“Siempre me gustaron la velocidad, los autos y manejar. Hace dos años arranqué en karting y este 2024 ya tuve mi primera prueba en el TC2000 con el equipo de Marcelo (Ambrogio) en el autódromo Cabalén de Córdoba", recuerda Valentín Yankelevich, el hijo del medio de Romina Yan y Darío Giordano, en una entrevista exclusiva con revista GENTE.
Así, el joven de 21 años le contó a GENTE, desde el Autódromo de Buenos Aires, cómo es el deporte que lo apasiona y por el que decidió tener una vida alejada de las cámaras y los sets de filmación.
Si bien el hijo de Romina Yan se encuentra alejado del mundo del entretenimiento, su amor por el automovilismo queda sentado en sus redes sociales, donde comparte postales e historias de sus entrenamientos, competiciones y alguna que otra vivencia personal.
En ese sentido, recientemente, Valentín recreo una emotiva foto vintage, de cuando tendría no más de 5 años, y donde casualmente está sobre un auto para niños.
"Algunas cosas no cambian", expresó en un posteo que compartió desde su cuenta personal de Instagram, donde se ve una primera foto de él de chico, y otra más actual conduciendo uno de los los autos del TC2000, a toda velocidad.
Valentín Yankelevich y el respaldo incondicional de su abuelo Gustavo
Al momento de hablar de referentes en el automovilismo, Valentín no lo dudó ni un minuto: Juan Manuel Silva, el piloto chaqueño que fue campeón de TC, TC2000 y también se le animó al rally Dakar. “Lo conozco y me apoyó mucho. Es una gran persona y un gran piloto, no hace falta aclararlo”, explicó.
También afirma que sigue de cerca a todas las categorías, como el Turismo Carretera y el propio TC2000, donde apunta todos sus cañones. Además, le gustan las carreras de resistencia -"aunque no parezca, me divierten”- y, obviamente, es ferviente seguidor de la Fórmula 1...
Tanto que se confiesa admirador del alemán Michael Schumacher, de Ferrari, y del monegasco Charles Leclerc, que actualmente corre para la Scuderia. “Igual lo banco a Max (Verstappen)... Me gustan los pilotos que demuestran que pueden estar en el mejor nivel. Sabiendo lo difícil que es esto, la verdad todos me generan un gran respeto”, sostuvo en diálogo con GENTE.
-¿En qué momento decidiste dedicarte al automovilismo?
-No te voy a mentir. No es algo que me haya salido naturalmente. No es que dije "quiero correr". Fue algo que siempre me interesó, pero nunca estuvo tan latente la posibilidad hasta que mi abuelo Gustavo me lo sugirió. Él, sabiendo de mis intereses y de mi pasión, me lo propuso y yo no puede decirle que no. Me dijo "¿querés correr?", y le dije que sí de una... Estaba encantado de tomar la oportunidad. Como digo, fui tratando de no acelerar ningún proceso porque de verdad es que quiero prepararme de la mejor manera para lo que es este mundo.
-¿Cómo fue aquel primer momento en que te subiste a un karting y lo aceleraste? ¿Cómo describís esa sensación?
-Fue mucho más de lo que esperaba... Yo tenía algo en la cabeza, pero subir al karting por primera vez, acelerarlo y meterle a fondo en una recta, fue una alegría tremenda. También sentí adrenalina, obvio. Y a partir de ahí fue enamorarme del karting, de las pequeñas cosas, de estar en los detalles y también de manejar la frustración porque una vez que empezás no todo es color de rosa. Es algo que disfruto mucho. Para mí es un placer estar arriba de un auto, de un karting o de lo que sea. Para mí esto es puro disfrute.
-¿Y qué sentiste cuando te subiste al Renault Fluence de TC2000, algo totalmente diferente a un karting?
-También fue una sensación especial. Sentir que el auto responde a lo que vos le pedís es muy lindo. Como que vas en un Scalextric, hace todo lo que vos querés que haga. Obviamente, es un placer de manejar un auto del equipo de Marcelo (Ambrogio). Es un auto que va muy rápido. Me sorprendió la velocidad en curva, algo que no me esperaba. Imaginaba una transición más tranquila, pero tanto la velocidad de curva como el poder de frenado son impresionantes en comparación con un karting.
-¿Qué siente tu abuelo al verte cumplir tu sueño, transitar tu propio camino en el automovilismo?
-Siento que está muy orgulloso. Me acompaña mucho y me ayuda a esforzarme, por así decirlo. Para él esto también es una pasión, que tal vez nunca la pudo exprimir como piloto. Me ayuda tener un apoyo tan importante de mi familia.
-Imagino que ese respaldo es relevante cuando uno hace una actividad con tanto riesgo...
-Claro, ellos sienten miedo cuando uno está en el auto. Como piloto a esto lo disfrutás, pero también hay que entender a la familia. Si bien el automovilismo es muy seguro -y uno eso uno lo ve cuando hay accidentes fuertísimos y el piloto sale cambiando-, la familia se asusta. Por eso hay que darle la confianza. Sé que se asustan, pero no al punto de transmitirme a mi esos miedos. Siempre me dicen, "dale, tranquilo; hacé lo tuyo". Ayuda mucho tener a tu familia empujando de esa manera.
Entrevista de Tapa: Diego Durruty
Fotos: Gentileza @grapcontenidos