Después de unos días de descanso en Punta del Este, Juliana Awada se reencontró con su familia en el sur del país y compartió la intimidad de una tarde entre paisajes soñados y naturaleza.
A través de su cuenta de Instagram, la ex primera dama de la nación se mostró junto a Mauricio Macri y Antonia, su hija menor, disfrutando de uno de los cristalinos lagos de la zona.
Si bien no escribió ningún detalle de la bitácora de viaje, Awada eligió colocar dos corazones colorados en la foto en la que aparece el ex presidente de la Nación y la pequeña.
El secreto de los desayunos de Juliana Awada
Siempre es habitual que comparta recetas saludables y muestre cómo es su alimentación basada en productos naturales y frescos cosechados de las huertas que tiene en sus propiedades.
Este viernes Awada compartió lo que representa su combinación favorita para el desayuno: preparó granola casera que combinó con frutillas de su huerta, yogurt de coco y una infusión.
La confesión de Juliana Awada sobre la relación con Zoraida, su hermana mayor, y Pomi, su mamá
En el marco del su nuevo libro, se permitió abrir las puertas de su intimidad al dar sus mejores secretos de bienestar y contar detalles familiares que marcaron su camino. En el prólogo, hace referencia a los integrantes de la familia que la acompañaron en este proceso y contó de qué forma lo transitaron juntos.
“Cocinar es una demostración de amor. Mi hermana mayor, Zoraida, nos enseñó mucho y crecimos con ese ejemplo. De la mano de mi mamá, Pomi, aprendimos y disfrutamos de la cocina libanesa. Por herencia de su madre y de su suegra, ella prepara platos típicos de la cultura árabe que requieren tiempo y dedicación, como puré de berenjenas o de garbanzos, tabule, hummus de remolacha, falafel y labneh (un tipo de queso blando elaborado a partir de yogur). La mesa se llena de colores y sabores únicos y, cuando esto sucede, siempre es una excusa para juntarnos y compartir: hijos, nietos, sobrinos, no falta nadie”, contó.
“Con Antonia disfrutamos mucho de la huerta. Son momentos que despiertan la imaginación y la curiosidad de los más chicos, pero también los acercan a valores más profundos: el cuidado, la dedicación, la paciencia, el respeto por el medio ambiente”, amplió.
Y dijo: “Mis hijas suelen decirme que siempre estoy alegre, que para ellas es agradable convivir con alguien que transmita esa energía. Por eso estas páginas (se refiere a las de su libro) son el reflejo no solamente de lo que me hace bien y me da paz, sino de lo que aprendí a lo largo de mi vida y en este último tiempo tan particular. Buceando hacia adentro comprobé que cuanto más buscamos, más nos acercamos a esa raíz que nos trajo acá, y ahí están los recursos más valiosos: el amor de nuestra familia y lo más auténtico de la naturaleza”.