Julieta Ortega fue la protagonista del último episodio del programa de streaming Las pibas dicen: Las cosas que no salieron como querías, un nuevo ciclo que sale por la plataforma de streaming Blender, en donde ella y Ana Paula Dutil, su hermana Rosario Ortega, Andrea Rincón y Fernanda Cohen rompe con sus estructuras y se animan a exponer su historia.
En la semana de su cumpleaños, la actriz repasó su historia vinculada a los celos, y se animó a mostrar una parte de ella, hasta ahora desconocida: habló de sus celos, cómo los atravesó, y cómo logró sortear esa sensación.
Julieta Ortega se sinceró respecto a los celos: "La locura del amor está a miles de kilómetros"
Julieta Ortega tomó la posta del principio del episodio y resumió su historia respecto a los celos. No anduvo con vueltas: "Soy excelosa, soy una celosa recuperada, revisé teléfono, computadoras, cajones y bolsillo. Viví bajo un estado de sospecha permanente", es lo que dijo al principio del programa.
"En mis relaciones siempre estuvo presente el fantasma de una otra y al terminar esas relaciones, me pasé noches enteras en redes sociales buscando a la posible nueva novia de mi ex, su nuevo objeto de deseo y, como con el tiempo me volví una experta, siempre llegué a buen puerto, me convertí en una investigadora profesional", apuntó.
Después de un intento fallido en una terapia grupal, siguió así. Pero ya no más: "Ahora que estoy soltera, el infierno está lejos. Relato esa época como quien cuenta una película de terror, la locura del amor está miles de kilómetros. No sé con qué tienen que ver los celos y ya no me importa: mi estado favorito es este, sin amores a la vista, en paz, porque después de todo nunca se sabe. El demonio puede estar a la vuelta de la esquina y listo para volver a crepitar...", sentenció.
Esto también le pasó en el plano familiar, no solo el amoroso. Y según cuenta, lo que más le costó fue entender que nadie va a estar para siempre. "Cuando era chica la volvía loca a mi mamá, y le decía, 'decime la verdad, ¿algún día te vas a morir?'. Entonces yo siempre asocié esa chica que ya estaba torturada, pensando ¿qué voy a hacer cuando mi mamá no esté?, porque es obvio que algún día no va a estar", reconoció.
"Estaba pidiendo lo imposible, que no se vaya nunca. Nadie no se va a ir nunca. La trampa para mí de los celos es eso, como que estás pidiendo lo imposible. Nadie te puede asegurar que no se va a ir o que no se va a enamorar de otra persona", recapituló, atando los cabos sueltos de su historia.
"El otro día decidí googlearlo y decía que los celos era algo así como 'temor por perder lo amado'. Yo siento que es lo que más me resuena. Todo lo que amás puede desaparecer", planteó.
