A poco de presentar Cuna de piedra, el disco celta que ella misma produjo, la legendaria cantante del rock –que el 31 de agosto se presenta en el teatro Gran Rivadavia– habla de la música curativa que creó por instinto. Además, en una charla a corazón abierto, ella –“que fue una luchadora sin saberlo”– cuenta cuáles son sus nuevas costumbres y afirma: “Hoy, que estoy totalmente desintoxicada, siento que renací y que mis ideas brillan”.
Cada uno de mis discos fue un hijo, porque no los he tenido. El último, Cuna de piedra, lo estuve gestando durante un año y medio y lo voy a parir en unos días”, cuenta con su voz inigualable Fabiana Cantilo (60), la legendaria intérprete argentina que ha vendido más de seis millones de placas a lo largo de su carrera y que este 11 de septiembre presentará, de modo independiente, su álbum número catorce en The Roxy, con una puesta imponente: ella, sus músicos y su ahijado de once años –Isaías Gutiérrez– tocarán tres temas inéditos vestidos de celtas.
–Está claro que tu disco va a tener un puntapié único. ¿El sonido también lo va a ser?
–Sí, es distinto a todo lo que hice hasta ahora y no es tan pop, porque yo no hago sólo eso. Por cierto, me gustaría que la gente entre en Spotify y escuche mis trece discos anteriores. Cinco de ellos –¿De qué se ríen?, Información celeste, Hija del rigor, Ahora y Superamor– muestran que vengo haciendo una música diferente a la que están acostumbrados. En particular, este álbum tiene arpas, acordeón, violines, gaitas, flautas, guitarras, bajo, percusión y batería. Al ter
¿Y en vos de dónde surgió ese espíritu celta?
–Te cuento la historia: se llama Cuna de piedra porque a mí me encantan la astrología, la metafísica y todo lo esotérico. Y yo, que soy Piscis ascendente en Escorpio y tengo luna en Capricornio, cuando googleé por qué ésa era mi luna, encontré “Cuna de piedra” con la foto de una mujer rubia, con unos cuernos de árbol re celtas. Este hallazgo me potenció una idea que yo ya tenía. Es que mi tátara-tátara-tátara abuela, Rita Dogan, casada con Juan Martín de Pueyrredón, el padre del que fue director supremo, era una maga blanca irlandesa y se decía que la séptima generación, que vengo a ser yo, iba a heredar sus poderes. No sé si los heredé o no, pero me mantienen viva.
–¿Probaste hacer magia blanca?
–Aclaro que no levanto platos ni vuelo (ríe). Creo que la magia blanca es tener una súper intuición, buena onda y curación. Volviendo al tema anterior, por el lado Cantilo tengo ascendencia escocesa. O sea que todo se confabuló para que yo, en este momento, baje este sonido, afinado en 432 Hz, que es la afinación completa y da una música curativa. Para que te des una idea, el otro día un señor que tenía jaqueca crónica me dijo que se curó.
–¿Creaste estos once temas con la intención de curar a la gente?
–No. ¡Ésos son los poderes! Digamos que a través de auto descubrirme y sanarme fui hacia un lugar de servicio. O sea, ¿para qué soy famosa? ¡Para ayudar!
–¿Hacés cosas que la gente no sepa?
–Sí. Voy una vez por mes a un hospital a dar clases de cerámica y a acompañar, le conseguí un hogar a la gente del barrio más carenciado de La Plata y hago varias cosas con la señora que trabaja en casa. Es mi religión, digamos.
–¿Tu religión?
–Sí. Es un libro que me armé con budismo, la palabra de Jesús y lo que me dijo el gran Victor Bassino, que era prior de la Orden Templaria. Siempre me interesó la parte espiritual de la existencia y por eso soy iniciada en Kriya-yoga y estudié veinte años con una maestra budista. En mi propio librito dice que hay que hacer servicio, porque si todos lo hiciéramos, estaríamos mejor. Y lo que digo está lejos de la política, eh... ¡Ese tema ni lo quiero tocar!
Tu prima, Patricia Bullrich, es política. ¿Cómo está hoy la relación entre ustedes?
–Bien. Punto. Me abstengo de hablar más, porque no hay forma de hablar de ella sin pegarme a la política. Si querés charlamos de mi tío César “Banana” Pueyrredón (ríe). No quiero saber nada con temas candentes, tampoco con el Telar de la Abundancia. ¿Viste lo que me pasó? El otro día compartí algo que me pareció lindo sin saber que tenía que ver con eso... ¡y se volvieron locos!
–¿Pensás que tu carrera habría sido diferente si hubieran existido las redes sociales?
–Ay, no tengo idea. Quizás habría hecho menos lío, pero el “habría” no existe. No está bueno mirar para atrás. Yo hice muchísima terapia y salí de todo. El 7 de noviembre voy a cumplir siete años limpia: no consumo alcohol ni drogas, no salgo de noche, hablo de música celta, hago meditación y mi alimentación está medio vegana: parezco un pájaro. Es un renacer absoluto. Hasta me cambió la concepción del amor, porque me cambió la cabeza. Estoy totalmente desintoxicada y siento que mis ideas brillan.
–Mencionaste el amor, ¿cómo estás en ese sentido?
–Sola. No quiere decir que no sueñe con el príncipe azul, esa estupidez que nos metieron, pero estoy bárbara sola.
–¿Qué pasa si aparece alguien?
–Lo recibimos con mucho amor y cama afuera (ríe). Estaría bueno que quien llegue tenga una casa en el Caribe. ¡Hay que pedirle al Universo!
–¿Quisieras pedirle muchas cosas al Universo?
–Sobre todo una: encontrar un director para mi película. Porque como estoy sola y limpia tuve tiempo, pude hacer un disco y escribir un guión muy divertido. Es una tragicomedia de misterio, que voy a protagonizar yo con algunos amigos y que va a tener a varios famosos en pequeños papeles, porque no puedo pagarles. Honestamente, no sabía que podía escribir, pero las canciones al fin y al cabo son historias. Arranqué el guión hace dos años, con la ayuda de mi amiga Inés Estévez, que colaboró en el proceso.
Fotos: Gentileza CVP Fotografía y Bárbara Márquez. Vestuario: Bouquet Haute Couturevolution. Make up: Evelynne Balina.