Juariu, en la dulce espera: cuándo nace su hijo, qué nombres pensó y cómo sigue su tratamiento oncológico – GENTE Online
 

Juariu, en la dulce espera: cuándo nace su hijo, qué nombres pensó y cómo sigue su tratamiento oncológico

La tucumana de 37 años se animó a hacer una producción con Revista Gente en la que mostró su incipiente pancita; además de revelar detalles desconocidos de su embarazo, Vicky habló de los momentos más difíciles que le tocó atravesar: de la repentina muerte de su padre a su encuentro cara a cara con el cáncer.
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Juariu se convirtió en la investigadora de su propia primicia y la contó en vivo: está embarazada de su primer hijo, fruto de su relación con Gustavo. Lo hizo en Cortá por Lozano, donde trabaja como panelista. Y esta vez, nadie descubrió ni filtró la noticia. "Me llamó Ángel De Brito para decirme que no sabía cómo se la había pasado", dice divertida después de posar para Revista Gente. Y cuenta que armó todo con el productor del programa y que nadie sabía que estaba embarazada. Tuvo que disimular los síntomas los primeros meses, algo que hizo a la perfección: no hubo sospechas.

La tucumana, que se hizo famosa por stalkear a las celebridades y se terminó convirtiendo en mediática y parte de la televisión que vio toda su vida, se anima a hacer una producción mostrando su incipiente pancita de cinco meses. También a contar algunos fragmentos de su vida: desde la abrupta muerte de su padre a su encuentro frente a frente con el cáncer. Vicky, ese es su verdadero nombre, descubrió un bultito en una de sus mamas y desde ese momento se puso en modo supervivencia. Se operó, hizo rayos (en ese entonces le dijeron que no hacía falta hacer quimioterapia) y tuvo que tomar pastillas y darse inyecciones. Estas últimas la tuvieron con menopausia durante 4 años. Pero todo eso quedó en el pasado.

Ahora, y después de hacer consulta con médicos, interrumpió el tratamiento (tomó 7 años de pastillas, y le quedan 3 más) para cumplir su sueño: ser madre. "Yo dije que quería hacerlo, con el visto bueno de los médicos. Pensábamos que iba a ser un proceso largo y dijimos: `Vamos probando´. Eso fue en marzo y llegó abril y no me venía. Quedé en el primer intento, evidentemente tenía que ser", cuenta con una sonrisa en la cara.

Si bien aún no tienen nombre, dice que con Gustavo piensan en clásicos. Suenan fuerte Felipe y Manuel. También adelanta que la fecha posible de parto es el 23 diciembre, un mes muy particular (mes en el que le descubrieron el cáncer, en 2016, y en el que se casó, en 2017) y confiesa que aún no tienen nada preparado. Lo que sí tiene son algunos antojos, especialmente tiene ganas de comer kiwi y otros cítricos. La pancita, promete, acaba de salir justo para las fotos. "Ayer me di cuenta de que no me entran los pantalones", dice mientras se prueba unos lentes para la producción.

A los 37 años y con el aval de los médicos, la tucumana decidió suspender su tratamiento oncológico para convertirse en madre.

-¿Te dio miedo buscar un bebé después de la enfermedad que atravesaste?

-Me parece lindo pasar de tener miedo a esta otra etapa que significa vida. Me cuesta... no es que quiero dejar atrás lo que me pasó, ni el cáncer, ni nada, porque es algo que convive conmigo siempre. Pero es como que siento que es una nueva etapa que tiene que ver con la felicidad, con crear, con traer vida.

-Dejar atrás también es una forma de sanar.

-Nunca había tenido contacto con el cáncer, nadie en mi familia tuvo. Fue todo inesperado. Me hice una eco porque me sentí un bultito y me dijeron: "Andá a buscar a un especialista. No me gusta la imagen". Estábamos los dos solos con Gustavo acá en Buenos Aires, justo eran las fiestas. Me fui para Tucumán a informarle a la familia. Mi mamá vino para la operación y era todo caótico. Ahí fue muy hábil el médico que me dijo: "No pensés. No es momento de estar pensando o preguntándote. Hay que hacer muchas cosas". Por suerte fue detectado a tiempo. Fue un hallazgo.

-Y te enfocaste en eso.

-Al principio, al no entender y escuchar la palabra cáncer, que es tan dura, tuve mucho miedo y tuve que luchar para no paralizarme. Te cambia la vida en un segundo: vas, te hacés un control y te dicen que está mal. Cada vez que tenés un control viene el miedo y esa cosa de: "¿Por qué a mí?". Hasta que entendés y decís: "¿Por qué no a mí?". Le sacás la carga.

Juariu siempre supo que quería ser madre y pudo dejar sus miedos de lado para darle rienda suelta a ese sueño.

-¿En qué sentís que te cambió haber tenido cáncer?

-Noto que el umbral del dolor me cambió. Antes nada me dolía, ahora me tienen que hacer una boludez y ya me duele. Soy más sensible a esas cosas. También siento el peso ese de: "Tuviste cáncer, algo tenés que aprender". Bueno, no sé, al principio estás mal, tratás de no preocuparte por frivolidades, pero después volvés. ¿Por qué yo que tuve cáncer tengo que pensar que tengo que disfrutar de la vida?

-Es como el gran cliché.

-A veces te dejás envolver por la frivolidad y no tenés que sentir culpa por eso. Seguís viviendo normal, hay mucho peso: "Tenés que aprender de la vida". Bueno, hago lo que puedo. Cambia mucho porque la vida te cambia. Por ejemplo: yo si me preocupo por alguna pelotudez o alguna frivolidad, que me sigo preocupando... como cuando lloro si me tiño y no me gustó el color... Cuando me voy a bañar, me veo la cicatriz y digo: "Bueno, nada, esto es lo importante".

La fecha probable de parto es en diciembre y, más allá de que le gustaría que se de de forma natural, no imagina un parto en el agua.

-La cicatriz te baja a tierra.

-Me pasa que la cicatriz no me molesta y es como un cable a tierra, me trae a los lugares de decir: "Esto es lo importante". Cuando presto atención a la cicatriz digo: "Lo importante esta acá y es la salud". Me calma bastante.

-¿Cómo atravesaste la menopausia?

-Lo de la menopausia fue difícil. Hay mucha carga con la menopausia, las mujeres internamente tenemos algo que nos sucede cuando nos dicen "menopausia". Atravesarlo es difícil y necesitás ayuda. Hice terapia. Me veía al espejo y me veía vieja. Me sentía con toda la carga emocional, cultural y con lo que te sucede en el cuerpo. Tuve muchísimos calores, tuve que tomar mucho calcio, porque los huesos se empiezan a descalcificar... sequedad. No me sentía bien con mi cuerpo pero entendía que era algo que había que atravesar. Ya está, son signos de resistencia. Estás peleándote con una enfermedad de mierda, si lo peor es tener un poco de panza o tener que tomar una medicación, bueno.

De compañeros de jardín a futuros padres: la historia de amor de Juariu y Gustavo

Gustavo y Juariu se conocen desde antes que la edad de ambos ocupara dos dígitos. Fueron al jardín, primario y secundario juntos en Tucumán. Pero eran solo "conocidos" o "compañeros". Las cosas cambiaron cuando coincidieron en un viaje a Nueva Zelanda. Un amigo en común iba a ir a trabajar unos meses con Gustavo y Vicky se sumó al plan de ellos. Los 3 meses se convirtieron un casi un año y el compañero del jardín se volvió su interés amoroso. Lo que empezó con unos besos en una fiesta terminó en un noviazgo de 14 años. Gustavo viajó a Buenos Aires a hacer la residencia y hoy es urólogo, como el padre de Vicky ("Pura casualidad", promete). La razón por la que dejaron Tucumán fue la carrera de él. Y, de alguna manera, en la historia de Juariu hubo un otro que la llevó hasta adonde está, como cuando un jefe le sugirió que hiciera videos graciosos o Jorge Rial la convocó a ser parte de Intrusos.

En pareja hace 14 años con Gustavo, Juariu asegura que la fama no cambió nada en su relación.

"Es linda la historia, lo conozco de toda la vida, éramos compañeros, nos llevábamos bien, no éramos amigos. Me parecía lindo, pero nunca había pasado nada, no había una historia dentro de la escuela. Después cuando nos fuimos de viaje a Nueva Zelanda, nació el amor. Tengo fotos de chiquita", cuenta. "El primer beso fue en una fiesta, empezó de joda... un beso y se fue repitiendo y repitiendo. En un momento me di cuenta de que me estaba gustando y a él también, nos re conocíamos pero en ese viaje nos enamoramos", suma.

-¿Cómo reaccionó Gustavo cuando se enteraron de tu enfermedad?

-Gustavo fue el sostén, fue lo que me mantuvo alegre, de pie. Es divertido, es muy leal, muy presente, muy positivo. Siempre fue: "Va a estar todo bien, ¿por qué va a estar mal?". Muy de no preocuparse. En octubre del año pasado me dieron ganas de preguntarle a mi familia qué sintió porque no me trasmitieron ningún miedo. Debe ser difícil acompañar, ver al otro llorar, con miedo. Ahora que me siento fuerte me dan ganas de saber qué les pasó. Porque te centrás mucho en vos. Es como un terremoto que se te viene encima y tenés que volver a reconstruir todo.

-Pasaron muchas cosas desde entonces, ¿cómo se lleva él con tu fama?

-Él se divierte, me acompaña mucho de afuera. Pero si le digo de ir a algún lado, sufre. Imaginate que llegué casi a la final de MastrChef y nos preguntaban quiénes venían y él me decía: "¿Yo tengo que ir?" No le divierte nada la idea. Le divierte lo que hago yo, se divierte viéndome, me aconseja, hablamos bastante, pero él, cero. Tampoco es que nuestra vida haya cambiado tanto.

-¿Nada cambió?

-Me reconocen a veces, pero no soy Vicky Xipolitakis. Lo lindo que tiene lo nuestro con Gustavo es que lo conozco, sé quién es, sé de qué está hecho, sé su esencia. De base quiero que esté bien porque hay un amor genuino, de toda la vida.

-¿Cuánto tiempo llevan juntos?

-Estamos juntos hace 14 años. Y crecimos mucho: vivimos en Tucumán, después vino a vivir acá, me vine. Tenía 24 cuando arrancamos. Sí me pasó que cuando hice Gran Hermano me iba de casa a las 9 de la noche y volvía a la 1 de la mañana. Estuve 5 meses sin ver a mi marido, y dijimos: "Más tranquilidad". Además teníamos este proyecto de ser padres.

Si bien está a la espera de su primer hijo, Vicky asegura que le gustaría tener más de un hijo.

-¿Tenés hermanos?

-Tengo una hermana más grande, mi cuñado, mis tres sobrinos, mi mamá y su pareja. Mi papá falleció en el 2007. Con mi mamá y mi hermana somos muy unidas, más desde lo de mi papá.

-¿Qué le pasó?

-Fue medio inesperado, era joven, tenía 54 años, le agarró en ese momento una pancreatitis aguda. No supimos si fue algo que le tapó una vía, el páncreas se le inflamó, justo volvían de viaje. Fue medio fulminante, en 6 días lo fulminó. Muy inesperado, era muy joven y muy presente. Fue un golpe durísimo. Yo tenía 20 años y era muy pegada a mi papá. Mis papás estaban juntos, mi viejo era muy importante para la familia.

-¿Con esto de ser mamá, pensás en él?

-Sí, re. Ya lo pensaba con mis sobrinos. Viste que te dicen que el tiempo lo va sanando, que es verdad, sana el dolor, el desgarro, pero cada año que pasa, cada cosa que te va pasando... lo extrañás más. Como que eso es peor. Todos los avances que vas haciendo, los crecimientos, decís: "Lo que le hubiera gustado ser abuelo". Es inevitable pensarlo y que te genere mucha tristeza.

Divertida con la producción, Juariu reveló algunos de los nombres que están barajando para el niño.

-¿Y verte en la tele?

-Mi viejo me decía: "Apagá la tele, apagá esa mierda". Y ahora pienso: "Mirame ahí adentro". Cuando era chica quería romper la tele. Era médico urólogo. Igual que Gustavo, mi novio, pero nada que ver. Yo me puse de novia con Gustavo y él decidió la especialidad después. Justo se dio. Queda raro decir: "Mi papá era urólogo". Me miran como... "Edipo".

La carrera maratónica de Juariu

La llegada de Juariu a Buenos Aires fue un año después de la de Gustavo. "Él vino un año antes para hacer la residencia en el hospital italiano. Le dije: `Andá, si es tu sueño´. Yo terminé la carrera y me vine a ver qué onda", cuenta. Y dice que la idea era acompañarlo 5 años y volver. Pero las cosas no fueron tan lineales: en diciembre de 2016, después de boyar entre varios trabajos, se enfermó.

Su vida después del cáncer dio un vuelco de 180 grados. Arrancó a trabajar en una agencia de marketing como diseñadora gráfica (carrera de que estudió en su provincia natal) mientras hacía los rayos (dato que no compartió con sus jefes). Ahí le pidieron que hiciera unos videos y surgió su alter ego Juariu ("How are you" en inglés). Fue, dice, una forma tucumanizada de reírse de esas influencers a las que no conocía nadie y estaban llenas de canjes. Después siguieron Intrusos, Bendita, MasterChef, Gran Hermano (dice que su preferida es Julieta Poggio) y Cortá por Lozano. Además de La casa, el canal de streaming en el que tiene dos programas (Yo qué sé y Rumis, con Lizardo Ponce, Sol Pérez, Cachete Sierra y Lola Latorre).

De ser la chica que stalkeaba en las redes, se convirtió en una de las participantes de MasterChef famosos.

"El diseño quedó atrás. Me gustan los medios, explorar, ver... quiero hacer un curso de actuación. Hice algunas cosas porque soy una atrevida, pero me gustaría aprender, estudiar 3 años de la carrera para tener una herramienta más", dice sobre sus proyectos futuros.

-¿En Tucumán sos una celebridad?

-No sé si soy una celebrity, creo que no. Pero trato de darle al norte, a Tucumán, lo mejor que puedo. Al principio trataba de que se notara bien la tonada. Me gustaba el hecho de que se escuche una tonada bien tucumana. Como llevo 10 años en Buenos Aires se va perdiendo la tonada. Pero siempre trato de marcar esto de "Chango" y "Changa". Me encanta la tucumanidad, el humor, la tranquilidad, la siesta, la familia, la comida...

-¿Cómo te llevás con la exposición?

-Me encanta hacer fotos pero no sé posar. No me hallo en cómo poner la cara, el cuerpo, me falta creérmela.

-Todo lo que estás haciendo debería ayudarte a creértela un poco

-Sí, pero me cuesta. Para mí los medios eran como un juego, recién este año me empecé a tomar las cosas muy en serio. Lo que estoy descifrando es que me la tengo que creer. No creérmela desde un lugar de agrandada, sino creer que realmente soy buena en lo que hago y puedo hacerlo. Y no que fue una casualidad.

De todas las primicias que descubrió hubo una que indignó a la China Suárez que al día de hoy la tiene bloqueada.

-¿Cómo pasaste de la chica de las redes al lugar que ocupás hoy?

-Fue muy maratónico. De hacer cosas en las redes por jugar a que me llame Rial y estar haciendo una columna en Intrusos. De decir: "Me encanta Bendita" a que me llamen... Y de decir: "El único lugar por el que dejaría Bendita sería MasterChef" y me pasara. Después, Gran Hermano, Cortá por Lozano, que, para mí, Vero Lozano era una referente. Siento que lo tomaba medio como casualidad y ahora siento que me tengo que empezar a creer que también lo conseguí porque algo hice bien. Todo se fue de una manera muy linda, fácil. Cosa que a mí me asusta porque decís: "¿Tan fácil?, raro".

-¿Te da miedo?

-A veces pienso que en algún momento se puede acabar. Cuando estaba en MasterChef, una vez Santiago del Moro me dijo: "Tenés que créertela que estás en este lugar porque te llamaron para que estés vos". Siempre pienso en eso.

-De chica, ¿soñabas con ocupar este lugar?

-No, yo miraba la tele como algo que era imposible. En mi casa se miraba Mirtha Legrand al mediodía, yo miraba Intrusos a la siesta, me iba a laburar, volvía. Fui muy consumidora de toda la televisión. Para mí la tele era algo que solo le pasaba a algunos que tenían suerte o que tenían contactos. Como que era algo imposible, imaginate yo, de Tucumán, lo ves como algo súper lejano. Es más soñás con ver un famoso. Al día de hoy me sorprendo cuando veo famosos que no vi todavía.

-¿Con qué famoso te pasó de verlo y quedarte dura?

-Mirtha Legrand. No lo podía creer. Toda mi vida viendo a Mirtha en los almuerzos desde mi casa. De repente estar sentada al lado de Mirtha, pedirle una foto. Para mí ir a un almuerzo sería increíble... Estar sentada ahí y abstraerme y decir: "Estás sentada en la mesa de Mirtha Legrand, flaca". Eso me parecería demasiado loco. Pero la verdad es que disfruto mucho cuando conozco a todos los famosos. Cuando me escribe Rial para ir a Intrusos, dije: "¿Qué es esto? No puede ser". Beto, todos, Katy Fulop, en MasterChef, cuando entró, me quedé como: "¿Qué?". Celebro que todavía me pase eso. Me sigue emocionando llegar a un estudio nuevo de tele.

Además de contar cuál fue el famoso que más le impactó conocer, Juariu aseguró que aún hoy sigue siendo una cholula.

-¿Seguís siendo cholula?

-Re. Me encantan los famosos y el mundo de la farándula. Me parece muy loco verlos.

-¿A quién te falta conocer?

-A Susana Giménez

-¿Alguna vez pensaste en ser Vicky en lugar de Juariu?

-El 93% de la gente dice mal Juariu. Es más, Rial me sugirió que me lo cambiara por Vicky. Me doy cuenta de que a mucha gente le cuesta y me dice: "Bueno, vos", y tratan de no decirlo. Siento que si empezaba con Vicky era algo más común, entiendo que Juariu es difícil. Me dicen: "Hailux, Acuarius, Juriu, Jujaju, Jajuju". Cualquier cosa me dicen, me da gracia igual. Me parece que conserva un poco el espíritu de cuando empecé, era todo medio: ¿quiénes son? y yo también, ¿quién soy? Nadie es tanto.

-¿Tuviste problemas en tu época de investigadora?

-Al principio era más fácil porque los famosos no estaban tan atentos al piso, o lo que se veía en las imágenes que aparecían, era fácil darte cuenta de las cosas. Como nadie lo hacía, era más fácil. Pero ahora se avivaron. No tuve muchos problemas porque nunca me metí a opinar pero sí me han bloqueado algunos.

-¿Quiénes?

-La China Suárez, Daniel Osvaldo, Gianinna Maradona.

-¿Y te volvieron a admitir?

-No. Quedé bloqueadísima.

-¿Alguna primicia que te enorgullezca haber descubierto?

-En una época eran hasta dos primicias por semana. La separación de Tini y Yatra, que me re mataban las tinistas. Era clarísimo. La que me pareció espectacular, como podía ir haciendo capturas por día, fue la de la princesita que salía con un chico que tocaba la guitarra. La princesita estaba en el Cantando y yo lo iba contando en Bendita y Ángel se lo iba preguntando en vivo. Fue al aire.

Fotos: Diego García

Retoque: Gustavo Ramírez

Arte: Darío Alvarellos

Estilismo: Lucila Subiza @lucilasubiza

Asistente: Gimena Padial @gimmebright

Pelo y make up: Viviana @Vivianarojasmendez para @hairmalambo

Agradecimientos: Divinos Abalorios @divinosabalorios, Las pepas

@laspepasinst y Oggi @oggizapatos

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