Nancy Anka habla de su pasado sin nostalgia, sino con alegría. Ella fue Jose, la mayor de las "chancles", las hijas de Arturo Puig en ¡Grande, Pa! Pasaron más de 30 años de aquel éxito de Telefe y, lejos de evitar el tema, ella rememora aquellos tiempos con una sonrisa.
En diálogo con Revista GENTE, Nancy, quien acaba de ganarse un Premio Carlos a Mejor actriz por su trabajo en Madre hay una sola, en Carlos Paz, habla de cómo es su relación con el elenco de la ficción que supo conquistar a los argentinos en los 90 y que se imponía con más de 60 puntos de rating.
"Con Arturo nos une un vínculo de mucho cariño. Cuando falleció mi papá, le dije a Arturo: `Ahora sos el papá me queda´", cuenta.
Y agrega: "Dentro de nuestra cotidianidad, que es diferente a la que tenemos con las chicas, mantenemos también el contacto y la comunicación".
Además, la actriz que también tiene vocación de cantante, se mostró cerca de Puig en uno de sus peores momentos. "Cuando sucedió el triste hecho de Selva (Alemán, pareja durante décadas de Puig y murió meses atrás), fui a darle un abrazo y hacerle saber que estoy y que sigo estando", detalla.
"Y ahora (suma), también, con respeto y con cuidado de no invadirlo, le mando mensajes para que sólo sepa que sigo presente y abrazándolo. Es un vínculo de mucho afecto. A veces no es necesario vernos para saber que nos queremos".
Cómo quedó la relación con las otras chancles y con María Leal
Un trabajo tan intenso como el que llevaron adelante en ¡Grande, Pa! dejó sus huellas. Hoy, Nancy no sólo sigue en contacto con Angie -Julieta Fazzari- y Flor -Gabriela Allegue-, sino que hasta tienen un grupo de WhatsApp al que se suma María Leal, la niñera que se hacía cargo de estas tres jóvenes que se habían quedado sin madre.
"María y nosotras tres jamás hemos perdido el vínculo. Aún antes de los tiempos sin WhatsApp, cuando sólo existía el teléfono de línea", dice.
Y agrega: "Lo más importante que nos dejó este éxito fueron los vínculos. Nosotras somos una familia. Nos acompañamos en todo, nos juntamos a comer, charlamos, lloramos, nos reímos... Nos sobra amor".
La cuarta chancle, Agustina Cherri, que se sumó al equipo cuando ya estaba consolidado no está dentro del grupo. Sin embargo, para ella Nancy también sólo tiene palabras amorosas.
"Agustina ha sido una niña prodigio. Excelente actriz desde muy chiquita con un futuro (en ese momento) de mucha proyección por su talento, y así lo demostró. Merecidísimo reconocimiento. Hermosa nena y hoy una hermosa mujer y talentosa como siempre", dice al hablar de Cherri.
La vida después de ¡Grande, Pa!
Lejos de ser algo sobre lo que no le gusta hablar, Nancy sabe que aquel fue su papel consagratorio, y que por más que pasen los años siempre vuelve a aparecer la pregunta sobre las chancles. El después del éxito, según cuenta, no le resultó traumático sino más bien una parte de su recorrido artístico.
"Luego de ¡Grande, Pa! no hubo nada duro, ni nada difícil. Yo empecé esta profesión a los 11 años, ya traía un recorrido, ya venía transitando el idioma de esta profesión: `Lo que empieza, en algún momento termina y se continúa´ y así fue", dice.
Y explica: "Terminó el programa y continué mi vida, en lo personal y en lo profesional. Jamás me detuve. Tal vez, continué con otro perfil, pero eso también fue, creo, una decisión desde mi propia forma de ser. Sólo que ya tenía un reconocimiento que, tal vez, me permitió continuar desde otro punto de partida. Pero siempre, con los pies sobre la tierra".
En los tiempos de ¡Grande, Pa!, de 1991 a 1994, no existían los celulares, las redes sociales ni el reflejo constante de internet. Pero el pulso estaba en la calle. Si bien casi no podían salir por el furor que despertaban, Nancy cuenta: "En ese momento, todos estábamos haciendo nuestro trabajo y disfrutábamos de que el programa fuera tan visto, pero no tomábamos la dimensión del éxito. La mayoría de los actores que trabajamos en ¡Grande, Pa! ya veníamos trabajando y, como dije antes, sabíamos y conocíamos la dinámica de esta profesión. Así que sólo disfrutábamos lo que nos pasaba".
Nancy siguió su vida, decidió probarse como cantante y participando de ficciones y teatro pero nunca volvió a ser parte de algo tan masivo, suerte que quizá no corrieron Arturo Puig, María Leal y Agustina Cherri que aún hoy son nombres fuertes del espectáculo.
Después del programa de Telefe, Nancy se casó y tuvo a su hija Sofía. Sobre cómo fue ese camino, cuenta: "Desde muy chica decidí, porque así lo sentía, que quería desarrollarme en este camino.
Este es el camino que elegí y que sigo eligiendo y aún, cuando se pone difícil, soy muy feliz.
Y soy muy agradecida de todo lo que vivo".
