Si bien los reflectores acapararon gran parte de sus días estos últimos meses, Germán Martitegui (55) siempre llevó una vida mucho más reservada y vinculada a su principal tarea: la gastronomía. Pero lo cierto es que el jurado de MasterChef Celebrity ya se encuentra libre de las extensas horas de grabación que requería el certamen y ahora aprovecha el tiempo para pasarlo junto a sus hijos, Lorenzo y Lautaro, y para visitar aquellos lugares que por sus compromisos laborales no podía hacerlo.
En esa línea, el cocinero viajó al campo para conectar de nuevo con la naturaleza y tomar distancia de la ciudad, su restaurante "Tegui" y el estudio de televisión donde se realiza el reality de cocina. Luego de que GENTE confirmara que la tercera temporada llegará recién en 2022, Germán puede quedarse tranquilo ya que tendrá bastante tiempo de descanso antes de volver a juzgar los platos de las celebrities.
En sus stories de Instagram compartió algunas postales donde dejó ver el inmenso paisaje que lo rodea al amanecer. Puede confirmarse que se trata del campo ya que se observan arboles, pasto, un dique y un caballo.
Germán Martitegui y su casa sustentable: no tiene agua corriente ni luz eléctrica
Antes de la explosión que significó MasterChef Celebrity, Martitegui brindó una interesante entrevista años atrás donde mostró gran parte del hogar que posee en el Delta: una casa sustentable que queda a una hora de Buenos Aires, en un lugar secreto de Tigre. Según sus palabras, se trata de un refugio "anclado como en otro lugar, como si estuvieras en Asia o en Tailandia".
Sin agua ni luz, el acceso al lugar solamente es posible a través de una embarcación. "Cuando atravesás este arroyito, ya estás en otro mundo", comentó Germán en 2016 durante una entrevista con Déborah del Corral emitida en Telefe.
"Cada época del año acá es diferente", agregó el cocinero que eligió vivir sin esos servicios esenciales para atravesar "un cambio". Su residencia en el Delta está construida mayormente en madera y como toda puerta cuenta con un "muelle de entrada". La cocina allí no es sencilla ya que se debe cocinar a leña y el agua se obtiene de una bomba. Él mismo se encarga de cortar madera para preparar el fuego.
La idea de volver a una "vida más austera" se vincula con la necesidad de alejarse del estrés diario del trabajo en la ciudad. A falta de dispositivos tecnológicos, el entretenimiento de Martitegui se basa en la lectura y el contacto directo con la naturaleza.
