Así lo afirma el tabloide australiano New Idea. El mismo medio informa del inicio de investigaciones sobre un viejo delito: la desaparición de una tiara muy especial.
Según el semanario australiano New Idea, la reina Isabel II estaría reabriendo investigaciones sobre un viejo crimen: la desaparición de la tiara de perlas y diamantes de la reina Maud, hija del rey Eduardo VII de Inglaterra y la reina Alejandra.
Esa misma publicación asegura que la monarca estaría sospechando de Meghan Markle y Camila Parker Bowles entre las posibles ladronas de la joya que pertenecía a la royal noruega, quien recibió la tiara como presente de casamiento de sus padres en 1896.
La pieza, que puede verse en la imagen de aquí abajo, valuada en 200 mil pounds, fue robada en 1995.
La célebre tiara, cubierta de diamantes y perlas, en oro blanco y plata, recuerda al estilo Nouveau tan de moda en el siglo XIX.
El tabloide cita una fuente allegada a la realeza que asegura: "La reina se está volviendo más protectora con las joyas conforme pasan los años porque desde Camila a Meghan y Fergie, todas tuvieron los ojos puestos sobre la colección".
Lo más insólito de la acusación es que en 1995 Meghan era una joven residiendo en Los Angeles, muy lejos del sueño de convertirse en princesa, mientras Parker Bowles estaba tratando de lavar su imagen pública de las acusaciones que la señalaban como la mujer por la que Carlos había dejado a Lady Di.