Florencia de la V se presentó en el escenario de "El show de El Ángel" el 11 de diciembre de 1998 sin pensar que ese día sería clave para su futuro. Fue esa noche cuando conoció a Pablo Goycochea, su actual marido y padre de sus hijos Paul e Isabella.
Osky Beigbeder, anfitrión infaltable en aquella oportunidad, recordó en diálogo con GENTE cómo se produjo el primer encuentro entre Florencia y Pablo. "Esa noche se había llenado el lugar porque duplicamos la cantidad de espectadores, fue un boom porque inauguramos el patio, significó un crecimiento para el lugar. Entre el público estaba Pablo con sus amigos y yo decido elegirlo a él para que le entregue unas flores a Florencia -que esa noche lució un traje de la Mujer Maravilla y se convirtió en la madrina del show- y para que sea anfitrión porque es de Gualeguaychú", contó.
Y agregó: "La gente pedía un pico y queríamos que se den un pico. Flor no quiso en ese momento. No quiso en ese momento y mira en que terminaron -comenta entre risas-, formaron esa hermosa familia que tienen ahora".
"Tenemos dos carteleras con fotos de todos los artistas que nos han visitado o han participado del show. Por supuesto que hay fotos de Flor y mucha gente cuando la ven dicen 'acá se conocieron Florencia y Pablo'", resaltó el creador del mítico espacio de Gualeguaychú.
En paralelo, destacó la actitud profesional que siempre tuvo Flor cada vez que se presentaba en su escenario. "Lo que siempre recalco es su profesionalismo, ella venía y ensayaba antes. Es una persona que siempre ha tenido un gran respeto hacia el público", consideró.
Flor de la V y Pablo Goycochea: una pareja a prueba de todo que siempre dio la cara
En el cierre del Mes del Orgullo LGBTIQ+, la actriz, comediante y vedette compartió un reflexivo posteo en su cuenta de Instagram donde celebró su amor con Pablo Goycochea.
“Para cerrar el mes del Orgullo, voy a hablarles de amor. Amor del bueno, del que cuida y celebra la vida. Quiero contarles una hermosa historia de amor con un final feliz. Porque mucho se dice de nosotras, pero poco se habla de nuestro derecho a amar y ser amadas a plena luz del día y no en la clandestinidad. Sin condicionamientos”, comenzó a decir en relación a las dificultades que le tocó atravesar en sus comienzos por ser una persona trans.
Y continuó: "Hoy puedo contar mi historia de amor porque tuve suerte, o porque no hubiera aceptado nunca que fuera de otra manera. Desde el principio supe que Pablo era diferente a todos. Nos conocimos un 11 de diciembre de 1998. Al poco tiempo fui su novia a los ojos de todo el mundo y jamás puso una sombra sobre mí".
“Nuestro amor sobrevivió́ a todos los prejuicios que se puedan imaginar y enfrentamos cosas muy dolorosas, pero jamás nos escondimos. Él siempre dio la cara por mí y esto no debería ser algo a destacar. Ninguna de nosotrxs debería sentir que tiene que agradecer y justificarse frente a la sociedad. Ninguna debería ser cómplice del ocultamiento y la mentira. Nuestro derecho a amar y a ser amadas fuera de la clandestinidad es un derecho al que no debemos renunciar jamás”, resaltó.
“Sé que nosotras somos un blanco fácil para algunos sujetos que en nombre del \'amor\' se aprovechan de nuestra vulnerabilidad. Yo fui víctima de esa violencia. Es como un cigarrillo que con su llama te va consumiendo hasta dejar nada, solo cenizas. Es muy triste y tan humillante, te quita todo, hasta la dignidad. Y así vulnerable, sin saber me volví́ cómplice de este sujeto que decía \'amarme a su manera\'. Entre cuatro paredes”, recordó.
Y concluyó convencida: “Hoy quise compartir mi historia para decir que es posible experimentar la felicidad del amor. Del amor bueno. Del amor que sana, cuida, cura, abraza y construye. Hoy pertenezco a una minoría, pero eso tiene que cambiar”.