Relax, aventura y amor. Sandra Borghi emprendió la semana pasada un viaje verdaderamente inolvidable. La conductora de Mediodía noticias apostó a renovar su historia de amor con Fernando Casanello en las paradisíacas playas de Aruba. “En estos días en los que estuvimos solos nos reencontramos y pudimos volver a estar juntos”, confiesa en diálogo con GENTE al compartir en exclusiva el álbum de este romántico momento.
“Veníamos de un año muy complicado con algunos temas de salud. La verdad es que desde que nació mi última hija hasta acá nunca nos habíamos dado un espacio solos de reencuentro, de pareja, de diversión, de relajarse, de no pensar en nada. Y veníamos un poco planeando todo esto y se cumplía justo el 12 de agosto un año de la operación de Fer que fue muy complicada, que nos tuvo a todos muy asustados y que, como salió muy bien, decidimos que la mejor manera era hacer un viaje solos poquitos días”, comienza contando sobre cómo se delineó esta escapada al paraíso.
Dejar el trabajo, los chicos, la familia, la vida, al menos por unos días, no fue fácil. Es por eso que armaron toda una red de contención en donde su mamá y algunas amigas colaboraron para poder concretar este sueño que tenían, quedándose al cuidado de los menores.
-¿Por qué volver a elegirse?
-Porque es una persona íntegra, porque es honesto, porque me valora, porque lo valoro, porque nos cuidamos, porque nos admiramos mutuamente. No solamente como profesionales, sino también como personas, como mamá y como papá. Nadie me cuida en el mundo como me cuida él. Después de mi papá llegó Fer para cuidarme y para ocupar ese lugar de protector que tiene, que es capaz de cualquier cosa por defenderme y por protegerme y por cuidarme, porque nos reímos, nos divertimos, porque nos amamos, porque es mi mejor plan. Y mientras siga siendo mi mejor plan y mi primera opción, lo vuelvo a elegir una y mil veces.
-Un momento también para reconectarse desde otro lado...
-Tal cual. En este espacio que tuvimos solos nos reencontramos y pudimos volver a estar juntos, a divertirnos, a reírnos, a quedarnos despiertos hasta cualquier hora, a charlar de todo. En fin, y a valorar la vida después de todo lo que nos pasó. Que no fue, nada fue terminal, ni desde el amor, ni desde la salud, pero sí fue con muchos cimbronazos, ¿no? O sea, la vida tiene estas cosas, tiene estos altibajos. Entonces, saber que tenés una persona al lado que te acompaña, que te apoya en todo, que te elige todos los días, que te cuida, que te respeta, para mí no tiene precio. Y es mutuo.
-¿Hubo algún momento complicado en estos años de pareja?
-Nosotros aprendimos de nuestros errores, los pudimos sortear y construimos a partir de eso. Hicimos terapia pareja, supimos salir adelante de los problemas, nos acompañamos en la enfermedad, en el sufrimiento, en el miedo y hoy en un momento para disfrutar, para volver a elegirnos, para apostar de nuevo al amor. Nunca dejamos de apostar, pero para renovar. Porque aprendí que lo que a veces veo como un defecto es su mejor virtud. Cuando conocés a alguien decís ‘¡Wow! ¡Qué protector!’ Y después a los 10 años decís: ‘¿Por qué me protege tanto si y puedo sola en la vida?’. Si yo puedo sola en la vida. Y cuando te elevás un poquito y mirás la escena y decís ¡qué bueno que tenga un tipo al lado que me valore, que me proteja! Bueno, creo que pasamos un poco por todas esas etapas y hoy nos paramos en este lugar en donde nos elegimos de nuevo, ¿no?
-¿Cómo es Fernando como papá?
-Es un padrazo, porque no creo que haya otro como él, que ocupe un lugar tan importante en mi corazón como lo supo ocupar él.
Los detalles de la ceremonia de renovación de votos
En la playa, vestidos de blanco y en la más absoluta intimidad eligieron seguir amándose en el marco de una ceremonia que ya es un clásico. “Fue muy lindo. Significó volver a encontrarnos, a mirarnos. Sacó un anillo tremendo que casi me desmayo, empecé a llorar como loca y ahí todas las cámaras vinieron a nosotros porque fue un momento muy lindo”, recuerda.
“La verdad es que Fer es un tipo muy especial, no es una persona súper romántica y yo tampoco lo soy, entonces un poco nos divertía la situación de jugar a los novios románticos porque no lo somos ninguno de los dos. El lugar te invita a hacerlo y por eso creo que me sorprendió tanto Fer en el momento justo sacarme un anillo de brillantes que, bueno, no sé si es brillantes, creo que no, un anillo precioso que me desmayé de amor, me derretí y más que nunca lo volví a elegir”, agrega.
Un viaje de ensueño: por qué eligieron Aruba para su segunda boda
“Aruba es un lugar paradisíaco realmente. Yo me quería garantizar que sea una semana de sol y de buen tiempo y, averiguando, me di cuenta de que el lugar perfecto para eso era esta isla que tiene 365 días de sol, temperatura de un promedio de 28 grados y un agua templada, cristalina y playas arenas blancas. Un lugar con inseguridad cero en donde uno puede estar totalmente relajado y distendido, pensando solo en disfrutar y todo nos cerraba para esto. Así que elegimos Aruba como el destino ideal para poder hacer esta renovación de votos. Nos subimos a esta fiesta, este evento que ellos organizan todos los años y fuimos parte de esta ceremonia magnífica en donde cada uno está en su universo, dentro de su pareja, metido en su amor y mirándonos a los ojos nos dijimos las cosas que muchas veces uno no se tiene que decir en el día a día porque la vida cotidiana no te lo permite”, destaca.
Crédito fotos: Edrick Krozendijk.
Vistió: Anna Rossatti (@annarossati)
Agradecemos a: ATA Aruba Tourism Authority y a George Bislip (@georgebislip)