La realeza inglesa se ha visto envuelta en un nuevo escándalo relacionado a la salida de Harry y Meghan Markle del reinado. En el 2020 la pareja renunció al título nobiliario de “alteza real” y por lo tanto dejaron de recibir financiación de la corona, convirtiéndose en duques de Sussex.
Muchas fueron las versiones de su separación con los reyes, sin embargo las más fuertes aludían a que ninguno de los familiares de Harry estaban conformes con su matrimonio, con una mujer de ascendencia afroamericana.
Sin dar nombres, en una entrevista exclusiva con Oprah Winfrey, el príncipe Harry y Meghan confesaron que un miembro de la realeza había realizado un comentario racista relacionado al color de piel que tendría su primer hijo, Archie, debido al “mestizaje” que se produciría. A pesar de las continuas indagaciones nunca se pudo conocer quién había sido la persona dentro del palacio que más detestaba su unión.
Esta semana el libro titulado Brothers and Wive, escrito por el periodista estadounidense Christopher Andersen, generó conmoción ya que en el mismo se reveló que quien dio tal vil comentario a los duques fue el mismísimo príncipe Carlos, ex esposo de la princesa Diana.
A pesar de que el periodista sin dar nombres citó a una fuente real, desde el palacio salieron a desmentir la información. El representante del príncipe Carlos ha declarado que el libro “es ficción” y que “no merece más comentarios” por parte de ningún miembro del reinado.
En el libro se detalla que el 27 de noviembre de 2017, día en que Harry y Meghan anunciaron su compromiso, el príncipe Carlos le dijo a su prometida, Camila de Cornualles, “Me pregunto cómo serán sus hijos”. Ante estas palabras su esposa se habría quedado perpleja y solo atinó a responder, “serán preciosos”. Pero aún insistente Carlos expresó, “Me refiero a qué complexión tendrán”.
Escuchadas estas palabras por cortesanos cercanos la información comenzó a tergiversarse hasta llegar a oídos del propio Harry quien enfurecido se presentó frente a su padre para pedirle explicaciones. El príncipe Carlos desentendido con el comentario fuera de lugar que había emitido solo habría dicho a su hijo que se mostraba “muy sensible”.
Por su parte, el príncipe Guillermo, hermano de Harry, fue en estos tensos momentos el que más apoyó a su padre e intentó hacerle entender a Harry que sus palabras no poseían ninguna índole racista.
Sumado a este comentario, un gesto de la reina Isabel II les habría terminado por dejar en claro tanto a Harry como a Meghan que no serían bienvenidos nunca ni ellos ni sus hijos. En diciembre de 2019, la reina antes de dar un discurso grabado solicitó a su personal que retirara una de las fotografías que tenía sobre su escritorio en el que se encontraban los duques y su pequeño hijo. “Supongo que esa no la necesitamos”, aseguró Andersen que dijo Isabel II señalando el retrato familiar.