A raíz del escándalo mediático por la infidelidad del príncipe William a Kate Middleton con Rose Hanbury, el nombre de esta marquesa circuló por todos los portales británicos. Es que, muchos se preguntaban quién es la mujer que estaría teniendo un amorío con el heredero de Carlos III desde hace tres años, y que supo formar parte del círculo más íntimo de la princesa de Gales.
Aunque en las últimas semanas estuvo circulando información sobre el vínculo que Hanbury supo tener con Middleton y su situación amorosa y civil, no fue hasta hace algunos días que se conoció su oscuro pasado en la adolescencia.
Es que, a pesar del protocolo, rectitud y de la formalidad que Rose Hanbury desprende en los actos en los que se ve públicamente, la marquesa tiene un pasado “erótico, exótico y excéntrico”, o por lo menos así lo relata la periodista y escritora Violet Naylor-Leyland en su última obra, “Rare Birds, True Style: Extraordinary Interiors, Personal Collections & Signature Looks”.
En el escrito, se describe de manera detallada cómo eran las habitaciones de Wembury House, propiedad de la familia Hanbury, donde vivían Timothy (63) y Emma (64), padres de Rose, y los hermanos de ésta, Marina y David, famosa vivienda bautizada como la "propiedad del pecado".
Según menciona la escritora, Rose Hanbury recuerda cómo durante su “salvaje” adolescencia sus padres transformaron la gran casa en un lugar propio para hacer fiestas íntimas y desenfrenadas: “Mamá convirtió el sótano en un club nocturno para nosotros, lo pintó todo ella misma y colgó lámparas marroquíes y suzanis -alfombras- de las paredes. Parecía una especie de fumadero de opio”.
Las desenfrenadas fiestas en la mansión Hanbury
Entre las tantas fiestas temáticas celebradas en la mansión Hanbury, era común que se lleven a cabo juegos peligrosos. Según detalla 'El Español', se solía jugar con bolas de fuego en los grandes jardines de la casona. Luego, esta actividad se terminó prohibiendo después de un grave accidente con una de las invitadas.
Asimismo, el 'Daily Mail', aseguró que un amigo cercano de la familia de Rose Hanbury habría afirmado que Emma y Tim ejercieron más como amigos de sus hijos que como padres y que incluso salían por la noche a fiestas nocturnos junto con los amigos de sus retoños. Sin duda, una adolescencia sin límites y desenfrenada fomentada por sus los adultos de la familia.