Natalia Oreiro es, además de una de las mejores actrices rioplatense, es una madre dedicada amante de los viajes y la naturaleza. Por eso, y porque es un alma aventurera, la reconocida actriz, cantante y diseñadora armó sus valijas, y las de su hijo, Merlín Atahualpa, y emprendieron juntos un viaje por demás especial a una tierra milenaria: Japón.
Durante las últimas horas, Natalia compartió en su cuenta de Instagram un álbum repleto de fotos de sus vacaciones en Japón con Merlín, quien ya tiene 12 años y la acompaña en muchos de sus viajes, ya sea por trabajo o placer.
Además, la mujer de Ricardo Mollo compartió junto a esas postales un reflexivo y conmovedor mensaje en el que relató buena parte de sus aventuras por Asia y reveló el motivo de su viaje en esta época del años. En tanto contó el inolvidable suceso que sufrió arriba de un tren cuando olvidó su celular y una persona a la que ella describió como un "ángel" la ayudó a recuperarlo.
El relato de Natalia Oreiro sobre su viaje a Japón
"¿Qué es lo que más recordás de los viajes? A priori pensaría que 'eso'"' que deseé tanto conocer, una cultura, un paisaje", comenzó escriendo la protagonista de Muñeca brava en ese posteo que subió a su feed de la mencionada red social.
Y recordó: "Siempre me gustó viajar y conocer jardines y arquitecturas diferentes. Pero lo que finalmente queda en mí, es su gente. Viajar a Japón, era mi sueño. La fascinación que sus jardines producía en mí, era inmensa".
"Conocerlo en primavera, con sus sakuras era mi gran desafío, difícil, ya que están en flor menos de una semana al año, y dependiendo del clima la fecha varía mucho", continuó diciendo Oreiro sobre los motivos que la llevaron a Japón en esta época del año.
Y acerca de su estadía en el mencionado país asiático añadió: "Dormir en un Ryokan, viajar en tren a las montañas, caminar pueblos antiguos, sumergirme en su filosofía de vida, momentos mágicos.
Descubrí un país increíble, pero lo más hermoso es, sin dudas, su gente, tan amable, educada y sonriente. Me impactó".
"Capítulo aparte. En uno de los tantos trenes que tomé, olvidé mi teléfono en un vagón y gracias a la organización que tienen y su extrema amabilidad logré recuperarlo. Pero hubo alguien especial, que hablaba japonés pero es inglesa. Gracias por ser un ángel, por contenerme y ayudarme. La empatía no conoce fronteras. Aventuras y personas que llevaré siempre en mi corazón", concluyó Natalia.