A solo días de tener en sus brazos a sus gemelas, Daniela Celis recibió al equipo de revista Gente en su nueva casa, para retratar el último recuerdo con Aimé y Laia en su panza, ya que la próxima vez que las vea será en el nacimiento que está pautado para este lunes 29 de enero.
La emoción está a flor de piel, no solo para la mamá primeriza, también para su pareja, Thiago Medina que debuta como papá y que se prepara para acompañarla en primera fila en este día que, sin duda, marcará un antes y un después en sus vidas.
De personalidad mucho más reservada, el joven decidió vivir esta producción como un espectador más. Admirando la energía con la que Daniela transita su semana 36 de gestación y cumpliendo aún, algunos de sus antojos.
- Aunque su relación nació frente a las cámaras de Gran Hermano vivís tu relación con Thiago bastante alejada de las cámaras...
- Sí. Mi relación con Thiago cambió desde que salimos de la casa. Nos dimos cuenta que al principio la exponíamos un montón y dejamos que todo el mundo hable y opine sobre nosotros hasta que llegó un momento en el que dijimos: 'esto no es lo correcto, esto no es sano, esto no es normal'. Porque teníamos que leer comentarios y cosas que nos afecte a nuestra relación. Somos dos personas humanas, somos normales, de carne y hueso, tenemos una relación lo más común posible, entonces ahí nosotros elegimos alejarnos o no mostrarnos tanto juntos. De hecho cuando nos subimos fotografías o algo, sabemos que siempre nos separan (risas) y nunca tampoco salimos a dar explicaciones.
- ¿Ya naturalizás esos comentarios?
- Las primeras veces fueron para que la gente entendiera que no nos vamos a mostrar juntos todos los días y el día que no nos mostremos juntos no significa que estemos separados. Hay gente que lo entiende súper bien y hay gente que todavía no lo entiende, es parte del proceso. Thiago también tiene una vida, tiene una familia, tiene a sus hermanos, a veces se va a verlos después vuelve y en esos fines de semana que quizás se va a verlos la gente ya dice: 'se separó, volvió a la casa de los hermanos' (risas) y yo estoy muy relajada en este momento. La verdad que tengo la cabeza en otro lado.
- ¿Cómo sentís que cambió su vínculo con la llegada de las gemelas?
- Cuido mucho mi vínculo con Thiago y cambió desde que nos enteramos que somos padres porque nos dimos cuenta que tenemos una misma misión, tenemos que ser un equipo y somos compañeros de vida, para toda la vida. Cualquier cosa la charlamos y sabemos que nuestra misión es la misma, nuestro objetivo es el mismo y todo por las nenas. Nuestro vínculo ya es más que ser pareja, somos madre y padre de Laia y Aimé. Nos instruimos un montón, leemos un montón, vemos un montón de videos, buscamos la mejor crianza para las bebas... Hablamos un montón sobre nuestra relación, vínculo como padres y espero que funcione. Hago muchas fuerzas para que ese equipo, bueno, sea de por vida, por supuesto. Es lo que queremos y estamos muy felices con vivir esta hermosa etapa juntos.
- Describinos a Thiago como compañero y ahora como papá...
- Thiago es muy bueno. Tiene un corazón muy lindo, también con una historia muy dura. Sé que lo que está pasando ahora es también totalmente diferente a lo que hubiera pensado o imaginado. Pero lleva todo el proceso super bien, él sabe que puede contar conmigo porque somos compañeros, y la verdad, nos entendemos muy bien. Yo creo que como padre me va a sorprender un montón. No sé qué va a pasar el día que nazcan las bebas, pero ahí es donde creo que caeremos en cuenta de todo. Quizá la mujer lo procesa por otro lado porque tiene una panza, la siente, siente los dolores, pero con el padre es una conexión que crece más al momento de verlas.
-¿Está listo para entrar al momento del nacimiento?
- Te cuento que Thiago se está preparando mucho por el tema del nacimiento porque quiere estar ahí. Quiere estar firme y no desmayarse (risas). Hace un montón de cosas para que no le de impresión ese momento que ambos estamos viviendo por primera vez. Ve muchos videos, para saber lo que le espera, y no estar tan sorprendido.
- ¿Sienten presión por tener a tanta gente atenta a lo que sucede con tu embarazo?
- No ceroo, no siento presión. Siento que es parte de esta nueva vida que tengo y al contrario, estoy sorprendida con la gente, con el interés que tienen sobre nosotros, sobre nuestras hijas. Estoy muy feliz de que nos acompañen. Recibo mucho amor en las redes sociales, de gente linda y en la calle también. Pero sí, charlé con Thiago un montón el tema de las nenas, de cómo va a ser la presentación, cuándo las vamos a mostrar...
- ¿Qué decidieron sobre ese punto? ¿Las van a mostrar apenas nazcan?
- Queremos que las dos nenas estén bien primero, porque sabemos que va a ser un nacimiento prematuro. Así que, cuando tengamos la autorización de los médicos, será entonces que las mostraremos. Antes no, porque es 'creer o reventar' con todo el tema de las energías. Vamos a asegurarnos que estén bien ellas, de que lleguemos a casa, de que nos acomodemos y ahí obviamente la vamos a mostrar al público, porque también fueron parte de todo esto, pero no creo que sea el primer día.
El apoyo de la familia y la amistad con los ex Gran Hermano
- ¿Qué significa el apoyo de tu familia en esta nueva etapa?
- Siento que el embarazo me unió muchísimo más a mi familia, a todos. Una unión que se generó desde la noticia de la panza de las bebas. Todo por ellas. Mis papás son separados y desde el primer que me enteré que estoy embarazada, mi papá siempre me llevó a todos los controles, a todas las ecografías, a todas las citas con el obstetra, a todos los laboratorios, a todos lados a donde tenía que ir. Me llevaba de una punta a la otra todos los días y él vive súper lejos, siempre me acompaña y nunca me faltó en este camino. Siento que toda mi familia me contuvo muy bien, estuve muy acompañada. Y si no fuese por ellos, creo que sería muchísimo más difícil. Me ayudaron un montón.
- ¿Y tu mamá?
- Mi mamá desde el primer instante que se enteró de la llegada de las nenas me dijo: 'yo me quedo con vos', así que se vino a vivir conmigo y está pendiente de ayudarme a toda hora. Entonces para mí es muy hermoso que de repente me siento en una mesa y estamos los tres juntos tomando una merienda o almorzando, cenando. Y digo wow, ¿lo que causó esto? Las bebas, la unión de los abuelos también compartiendo, algo que hace años no veía en mi casa.
- Con tu hermana también se te ve muy unida...
- Totalmente. Mara, que es mi hermana menor, se convirtió realmente en mi hermana mayor. Cuando yo me enteré que venían las bebas, estaba viviendo en un duplex, en un departamento, y pensaba que me estaba volviendo loca en cuatro paredes blancas, y, buscando alquiler me di cuenta que estaba frente a una situación difícil y mi hermana me dijo: 'te quedás en mi casa hasta que encuentres algo'. Me bancó en su casa unas semanas, cuando estaba ya con siete meses de embarazo. Me hacía la comida que quería, fui muy mimada por ella, y aparte estaba con mi ahijadito -su hijo-.
La amistad que nació en Gran Hermano y que fortalecieron las gemelas
- También contás con amistades increíbles, unas de la vida, y otras que nacieron de Gran Hermano, como Julieta, Nacho o Romina...
- ¡Es loca la vida! Yo creo que la vida te encuentra con gente por algo y para algo. Nada es casualidad. Todo tiene un motivo. Y cruzarme con ellos ha sido hermoso. Con Juli y Romina sabíamos que lo nuestro era real desde el día uno. Yo les estaba jurando una lealtad a personas que nunca en mi vida había visto ¿entendés? no sabía ni cómo eran en su vida real, pero en el fondo siempre sentí que también me iban a ser leal. Y al final, fue así.
- Y esa amistad trascendió hasta fuera de la casa, ahora serán los tíos y padrinos de tus nenas...
- Re, salimos de la casa y nuestra amistad lo único que hizo fue crecer. Hoy en día es una hermandad, también con Nachito. Es algo loco porque también sabemos que vivimos juntos lo mismo y que nadie te va a entender como ellos con todo lo que viviste. Nosotros nos conocimos conviviendo, entonces, sentimos que nos conocemos muy bien. Nos vemos el alma, y no hay un filtro en el medio.
- ¿Cómo te han acompañado ellos con el embarazo?
- Son unos divinos. Yo me siento también muy contenta de poder tenerlos en mi vida y que sean parte de todo esto. Obviamente que aparte de la hermandad, tenemos a los padrinos de las bebas, que no podían no ser ellos. Juli me lo pidió desde mucho antes, cuando estábamos dentro de la casa y ni había señales de las gemelas.
- ¿Te acordás cómo te lo pidió?
- Ella me dijo: 'si vos sos mamá, yo quiero ser la madrina'. Y esa conversación ahí dentro de la casa era en broma, pero terminó siendo realidad. Después, me acuerdo que salí de la casa y en una entrevista me preguntaron que en el supuesto caso de ser mamá a quién pondría de padrinos, y dije Juli y Nacho. Pero los tiré al azar, nunca me había pasado por la cabeza.
- Hasta que dejó de ser una broma...
- Claro... hoy en día que me tocó elegirlos, no lo dudé tampoco. No lo dudé. Las bebas tienen cuatro padrinos. Tienen dos de familia de sangre y ellos dos que son la familia que uno elige en la vida.