El Tirri, además del primo de Marcelo Tinelli, supo ser un Fabuloso Cadillac, abrió un show de Madonna y hasta fue amigo de Ice-T. Dueño de un perfil donde no queda claro donde empieza el personaje ("Desde que era chiquito pensé en hacer algo para ser famoso", aseguró), esta semana brindó una entrevista y contó detalles de su vida, que estuvo marcada por la adicción al alcohol y la búsqueda de cumplir su sueño.
"Dejé el alcohol hace 12 años y no probé nada más", aseguró en diálogo con Infobae. Y profundizó: "Siento que tengo un grado de inconsciencia. Tomaba las decisiones impulsivamente. Dejé a los Fabulosos Cadillacs en un momento magnífico. Los cité a todos en Clásica y Moderna y les dije: 'chicos, me voy a hacer rap a Estados Unidos', cuando el rap en español no existía. Y me fui a California sin hablar inglés. Ni siquiera me fui a Miami".
Sin embargo, fue tejiendo redes con el fin de cumplir su sueño. "Sabía que con esos contactos iba a volver con un disco, porque soy una persona que le cuesta mucho admitir que le fue mal. Dejé los Cadillacs y perdí a mi primer matrimonio por ir a Hollywood. ¿Y me iba a volver sin un disco? En esa época, sacar un disco era todo", aclaró.
"Era duro porque me sentía una celebridad, pero estacionaba los autos de las celebridades. Era en Mastro’s, que es el lugar número uno en Beverly Hills. Después de los Grammys, todos van a comer ahí. Te juro que metía el auto con un dedo. Fui vestido impecable, porque lo único bueno que siempre tuve era ropa. Tenía un buen smoking, estaba bronceado, era joven... ¡La rompí!", recordó sobre sus días como Valet Parking de Hollywood.
Todo se dio así hasta que conoció al productor de cine, Jay Bernstein, un tipo que lo "cambió", según el mismo contó. "Salió medio tomado y le dije que era peligroso que manejara así. Se quedó hablando conmigo y me pidió el teléfono. Ese tipo me hizo conocer Hollywood por dentro", explicó.
"Me ofreció el proyecto más grande de mi vida: hacer un Elvis en español para Paramount Pictures, pero cometí un gravísimo error. Organizó una fiesta en su casa para firmar el contrato y cayó una chica que era una playmate. Se llamaba Brooke y me fui de la casa a otro lugar, con ella", relató.
Sin embargo, todo se cayó. "Éramos tan amigos que al otro día volví y le pedí perdón. Me dijo que no me hiciera problema y me dio un abrazo. 'No estás listo', me dijo. '¿Y el contrato?', le pregunté. 'No, ¿qué contrato? A vos todavía te falta', me respondió. No tenía nada. Me dio una oportunidad única para Paramount Pictures y perdí todo por el alcohol, la joda y las mujeres", sentenció.
Pero a pesar del desenlace de esta historia, fue un día que marcó un antes y un después en su vida. "Dejé el alcohol de un día para el otro. Fue muy fuerte. Los más allegados que conocen esa fecha, lo celebran cada año. Para mí, cada año es eterno. No me veo nunca más tomando una gota de alcohol porque ni siquiera tengo el deseo", contó con una sonrisa. "Pegué el volantazo justo a tiempo con el alcohol", advirtió.
El Tirri, dueño de un pedacito de la Luna
"Lo bueno es que invertí", aseguró en otro pasaje de la entrevista. Pero Tatiana Schapiro, la periodista con quien hablaba, se mostró muy sorprendida al escuchar su respuesta. "Compré cuatro acres, que son 40 manzanas, en la época en que nadie creía en eso. Lo compré en 2012. La NASA sacó el comunicado: en 2040 empiezan a construir casas en la Luna".
"Pero si el hombre no volvió a la Luna todavía, Luciano", le dijo ella. Pero él respondió muy tranquilo: "Es el gran dilema. El Apolo 11 tardó tres días y 16 horas en llegar. Lo que se está haciendo es programar el primer viaje para 2026, en un día y medio", señaló.
"Roza con lo fino y delirante", admite. "Ahora tengo que ir a Lunar Embassy porque ellos me entregaron el mapa y el pasaporte lunar en el que van a marcar las estampas cuando vaya y ver cómo puedo lotear si quisiera vender. Me quiero quedar con una manzana, ¿para qué quiero 40? Ahora se están peleando entre Elon Musk y Jeff Bezos por ir a la luna. Y yo tengo esa barbaridad de hectáreas. Es una locura", sentenció.
Y lo más loco es que confesó que lo hizo con la tarjeta de crédito a Marcelo: "No tenía plata para comprarla. Y no sé si se la terminé pagando o no. Compré todos los acres con la de él".