“No tengo culpa, la culpa es de quien la tiene”, lanza Concepción Cochrane, diseñadora, embajadora del jet-set europeo y la más “indomable” de los Blaquier, una de las familias más aristocráticas de Argentina.
La hija del millonario brasileño Lair Cochrane y Dolores Blaquier siempre fue protagonista de las vidrieras de las revistas con sus extravagantes looks. Su sello de estilo lo define la galera. “Me encantan los accesorios que me dan el toque freak, la pincelada de locura”, asegura Conce o Conchu para los amigos.
Sus veranos en Punta del Este con Pierre Casiraghi –hijo de Carolina de Mónaco– y su esposa, Beatrice Borromeo, fueron blanco predilecto de los paparazzi durante las calientes temporadas de verano.
Criada “entre Buenos Aires, San Pablo, Río y el campo La Concepción (la finca de Lobos donde fue concebida y que le dio su nombre)”, la rebelde del clan –siempre con anteojos de sol, no importa qué pase– pasa la mayoría del tiempo arriba de un avión.
¿Algunos de sus destinos favoritos? Paseos en yate en Ibiza, fiestas en Mykonos o celebraciones de Año Nuevo en New York con la heredera griega Eugenie Niarchos.
“Si soy el divague que soy es porque no me privo de nada, saco todo para afuera. Yo soy así: lo que ves es lo que es. Punto. No hay que privarse, esta vida es muy corta y todo el mundo sabe que se va a morir aunque le cueste aceptarlo”, sostiene la aristocrática trendsetter que estudió Producción de Moda e Interiores.
El vínculo de Concepción Blaquier con la realeza monegasca
En el verano europeo o en Uruguay, siempre se la puede ver rodeada por sus regios amigos. Los Casiraghi son un clásico en su agenda y en sus eternas tardes que ven pasar tirados bajo el sol.
“¿Qué es lo que más nos podría sorprender de tus amigos de la realeza?”, le preguntamos no hace mucho a la estrambótica nieta de Malena Blaquier, que siempre se salió del molde. “Me siento privilegiada por disfrutar de su amistad, pero no por sus nombres, sino por la clase de personas que son. Dios nos cría y el viento nos amontona”, fue su respuesta al hablar sobre su amistad con los Grimaldi.
En relación a sus aficiones en común con los royals, la chica que mezcla clase y rock a su estilo explica: “Nos gusta salir, escuchar música e ir a bailar”. Y enseguida reconoce: “De chicos fuimos más fiesteros, pero son los ciclos de la vida”.
¿Cómo llega uno a normalizar salir con los Casiraghi? “En una época de niña vivía en Europa. Cuando terminé el colegio empezamos a ser amigos. Aparte mis padres tienen una vida mundana”, revela la hermana de Astrid, Andrea, Paolo y Giuseppe Vianini (del matrimonio de su madre y el excorredor Andrea Vianini).
La aristocracia es así: “Hay días en los que me siento una reina y otros, una mendiga”
La IT girl que asegura que “la vergüenza no vino en mi paquete” jura y perjura que la aristocracia no significa nada para ella. “No me cambia en nada. Me siento una ‘lady’ porque tengo la actitud, pero no tengo un título nobiliario”. Fiel a su humor, que considera su mayor virtud, comenta: “Hay días en los que me siento una reina y otros, una mendiga”.
Acerca de su linaje patricio, continúa: “No sé cómo habría sido crecer en otra familia. Juego con las cartas que tengo”. Y enseguida se refiere a la rebeldía por la que se destacaron varias de las Blaquier.
“No tenemos casi nada de tradicionales: mamá (Dolores) siempre fue de romper moldes y nos educó con absoluta franqueza. Y yo estoy muy orgullosa de los padres que elegí”, comparte la princesa fashionista.
Si bien Concepción no tiene un tiene un título bajo el brazo, es descendiente del Almirante Lord Cochrane (1775-1860), décimo conde de Dundonald y marqués de Maranhão, cuyos restos yacen en la Abadía de Westminster. ¿El motivo? Ser uno de los capitanes británicos más audaces de las guerras revolucionarias francesas.
Su loca creatividad y su osado paso por la tevé
“La base de mi creatividad, inspiración y pilas viene de los viajes. No podría estar estática nunca, detesto la rutina”, confiesa Concepción. Además de diseñar para su propia marca By Concepción, llevó su personalidad estrafalaria y el gen de high society a la pantalla chica como jurado de Lo que das (El Trece)y al comentado reality Lucky Ladies (en 2016, por Fox Life)
En ese momento, la socialité y diseñadora analizaba sobre el formato que protagonizaba junto a cinco “mujeres del polo” (Julieta Kemble, Sylvita Pereyra Iraola, Solana Gassiebayle, Anita Bereciartúa y Martina Monteverde): "Lo que se busca es mostrar la vida de un sector de la sociedad: gente con un alto poder adquisitivo que tiene acceso a ciertas cosas".
Si bien en su momento coqueteó con las cámaras, casi no mira televisión. Dos de las series que más disfrutó fueron Downton Abbey y Los Borgias. Eso sí: se animaría a llevar adelante su propio show. “Haría un reality mostrando mi vida en las ciudades, con arte, moda, Coachella, cosas así... Imaginate una loca como yo vestida como un disparate. ‘Safari meets fashion’”, dispara.
De la finca que lleva su nombre al affaire de su abuela con Felipe de Edimburgo
Su nombre rinde tributo a “La Concepción”, la célebre finca familiar de los Blaquier Nelson, por la que han pasado Henry Ford, Nelson Rockefeller, la princesa Benedicta de Dinamarca, el Maharajá de Jaipur y Edward Kennedy, entre otros. Claro que una visita icónica que dio que hablar fue la del príncipe Felipe de Edimburgo, esposo de la reina de Inglaterra, en 1962.
El “romance” entre Malena y Felipe también fue retratado en The Royals, de Kitty Kelley. A raíz de ese escándalo, por entonces la aristócrata, explicaría: "Todo esto es un disparate y no quiero perder tiempo aclarándolo. Todo el mundo sabe que Felipe de Edimburgo vino a la estancia y que yo fui a Windsor infinidad de veces, por el polo. Incluso, hace dos años el príncipe Carlos me dijo que su padre hablaba mucho de nuestra estancia y de la Argentina".
A pesar de que su abuela lo desmintiera, al recordar anécdotas de la finca, Concepción exclama: “La que más recuerdo es la de la visita del príncipe Felipe en los años 60, que tuvo un ‘affaire’ con mi abuela, Malena Nelson Hunter. Si esas paredes hablaran…”.
Y luego aclara: “Bueno, no sé si mi abuela realmente tuvo un romance con el Duque, tampoco nadie lo va a confirmar… ellos lo sabrán”.
Malena Nelson Hunter de Blaquier, su abuela: la primera IT girl de la aristocracia
“Nosotros somos una familia muy grande y hay muchas mujeres. Mi abuela y mi mamá siempre fueron muy pioneras y de ponerse lo que se les ocurre. Nace de ahí. Yo estaba en el campo, encontraba baúles y me pasaba el día entero entre polillas disfrazándome”, cuenta quien de chiquita se mandó a hacerse el uniforme del colegio.
En el estilo, la herencia pesa: “Mi abuela fue una de las mujeres más elegantes de Argentina. Una IT girl antes de que existieran las IT girls. Ella era una transgresora y yo me crié con esa imagen”. ¿Un consejo que tomó de su abuela? “Hay que hacer y vivir como uno siente, estar imitando y esforzándose no sirve”.
Arte de portada: Silvana Solano
Fotos: archivo Grupo Atlántida