Culminó la primera etapa del rodaje de Yo, traidor, el filme de Rodrigo Fernández Engler. “A los 40, me siento renacido en mi vida y en mi carrera”, confiesa el actor argentino, quien debió modificar su fisonomía a instancias del guión y quien, además, en veintiún días pasó por su casa… ¡apenas ocho horas!
“ESTOY MÁS COMPRENSIVO Y TOLERANTE. HOY ME IM PORTA MUCHO EL OTRO”. Afirma Martínez (40), y explica: “De allí que este relato sólido, profundo, me pegó fuerte. Deja un mensaje espectacular a partir del amor, el perdón, el arrepentimiento y la reconciliación, en una sociedad que lo viene necesitando. Por las cosas que fui transitando hasta llegar a mi edad, me veo reflejado. Aunque, claro, se relaciona a que ahora me siento bien conmigo mismo, renacido en mi vida, en mi carrera. Medito cada día y me encuentro pleno en familia; redescubrí el teatro a través de Mentiras inteligentes y lo amé..."
"Y de repente –continúa– surge la oportunidad de subirme a Yo, traidor junto a un grupo que, trabajando en equipo, plano a plano, viene metiendo muchos goles. Un lujo… Puedo asegurar que es el trabajo que más disfruté en veinticinco años de carrera”, sorprende el responsable de darle existencia a Máximo Ferradas (cierto joven que tras algunos comportamientos polémicos, busca redención), dentro de un notable elenco que completan Mercedes Lambre, Jorge Marrale, Arturo Puig, Osvaldo Santoro, Sergio Surraco y los cordobeses Francisco Cataldi, Fanny Cittadini y Renzo Fabiani.
“DE 90 ESCENAS, MARIANO APARECE EN 89”. Lo cuenta Rodrigo Fernández Engler (38, santafesino de Esperanza radicado de chico en tierra cordobesa y estudiante de La Metro –Escuela de Diseño y Comunicación Audiovisual–). Alguna vez director, guionista y productor de la premiadísima Soldado argentino sólo conocido por Dios (2017), ahora repite funciones en Yo, traidor.
“Recuerdo que a principios del otoño, cuando me comuniqué con él y le pasé el libro, estaba por subirse a un avión vía Asunción. Bueno, apenas bajó en Paraguay, llamó de repente. ‘¡Me enamoré del guión!, contá conmigo’, me dijo”, memora el marido de María Belén (33) y padre de Bautista (2) y Benjamín (que verá la luz en una semana), antes de referirse a la historia que delineó hace diez años y meses atrás rearmó Mario Pedernera. “Es una versión contemporánea de la Parábola del hijo pródigo. Pero ojo, no se trata de un filme religioso”·, aclara sobre su largometraje (elaborado por un equipo de 80 profesionales), que apuesta “a las segundas oportunidades”.
ENTRE EL CENTRO, EL SUR Y EL NORTE. Producida por Protasowicki Engler, Midú Junco, Cita con la Vida Emprendimientos Audiovisuales (las tres de Córdoba) y Melissa Alvarado (Honduras), Yo, traidor (Ésta es la historia de todos nosotros) rodó el ochenta por ciento de sus cinco semanas previstas. A las locaciones transitadas se sumará en un par de meses la ciudad de Tulsa, en Oklahoma, gracias a un convenio con la evangélica Oral Roberts University (ORU). “Las patas extranjeras nos permitirán una importante ventana de distribución en Latinoamérica y los Estados Unidos”, arriesga el realizador.
Apoyada por el Instituto Nacional de Cine y Artes Audiovisuales (INCAA), su propuesta de drama y suspenso obtuvo además el Programa de Incentivos a la Coproducción del Polo Audiovisual de la Provincia de Córdoba. “Estoy feliz –retoma Martínez–, pleno e ilusionado. Es mi película número once. Un orgullo, porque siento al cine como siento a la música: me gusta de cualquier género, sin discriminar a ninguno”, cierra Mariano Martínez, que en el transcurso de la filmación sólo logró visitar ocho horas (las que le concedió su viaje entre Córdoba y Chubut) a sus hijos Olivia (9), Milo (6) y Alma (2), y a su mujer, Camila Cavallo (24).
Fotos: Gentileza de Noelia Vidal y Diego Colman.
