A la monarca, la tarea de elegir los regalos de navidad le resulta bastante más sencilla y rentable que al común de los mortales. Los empleados de palacio Buckingham hacen cola para recibirlos.
La reina Isabel II destina 30.000 libras (casi 40 mil dólares) en los 620 regalos con los que agradece el trabajo del servicio domésto, ayudantes y secretarios que hacen su vida más cómoda en el palacio de Buckingham.
Según revela un antiguo trabajador de palacio al diario The Sun, aunque antaño Isabel II elegía personalmente los regalos para sus empleados, desde hace algunos años son dos mujeres de su oficina privada las que cumplen esa misión. Los regalos, además, son seleccionados de manera online en la página web de la propia tienda de regalos del palacio de Buckingham, cuyos beneficios se destinan a la Royal Collection Trust. Es decir, a la organización que fundó la reina Isabel II para gestionar la colección de arte privada de la que es dueña la familia real británica.
“Los regalos normalmente consisten en un libro o una pieza de porcelana de la tienda de regalos del palacio, aunque muchas veces también le da un pequeño budín de Navidad”, cuenta el extrabajador de Buckingham. Llegado el día de la entrega de los regalos, los empleados de palacio “hacen cola para recibirlos de la reina, que les dedica unas palabras a cada uno de ellos”, agrega.
También en la época en la que la reina escogía personalmente los regalos contaba con una ayuda especial. Aunque entonces los compraba en Harrods o Fortnum & Mason, los encargados de estas tiendas seleccionaban para ella una serie de productos, que luego eran enviados al palacio de Buckingham para que Isabel II pudiera hacer la elección final sin abandonar su residencia.
“Los distintos artículos eran expuestos en mesas en dos grandes salas del palacio de Buckingham. Era como si tuviera su propio shopping. Pero es una de esas cosas en las que, ahora que es mayor, no conviene que gaste sus energías”, explica la fuente anónima de Buckingham.