Mauricio Borensztein (1927-1996), conocido popularmente como Tato, marcó a generaciones de argentinos por su filoso humor político. Durante sus 50 años de carrera en el mundo del espectáculo participó en incontables películas y obras de teatros, pero sin dudas sus monólogos televisivos quedaron en la historia nacional por criticar, con mucho humor, sin tapujos al poder.
Los argentinos y el dólar
El humorista nacido un día como hoy (27 de abril de 1927) había puesto la lupa en uno de los temas que más afectan a los ciudadanos argentinos: la subida contínua del dólar. Tato bromeó, pero al mismo tiempo hizo una crítica sagaz, sobre los motivos por los cuales aumentaba la divisa norteamericana.
"Lo que no entiendo es por qué el dólar sube siempre. Si Boca pierde, el dólar sube tres mangos. El domingo que Boca gana, el dólar sube cuatro mangos. Si anuncian frío para agosto, el dólar se pierde de vista", dijo exultante en uno de sus monólogos en el año 1962.
"Impuesto al impuesto"
En otra oportunidad, el humorista pasó las hojas del diario hasta que se sorprendió por un nuevo impuesto. "Me fui de cabeza a ver a un experto y me dijo: 'a nosotros nos gusta mucho poner impuestos: es como un hobby'", comenzó.
"O sea que es un impuesto al impuesto. Vendría ser como el tipo que está por robar y después cuando sale lo vuelven a meter preso por haber estado preso. Es como el cuento de la buena pipa. Estamos viendo la posibilidad de aplicarle un impuesto a los que no pagan impuestos. Después, ese dinero vuelve al pueblo, pero debe estar atrasado porque lleva como 50 años sin volver", disparó punzante.
Su histórico monólogo número 2000: los políticos como blanco
Tato, en busca de la vereda del sol fue el nombre del programa televisivo que llevó adelante el comediante durante el año 1990. Allí realizó uno de sus monólogos más recordados en el cual repasó los últimos 30 años de la historia argentina.
"En 1960 puse la jeta por primera vez. No existía Maradona ni la televisión a color. No existía el austral... No existe ahora, pero eso es otra historia", lanzó filoso. "A algunos políticos y funcionarios que están ahí viéndome, si siguen haciendo las cosas que están haciendo, yo voy a tratar de estar acá todo el tiempo posible para seguir jodiendo", apuntó al poder con humor y perspicacia.
Tato Bores "visitó" un hospital estatal
Bores recreó una visita a un hospital público junto a Luis Brandoni, que actuó de médico, y resaltó todas las carencias del sistema de salud estatal. En este cuadro deja al descubierto desde la falta de insumos médicos hasta los bajos salarios al personal.
"Bienvenido al fascinante mundo de la medicina estatal. En esta sala general están encadenados los médicos. Lo que pasa es que con lo que les garpan si no los atan no vuelven más", detalló el actor ante el comediante horrorizado.
La jueza Barú Budu Budía
En el año 1992, la jueza federal María Romilda Servini de Cubría solicitó que se eliminara y no fuera emitida la presentación de uno de los programas de Tato de América. El monólogo en cuestión hacía alusión a una causa de lavado de dinero del narcotráfico en la cual la jueza fue apartada y sancionada por irregularidades.
Rápidamente colegas de diferentes disciplinas artísticas brindaron su solidaridad al comediante y comenzaron el programa cantando: “La jueza Barú Budu Budía es lo más grande que hay”. Luego Susana Giménez interpretó a la figura de la Justicia y expresó: "Hablando de institución a institución, quiero que sepa que me solidarizo con usted".
La vida de Tato Bores
Tato nació el 27 de abril de 1927 en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires. Pertenecía a una familia judía de bajos recursos porteña y su cable a tierra desde chico fue el mundo del espectáculo. En su adolescencia dejó la escuela e inició su carrera laboral como plomo, era el encargado de trasladar instumentos musicales, para la orquesta de Luis Rolero y René Cóspito.
En la despedida de solteros de uno de los músicos del grupo llamó la atención de varias personalidades por su facilidad para contar chistes. El guionista Julio Porter y el cómico Pepe Iglesias, conocido como El Zorro, lo contrataron en Radio Splendid.
Entre el año 1945 y 1957 su carrera artística fue en ascenso. Participó en éxitos como La escuelita humorística, Las aventuras de Igor, Madame 13 y Mala gente. En lo personal, también avanzó al formalizar el romance con su novia. En 1954 se casó con Berta Szpindler, con quien tuvo tres hijos: Alejandro, Sebastián y Marina Borensztein.
Su consagración se dio en el programa televisivo Caras y morisquetas. Allí realizaba sus magníficos monólogos y comenzó a vestirse con lo que se convertiría en su estilo personal: con frac, peluca, y habano. Luego llegó el gran éxito de Tato, siempre en domingo, en Canal 9, trabajo por el que recibió su primer premio Martín Fierro.
"El monólogo tiene una clave: es una especie de reportaje político; yo leo los titulares de los diarios y cuento las noticias en el escenario agregándole un comentario jocoso. Pero siempre hay que actualizar la información: un chiste político del jueves no hace reír el viernes", fue una de las reflexiones del humorista sobre su trabajo en el año 1963.
Una vez iniciada la dictadura militar, Bores se alejó de la televisión durante dos años. Volvió a las pantallas en el año 1978 con Tato para todos, por Canal 13. En ese entonces intentó emitir una charla imaginaria con el presidente de facto Jorge Rafael Videla, pero nunca salió al aire.
Durante la década de 1980, el comediante participó en varias obras teatrales y protagonizó películas junto a su gran amigo Alberto Olmedo: Departamento compartido y Amante para dos.
En 1993 inició su último programa Good Show, emitido por Telefe. En 1994 tuvo que finalizar su contrato tras una operación de una hernia de disco que le impedía volver a trabajar. Tiempo después le diagnosticaron cáncer óseo, por lo cual convivió con muchísimo dolor y dificultad para movilizarse hasta el 11 de enero de 1996, día de su muerte.
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Retoque digital de apertura: Gustavo Ramírez