Darío Martínez Corti ingresó a Gran Hermano cuando el show tenía más de 3 meses en marcha. Pese a todos pronóstico y análisis quedó entre los últimos cuatro jugadores. Ahora, fuera de la casa más famosa del país, se muestra súper entusiasmado con su futuro y sueña con dedicarse a la actuación.
Además, se atreve a responder con sinceridad qué fue lo que realmente sucedió con Virginia Demo luego de ella contara que ambos habían tenido un romance en su juventud. Fue por ese motivo que tuvo una extensa charla con la humorista y sellaron la paz.
A sus 57 años posa para las cámaras de revista GENTE en el Hotel Boutique Suites Palermo, mientras espera ansioso el resultado de la gran e inesperada final.
Cómo era la vida de Darío antes de Gran Hermano
—¿Cómo era tu vida antes de Gran Hermano?
—Desde los 17 años me dedico al rubro automotor. Igual, he hecho otras cosas. Por ejemplo, fui editor de una revista y me la llevó Fernando De la Rúa en el año 2001 por la crisis en el helicóptero. Se llamaba 1x1 y era de interés general.
—¿Qué era lo qué más te gustaba de ese trabajo?
—¡Todo! Yo era el director y me encargaba de muchas cosas. Me encantaban las entrevistas y trabajaba con un gran equipo. Fue un proyecto muy a pulmón que me costaba un auto por mes. Habrá durado un año aproximadamente. Tuvimos que cerrar todo porque no lo podíamos mantener.
—¿Qué sentiste cuando cerraste tu proyecto?
—Y… Yo era el director y no podía decirle a la gente que espere. Estaban todos muertos… Es una situación muy complicada y yo no quería endeudarme. No sabíamos en qué terminaba. Ya había despelote social en la calle y decidí cerrar la revista.
—¿Cómo fueron tus participaciones como actor?
—Hice películas y hasta trabajé en ATC. Tengo un primo director y actué en una película de 40 minutos. Se presentó en Estados Unidos y Europa con Mario Guerci. También estuve en un programa infantil e hice un programa conduciendo… Fue hace 20 años atrás, eh.
—¿Por qué no seguiste ese camino?
—Fue un tema económico porque yo formé una familia a los 24 años y de inmediato vinieron los demás. Eran cosas qué tenía como un pasatiempo. Si hubiese tenido un poco más de plata algo hubiera hecho. Ahora fue algo así como la revancha, pero lo tomo con mucha calma. Salió bien porque nadie esperaba que yo saliera cuarto.
—¿Qué te gustaría que pase de ahora en más? ¿Volverías a trabajar con los autos?
—Me gustaría que no pase eso porque ya me tiene cansado. Si viene una propuesta piola la tomaría. Me gusta la tele, el cine y la conducción.
Cuál fue la secuela que le quedó luego de Gran Hermano
—¿Cómo fueron estos primeros días fuera de la casa?
—Tratando de dormir… Dentro de la casa no dormía nada. Yo entré el 4 de marzo y ya estaban con 2 meses de competencia. Todo era muy fuerte. Estuve casi 72 horas sin dormir… Me generó muchas cosas y me puse a llorar. Subestimé el tema del sueño y de la incomunicación. No dormía porque recién a las 4 de la mañana se apagaban las luces del micrófono de la habitación. En ese tiempo que podés dormir entran mil personas a la habitación. Entonces fuera del reality me está costando muchísimo conciliar el sueño.
—¡Es como una tortura!
—Te das cuenta al toque que no es joda y que lo qué pasa dentro de la casa es una competencia extrema que te somete.
—¿Lo qué más te pesaba de la incomunicación eran tus hijos?
—Por supuesto. Yo había hecho un listado de cosas para que ellos se ocupen. Cuando entré me acordé de cosas que no dejé dichas. Eso se suma…
—¿Cómo reaccionaron tus hijos cuando decidiste entrar a Gran Hermano?
—Fue un desafío de ellos… Pensaron que no me animaba a anotarme. Con Lucre, mi esposa, lo miramos desde el primero del año 2001. Mi familia estaba más contenta que nadie.
Cómo es su relación con Lucrecia, la mamá de sus 4 hijos y su esposa hace 34 años
—¿Tu esposa siempre te bancó?
—Fue un ni. Es muy fuerte porque te baja la ficha cuando te avisan que entraste al show.
—¿Cómo fue la charla antes de ingresar?
—Ingresé pensando que podían ser cuatro meses… Cuando le bajó la ficha se dio cuenta qué iba a estar con la farándula y con gente famosa. La apuesta es muy fuerte. Asumo que pensaría en cómo me iba a ir. También mis hijos son grandes y me apoyaron.
—¿Cómo vivió tu esposa estos meses sin vos?
—Se la re bancó y pudo con todo. Ella lo resolvió bien y estaba muy enganchada.
—Estás hace 34 años con Lucrecia, ¿cuál es la clave?
—No sé porque estuvimos separados dos veces. En la última fueron 2 años y medio. Nosotros tenemos una relación bárbara. Todo cambió en pandemia. Yo estaba de novio y se venía complicando el tema de los contactos estrechos. Yo no iba a dejar de ver a mis hijos ni por un minuto. Rompí con mi pareja y no tenía sentido estar solo en el departamento alquilado. Volví a mi casa con ellos.
—¿Por qué se separaron?
—El tema es que nosotros nos separamos por desgaste de años. Antes de terminar mal, frenamos y nos separamos.
—¿Cómo se reinició el amor?
—Era pandemia, estábamos todos adentro y dijimos: "Tomemos unos vinitos". Lo tomamos muy en serio porque todas las noches era tomar algo y charlar. No sé si fue un reenamoramiento, sino un reacomodo. El amor estaba. Lo estamos intentando.
—¿No te da miedo que tu paso por Gran Hermano afecte en algo a la pareja?
—Y... Puede afectar. Yo en la casa dije que me había mandado muchas cagadas y las asumo. Estamos en un período de readaptación.
Darío habla de sus hijos: cómo es su relación y por qué se siente "un pesado"
—¿Qué te generan tus hijos?
—Me dan seguridad porque están completamente chochos con lo que está pasando y muy orgullosos. Me generan una gran tranquilidad.
—¿Qué es lo que más compartís con tus hijos?
—De todo, pero no puedo elegir a uno. Soy un padre muy presente al punto de ser medio pesado. A mis hijos les puede pasar cualquier cosas y al primero que van a llamar es a mí. Todos hacen deportes y yo los llevo y los acompaño en los entrenamientos. Con mi nieto también me pasa. Estoy muy presente y tuve que aprender a aflojar un poco. Tanto lo hice que me despegué 4 meses (risas). Para mí Gran Hermano representa la muerte porque desaparecés para los demás.
—¿Tenías algún miedo de separarte tanto tiempo?
—Sí y culpa. Lo diferente con los jugadores más jóvenes es que ellos tenían gente preocupada por ellos, pero ellos no se preocupaban por alguien. Yo a veces pensaba cómo me sentiría si hubiera un accidente y yo, aislado. La casa te lleva a replantearte muchas cosas.
Qué fue lo que pasó realmente con Virginia Demo en su juventud
—Virginia salió de la casa y blanqueó que ustedes tuvieron un romance en su juventud, ¿qué recordás de eso?
—Eso fue increíble porque no puedo decir nada al respecto.
—¿En qué sentido?
—En que no sé de qué habla. Tengo 0 recuerdos de lo que cuenta. Creo que primero me tendría que haber avisado y haberme explicado. Yo no tendría ningún problema en asumirlo.
—¿De dónde se conocían?
—Yo la conocí porque era alumna de mi mamá y éramos de La Plata. Nos habremos visto 4 o 5 veces. No teníamos una relación de amistad, eh. Sí hubo una amiga de ella con la que estuve. Es eso solo.
—O sea que no pasó nada con Virginia.
—No pasó nada. Hablé con Virginia y le dije que me tendría que haber avisado que iba a contar eso. Ella primero dijo que fue a los 15 y después a los 18. Ella dijo que fue un beso y ojalá pudiera contarlo, pero no me acuerdo nada.
—¿Quedaron buena onda?
—Sí, me pidió perdón porque le dije que no me estaba gustando. Pusimos un freno de mano e hicimos las paces. Ella ahora está con la obra de teatro y me encanta. Estoy re feliz por ella y quiero que le vaya bárbaro. Luchó mucho y sé lo que le costó.
Fotos: Candela Petech
Agradecemos a Boutique Suites Palermo