“Una de las cinco cosas que la gente no sabe de mi es que soy fan de las mascotas”, cuenta Marta Fort. Y la llegada de Diesel tuvo un condimento muy especial ya que se dio luego de un fuerte duelo que tuvo que atravesar en el último tiempo.
“Estas vacaciones viajé con ella y con Santi González, un amigo… ¡y Diesel, mi nuevo perro! Además, a lo largo del viaje me fui encontrando con más amigos y familia. De Marisa qué te puedo decir. Es la persona que me acompaña desde que soy chica: ella es mi familia. Está todos los días conmigo, me ayuda en todo y es muy compañera”, le cuenta a Revista Gente.
El buldog francés camina por la playa y disfruta del aire del mar. Mientras su dueña se saca fotos, mira de lejos y quiere acercarse. Es allí cuando Marisa avanza unos pasos y se lo entrega a Martita, que lo carga en brazos un rato para que pose muy tranquilo ante los flashes.
“Diesel llegó a casa en abril del año pasado se murieron dos mascotas de mi infancia que fueron muy importantes en mi vida. Fue una pérdida fuerte, por lo que tuve que dejar pasar un tiempo para empezar a madurar la idea de volver a tener una mascota… Hasta que empecé a extrañar la compañía y decidí buscarme otro compañero de vida”, agrega Martita.
Martita Fort se emociona al hablar de su papá
Marta y Felipe Fort son los herederos de uno de los grandes imperios de Argentina. La empresa de chocolates fundada por Felipe Fort en 1912 es también uno de los grandes desafíos que estos jóvenes recibieron de forma inesperada con la pronta partida de Ricardo en 2013. Según la revista Forbes, cuando en 2022 se hicieron cargo del fideicomiso que les dejó el padre al cumplir la mayoría de edad, tomaron el control de la suma de once millones de dólares.
Y para eso, saben que la preparación es clave. Uno de los más decididos, desde el minuto cero, en seguir con el legado familiar fue él. Pero ella también lo acompaña, sin descuidar sus grandes pasiones. Ambos estudian, con el foco puesto en el día en el que se tengan que sentar en la famosa mesa chica de la fábrica.
“Este año con mi hermano nos propusimos en empezar a estudiar administración de empresas. Aunque Felipe esté mucho más metido en el tema y le interese más, yo me tengo que informar también para tener una herramienta”, dice la joven a Revista Gente desde Punta del Este.
Mientras tanto, medias, remeras, accesorios, tazas y memes que invaden la red. La cara de Ricardo Fort se expande a pesar de que se cumplieron diez años de su partida. Es un fenómeno que traspasa las generaciones y que a ellos, como hijos, los impacta. Un recuerdo imborrable.
-¿Que sensación te causa ver todo eso?
-Me parece muy loco cómo la gente quedó fanatizada con él. Imaginate que a mí a veces me llegan fotos o videos de alumnos rezando al “San Ricardo” antes de rendir un examen para que les vaya bien. Increíble lo que logró. También quedo muy shockeada cuando a veces se me acercan niños que me reconocen, y en lo único que puedo pensar es cómo pasa de generación en generación su figura. Esos niños eran muy chicos para dimensionar quién es mi papá.
-Fue poco tiempo en los medios, pero muy explosivo.
-Para el afuera él demostraba ser una persona muy excéntrica y capaz un poco superficial. Pero, de todas formas, para el adentro era una persona muy humilde, simple y sensible. Muy honesto. Yo creo que por eso era muy querido para el afuera. Él pudo demostrar mucha empatía con la gente, es por eso que yo creo que al día de hoy lo siguen recordando.
-Con un apellido tan fuerte y un padre tan emblemático, ¿creés que a veces vos y tu hermano están debajo de la sombra de él?
-Sí, pero está bien porque nosotros todavía no desarrollamos un rol específico. Es algo entendible. Yo estoy estudiando y trabajando para, en un futuro, tener mi rol claro. No puedo criticar a quienes piensan de esa forma.