Este jueves, se conoció el inesperado fallecimiento de Mariano Caprarola (49), el panelista de La Jaula de la moda (Ciudad Magazine) que logró consagrar su carrera en los medios con una personalidad irreverente y un ojo muy atinado cuando de estilismo se trataba. Pasó de ser el asesor de muchas famosas, a tener un espacio en los medios y lograr el reconocimiento de la gente.
Detrás de esa figura de porte muy cuidado, y amplio conocimiento en el mundo fashionista, había un hombre muy sincero, plantado ante las adversidades de la vida y con un pensamiento autocrítico, que en una entrevista exclusiva con GENTE en el pasado, dejó conocer más de su intimidad.
"Yo soy un artista y no me encasillo como un tipo de la moda. La moda me parece frívola y a veces provoca distancia con la gente, y yo siempre quiero ser alcanzable para la gente", así se presentaba en una de sus producciones.
Nació el 12 de agosto de 1974, cuando sus padres tenían 40 años. El menor de cuatro hermanos, aunque perdió a uno de ellos luego de ser diagnosticado de cáncer, a quien recordaba como una figura de "papá". "Su partida fue un antes y un después. Te diría que ni se compara con la muerte de mi papá que sucedió cuando yo tenía 12 años. En aquel momento, me quedé sin “nos”: podía ir a bailar, hacer cosas que otros chicos no hacían… digamos que viví una adultez antes de tiempo", contaba hace un par de años sobre su historia familiar.
Aunque reconoció que desde su adolescencia estuvo involucrado en "círculos complicados", hubo límites que nunca tocó, como el mundo de las drogas. Cuando tenía 22 años, Mariano participó en el reality show Confianza ciega, donde tuvo una gran exposición mediática. También participó en Intrusos y finalmente alcanzó la fama como panelista en La jaula de la moda.
"Quiero convertirme en un entretenedor: un tipo que con los recursos corporales y sin necesidad de escaleras ni parafernalia, con un simple telón negro y una luz, consiga un aplauso", fueron sus palabras en el 2021.
El despertar artístico de Mariano cuando era sólo un chico
Si bien tenía muchos planes por concretar, Mariano pudo cumplir en vida muchos de sus deseos profesionales y recorrer un amplio camino en los medios. Su primer contacto con el mundo artístico se dio cuando tenía apenas 11 años, cuando participó en el musical Annie, y después, a medida que fue creciendo, fue desarrollándose con más profundidad, en principio, en el teatro.
“Cuando era chiquito me encerraba en el cuarto de mi mamá y las cortinas eran mi teatro, el nebulizador mi máquina de humo, y los veladores el reflector. Entre función y función, de mesa de noticias, de comedias o lo que sea, yo comía un sándwich detrás de mi cortina como si estuviera en mi camarín. Es que nací sabiendo que esto era lo mío, no había otra forma", relató sobre su infancia, en la celebración de los 10 años de La Jaula de la moda.
También contó que iba dos veces por semana a teatro, como espectador, y solía poner la vista en cada detalle del vestuario del elenco que se presentaba: "Iba a fijarme si las medias estaban corridas, si los zapatos tenían los tacos bien o gastados, si los botones estaban sueltos, la puesta de luces, me interesaba más lo que pasaba en las patas, que lo que pasaba arriba del escenario", recordó sobre su interés por el arte.
Además, mencionó que se formó con el silencio y la observación, lejos de los egos propios del medio. "Me sirve ser el payasito que divierte, no necesito demostrar todo mi conocimiento técnico", dijo, dejando ver su humildad.
El panelista no se formó en una academia, para sus padres era difícil concebir la idea de que su hijo fuera a estudiar ballet, por ejemplo. Sin embargo, sobre el rol de su mamá en su carrera, contó que desde un comienzo, se dio cuenta que a él le pasaban cosas diferentes que al resto, en cuanto a sus intereses. Y pese a que durante años mantuvieron un vínculo un tanto distante, donde los abrazos al menos, eran escasos, ya de adulto con orgullo sostuvo que tenía una buena relación con la mujer que le dio la vida, que hoy tiene 91 años.
"Tenemos una relación hermosa, pero con mucha tirantez de reclamos. Se guardaban muchas cosas. Yo no me guardo nada, lo que siento lo digo", expresó. Además, en una ocasión mencionó que al darse cuenta que el arte era su mundo, su mamá soñaba con verlo en la televisión.
Su salto a la fama con La jaula de la moda y los planes que tenía en los medios
Sin duda, su ingreso a La jaula de la moda fue una verdadera revolución en su carrera, y que le permitió conectar con la gente del otro lado de la pantalla. Siempre consideró que hacer críticas en la moda, podía también hacerse desde el respeto y el humor, y con el pasar del tiempo se ganó a los fanáticos que de cerca seguían su trabajo hasta hoy. "Tampoco puedo hacer una crítica destructiva sobre un vestido porque detrás de ese vestido hay gente que labura. No me gusta lastimar, a mí me lastimaron muchas veces", era su pensamiento sobre cómo manejarse en el mundo del estilismo.
"Algo que me sorprende es que puedo llegar enojado o quejoso, pero cuando se encienden las cámaras yo me enciendo. ¡Es mágico! Además, el ciclo es más visto de lo que la gente se imagina: me llegan mensajes de Australia, de Francia, de muchos lados", expresó
Lo que más disfrutaba Mariano, era de ser identificado como "un tipo camalénico", y reconoció que su nombre ganó popularidad gracias este programa. De hecho, en varias oportunidades le agradeció a Coco Fernández por haberle cambiado la vida.
"Y cuando llegué, sabía todo lo que tenía que hacer para que no me vaya mal: no ser soberbio, mala gente ni mal compañero.”.
Caprarola también participó en Intrusos (América TV), y sus planes eran convertirse en un entretenedor a tiempo completo. "Me gusta desparramar el juego, no soy egoísta, hay muy pocos conductores generosos que hacen que su equipo se luzca. Las individualidades me parecen pasadas de moda. Soy un gran productor de moda, pero tengo un equipo que me rodea, maquilladoras, peinadores, tengo una gran asistente, no hago el gol solo", mencionó en la charla exclusiva con GENTE.
Fantaseaba también con la idea de participar en una revista con Carmen Barbieri, porque la consideraba "la mejor" en el rubro, o tal vez, con Flavio Mendoza. "Digamos que estoy preparado para pasar por todos lados (ríe). Me preparé para eso estudiando y observando. Y creo que me dio mucho más la observación que el estudio, porque hay gente que se pasa estudiando toda la vida y después es una ensalada sin condimentos", dijo con humor.
El miedo de Mariano a la soledad y cómo vivía el amor a puertas cerradas
El estilista, reconocía que creía en el amor para toda la vida. Sin embargo, confesó que le era difícil sostenerlo en su vida. "Yo tengo una vida mega tranquila. Confesándome, diría que le tengo mucho miedo a la soledad y que por eso elijo ser un entretenedor. A mí me encanta entretener a la gente y recibir mensajes de personas que me cuentan que tienen seres queridos con enfermedades que ríen o alcanzan su pico máximo de evolución cuando me ven en La jaula de la moda. Eso es enorme para mí. Esos son los regalos de mi vida", aseguró.
"Cuando se apagan las luces vivo en soledad. Lo que me lleva a lo anterior: a mí me cuesta mucho sostener vínculos porque dejo antes de que me dejen".
Asimismo, contó que la relación más larga que tuvoi duró cuatro años y que nunca estuvo con alguien sin estar enamorado, porque le daba suma importancia a la idea de ser amado y respetado, incluso cuando se hablaba de intimar con una persona. "Sé que siempre se asocia a la promiscuidad con el gay, pero yo soy 100% gay y no me siento parte de eso. Y esto que me pasa a mí le debe pasar a muchos más, porque no soy una mancha sobre un trapo blanco. Por cierto, tampoco hablaría con nadie sobre mis relaciones o sobre cómo son los genitales de la persona que está conmigo. Eso no está en mi cotidiano ni en mi vocabulario", señaló.
Hablar de su sexualidad no le generaba incomodidad, sin embargo, no fue un camino fácil el transitarlo a la par de su familia, a quienes sí les costó aceptarlo. El asesor de moda tenía presente una anécdota en sus días de secundario en los que su mamá lo descubrió interesado por un chico, e intentaron hacer todo lo posible para hacerlo cambiar de idea. "Así siguió todo hasta que se cansaron. Porque cuando vos empujas un camión durante cinco minutos, los brazos se te cansan y, eventualmente, en algún momento lo soltás. Y yo fui un Scania. No me iba a mover de donde estaba parado", contó.
La operación que Mariano Caprarola se hizo con Aníbal Lotocki
En el año 2010, Caprarola se operó los glúteos con Aníbal Lotocki, y un tiempo después, se sentó en la mesa de Mirtha Legrand y reveló que le habían puesto metacrilato y que le abrieron los glúteos para sacarle ese producto porque se iba a morir, pero a la larga, siguieron las consecuencias en su salud tras ese procedimiento.
Recientemente, en una de sus últimas apariciones en la televisión en Socios del espectáculo (El Trece), Mariano lamentó haberse operado con Lotocki -quien hoy enfrenta cargos por mala praxis en el caso de Silvina Luna y otros pacientes- además, hizo énfasis en que en aquel momento le tenía confianza al cirujado.
"Hice algo por estúpido, por no pensar las consecuencias; pero nunca pensás que un amigo te va a traicionar como me traicionó, que te va a inyectar muerte”, fueron sus fuertes palabras, visiblemente afectado con la situación.
Tiempo atrás, había contado que esta intervención quirúrgica le dejó una insuficiencia renal. "Nunca le hice un juicio porque el juicio lo hace el de arriba. Yo ni siquiera lo nombro. En algún costado suyo debe tener algún dolor por las cosas que le hizo a mucha gente", sostuvo en otra nota.