familias y no puedo entender cómo hay padres que no se alegran cuando sus hijos son amados por la pareja del otro".
Además, indicó de dónde tomó este ejemplo de vida: "Mis padres se separaron y mi mamá recibió a mis hermanitos desde siempre. Para mí no había otra opción. Nosotros somos cuatro. Si bien los criamos nosotros, ellos siempre estuvieron".
En cuanto a la relación entre Daniel Vila, su actual marido, y el padre de su hijo mayor, confesó: "Daniel fue a ver a Bruno jugar en el primer verano que estuvimos juntos. Es una muestra y es un gesto lindo. Fue con Feli a ver al papá. Eso te marca una relación de cordialidad. Siempre digo lo mismo, pero yo a él le digo "padre de Feli". Llamar al ex como un simple ex es otra cosa. Para mí él es el padre y va a ser eterno."
Respecto a cómo se siente hoy como madre de Lola y Felipe, Pamela reflexionó: "De verdad mis hijos son buenos y no fue magia. Nos rompimos el alma. Tuvimos muchos enojos en el medio, muchos límites y hoy es un orgullo vernos así".
"Que alguien me diga que mi hijo está bien criado es el mejor piropo que me pueden hacer. Es un trabajo en conjunto con Daniel. Obviamente arranca una etapa diferente en la que él es mayor de edad. Ahora él toma sus decisiones", insistió con orgullo.
Respecto a sus métodos de crianza, ella comentó: "Obviamente este tema lo he llevado a terapia porque es re difícil criar hijos para que sean seguros y fuertes. Muchas veces se me estrujaba el corazón. Es más fácil darles algo que negárselo. Más en una posición cómoda es más simple solucionar y comprarle lo que quiere a tener que aguantarlo con la cara larga. Eso fue en una época y por eso creo que los agarramos con tiempo a los dos. Igual, es un día a día".