Hace apenas unas semanas, Daniela Celis puso una pausa en Telefe para dedicarse a esperar a sus gemelas, Laia y Aimé, quienes llegan al mundo en los próximos días. Esta semana tuvo su último control -con ecografía incluida-, donde no pudo evitar las lágrimas al saber que la próxima vez que las verá será fuera de su panza.
La ex Gran Hermano recibió al equipo de revista GENTE en su nueva casa, junto a su pareja, Thiago Medina y su mamá, ya que ambos la acompañan muy atentos en esta recta final del embarazo. Con una sonrisa radiante y la mirada iluminada por la felicidad que representa este momento en su vida, 'Pestañela' (como la apodaron los fans de Gran Hermano) disimula todo el cansancio de su enorme panza de dos y disfruta del shooting.
La influencer no se queja y todo indicaría que está cursando el octavo mes de gestación en total paz y armonía pero, claro, a medida que avanza la charla admite que han sido muchos los desafíos que enfrentó como futura mamá primeriza ¡y por partida doble! Ya tiene la habitación de las pequeñas decorada y también el bolso armado porque, si bien la fecha estimada de nacimiento es el lunes 29 de enero, las nenas podrían adelantarse y nacer en breve. "Ya no tienen más espacio. Nacen acá en cualquier momento", bromea mientras se prepara para las fotos.
Entusiasmada con esta producción, Daniela eligió a GENTE para guardar este último recuerdo de su embarazo, en una tarde que se vivió a puras risas, anécdotas y la ilusión por saber cómo serán sus pequeñas. "Después será la produ de las tres", dice emocionada.
Sentaba en el sillón del living, confiesa que le costó mucho parar de trabajar, pero entiende que es momento de vivir a pleno este nuevo rol que siempre soñó: el de formar una familia. "El médico me pidió que ya era hora de guardar reposo, y le di largas hasta que ya me tocó", confiesa.
- Decís que siempre soñaste con la idea de ser madre y formar una familia, pero en la práctica ¿cómo ha sido gestar a dos bebés a la vez?
- Siempre me he sentido una afortunada de la vida. Lo expreso cada vez que puedo. Me siento una bendecida de poder ser una persona que pueda gestar a dos bebés dentro de su cuerpo. Y además de esto, la vida me está cumpliendo todos los sueños. Yo siempre decía que soñaba con tener dos hijos, que fueran gemelas y además nenas ¡y así pasó! No puede ser más perfecto esto... Tener un sueño de chiquita y que de grande se te cumpla y se te haga realidad, es un montón.
- Entonces, ¿todo ha sido tal cual lo soñaste?
- No todo. Me pasó es que yo romanticé en algún punto el embarazo. O creo que la mayoría de las personas romantizamos los embarazos múltiples. Lo subestimé, solo enfocándome en la idea de ¡ay qué lindo tener dos bebés! Hoy en día veo una madre con dos bebés o más y la freno en la calle, la felicito porque sé por lo que pasaron. No es fácil, también entiendo que cada cuerpo es diferente. No quiero asustar a nadie, cada uno va a tener su experiencia. Pero para mí, en lo personal, fue algo difícil.
De mamá primeriza a darle vida a dos
- ¿Cuál fue el mayor reto que enfrentaste hasta hoy desde que supiste que estabas embarazada?
- A ver... sé que cada mujer tiene su experiencia y cada cuerpo es único. Escuché a otras mujeres y tampoco puedo decir que tuve un embarazo fatal, pero sí me sucede que me sorprendió mucho, quizás porque soy primeriza y me tocó doble. Entonces, me quedo con una experiencia fuerte y hasta ahora, creo que no quiero tener más hijos. No sé qué va a pasar en el momento que las vea y las conozca, si cambie de opinión o no... Pero hasta ahora, lo más retador y difícil fueron las noches.
- ¿Te cuesta dormir por las noches?
- Me cuesta un montón... Es horrible no poder levantarte al baño por voluntad propia, no poder darte vuelta. Tengo que pedir ayuda todo el tiempo. No me puedo mover porque mi cuerpo se queda duro. A las mañanas por ejemplo, quiero hacer algo tan simple como abrir la mano, y tengo los dedos y las muñecas todas contraídas. Al principio me asustaba, pero ahora ya entiendo que es normal. Es parte de todo el proceso... Cada noche duermo corrido 40 minutos y a partir de ahí me levanto, doy vueltas, me acalambro, y así voy...
- Y durante del día, ¿es más llevadero?
- En el día me siento bien, porque quizás el cuerpo está más activo, pero cuando el cuerpo se enfría en las noches, es realmente un desafío para mí. Veo las horas eternas, como si no pasaran más y trato de pensar en que es parte de todo esto y cada vez falta menos para tenerlas conmigo. Entiendo que es por ellas también que tengo que aguantar, para que estén el mayor tiempo posible en la panza y puedan nacer en términos y en fecha.
-Y ¿que es lo más especial que has vivido durante esta espera?
- Yo me siento muy conectada con las bebés. Siento que somos un gran equipo, somos una gran compañía. Ellas me escuchan a mí y yo las escucho a ellas. Las trato de entender, trato de ver su personalidad aunque aún no han nacido. Siento que realmente las conozco. Ya sé cuál es Laia y cuál es Aimé ¡Y no me equivoco eh! Cada vez que vamos a la ecografía, le digo a la especialista: 'Se me dio vuelta Laia, la tengo acá, de este lado acá arriba' y cuando vemos el eco, confirmamos que es así. Esa es la parte más linda de la gestación y por la que pensás que vale la pena todo lo otro que no es tan fácil.
- ¿Es cierto eso de que tus nenas eligieron sus propios nombres?
- Sii, te juro. Las nenas decidieron sus nombres y me responden cuando llamo a cada una. Pongo la mano en la panza, digo Laia y me responde con patada o hago lo mismo con Aimé y también me patea o da toquecitos con sus manitas. Siento que cada una entiende y sabe cuál es su nombre. Saben a quién le estoy hablando. De hecho ahora estoy hablando con ustedes y se mueven (risas).
- ¿Les hablas seguido?
- Todos los dos días trato de que tengamos nuestros momentos a solas, de charlar con ellas, de hacerles mimos a la panza, preguntarles cómo están y como se sienten ahí adentro. Y también les recuerdo que falta poco para que nos veamos. Quiero que el día de mañana cuando las tengan brazos digan: '¡ay! es ella, es mamá la que nos habló todo este tiempo'.
Los preparativos, la ansiedad y los últimos antojos
- En tus redes mostrás todos los preparativos para la gran llegada de las gemelas ¿Cómo venís manejando la ansiedad de estos últimos días?
- Siento que no tengo tiempo. Que tengo el tiempo corto, porque ya sé que tengo una fecha programada, pero a su vez, sé que debo manejar la ansiedad para que ellas estén el mayor tiempo posible dentro de la panza, y llegar a término. Pero sí, vengo con mucha ansiedad, de verlas, de conocerlas, de tenerlas en mis brazos. A veces cuando me agarra el insomnio, cuando no puedo dormir, me levanto a su habitación y me quedo mirando todo, esperando que llegue ese momento, y eso me calma un montón, saber que falta muy poco.
- Y a esto se sumó tu mudanza a esta nueva casa...
- Claroo... a mí me tocó mudarme con una panza de siete meses y medio, ocho meses y hasta un poco más. Ya estaba explotadísima y quería hacer de todo: poner cada cosa en su lugar, decorar la habitación de las nenas... y estoy en un momento en el que no me puedo ni agachar, eso ha sido difícil. Pero, por suerte cuento con la ayuda de todos en casa y yo hago lo que puedo, o mejor dicho lo que me dejan hacer (risas).
- Me imagino están las emociones a flor de piel con cada detalle...
- La primera vez que vi la ropita de las bebés lloré demasiado... Y todavía, sigo viendo sus cositas y me sigue pasando lo mismo. Tengo sus bolsitos con sus cosas ya hechos por las dudas, porque en cualquier momento nos toca salir. Siento que nunca termino de armarlos (risas), obviamente con ayuda de mi mamá y de Thiago. Estamos todos iguales en casa, con muchas ansias de ya tenerlas acá.
- ¿Aún seguís teniendo antojos o eso quedó en el pasado?
- Antojos tuve muy poquitos, creo que fueron 5 como mucho. Al principio del embarazo tenía muchas ganas de comer frutas todo el tiempo, frutas jugosas. Estábamos en pleno invierno y no había temporada de frutas (risas). Después fui por las garrapiñadas a la noche, después queso y dulce, el famoso vigilante. Y ahora, a días de que nazcan las nenas, estoy adicta al hielo.
- ¿De verdad? ¿Al hielo?
- Sii, te juro. No puedo parar de comer hielo. Me encanta el hielo, también es por toda la acidez que siento. Entonces, cuando descubrí el hielo, dije: 'esto es el remedio mágico'. Tengo el freezer lleno de hielo (risas). Me levanto a la noche todo el tiempo a buscar hielo. No puedo parar de consumir hielo y creo que es un antojo. Es un antojo porque aparte lo veo y se me hace agua la boca. Lo necesito, necesito morderlo, necesito sentir el frío. Estoy loca con el hielo, me ayudó mucho el hielo estos últimos días (carcajadas).
- Y, ¿te sentís presionada por tener a tanta gente atenta a lo que sucede con tu embarazo?
- No ceroo, no siento presión. Siento que es parte de esta nueva vida que tengo y al contrario, estoy sorprendida con la gente, con el interés que tienen sobre nosotros, sobre nuestras hijas. Estoy muy feliz de que nos acompañen. Recibo mucho amor en las redes sociales, de gente linda y en la calle también. Pero sí, charlé con Thiago un montón el tema de las nenas, de cómo va a ser la presentación, cuándo las vamos a mostrar...
- ¿Qué decidieron sobre ese punto? ¿Las van a mostrar apenas nazcan?
- Queremos que las dos nenas estén bien primero, porque sabemos que va a ser un nacimiento prematuro. Así que, cuando tengamos la autorización de los médicos, será entonces que las mostraremos. Antes no, porque es 'creer o reventar' con todo el tema de las energías. Vamos a asegurarnos que estén bien ellas, de que lleguemos a casa, de que nos acomodemos y ahí obviamente la vamos a mostrar al público, porque también fueron parte de todo esto, pero no creo que sea el primer día.
Una pausa a las cámaras para dar vida
- ¿Te costó despedirte momentáneamente de la televisión? Te vimos muy emocionada...
- Me re costó. De hecho no lo quería hacer todavía. Si hubiese sido por mí, me quedaba hasta el último día en la televisión. Pero bueno, esto ya había sido hablado con mi obstetra que me iba a dar licencia en diciembre. Solo recuerdo que yo pensaba en que comenzaba Gran Hermano y yo había firmado contrato, y también estaba grabando Ariel en su salsa, donde grabábamos doble, porque era un programa en la mañana y uno en la tarde. También estaba en Fuera de Joda, en La Noche de los Ex y en Editando Tele. Pero, el equipo de Telefe me ayudó un montón todo este tiempo, para poder manejar mis tiempos. Me cuidaron muchísimo en cuanto al ritmo que yo podía llevar y eso lo agradezco un montón.
- Hasta que decidiste hacer un alto...
- Cuando llegó el momento en diciembre, fui a la consulta con el obstetra y me dice: "Bueno Dani, te di diciembre, ahora enero, basta. Tenés que parar". Me miró y me dijo: 'Ahora no es por vos. Quizás a vos te hace bien, te despeja, pero es por las nenas, porque cuanto más movimiento tengas, hay más probabilidades de que se adelante el nacimiento', y fue entonces que dije, ¡ya es momento!
- Y a partir de ahí empezó la cuenta regresiva para la espera...
- Claro, mientras más tranquila esté yo, ellas estarán más tiempo en mi panza. La idea acá es que lleguen a término, que su término es de 36 semanas, para que cuando nazcan no tengan que estar tanto tiempo en neonatología. Ese es nuestro objetivo. Ahí entendí que no es por mí, es por ellas. Y cuando me lo dijo así el obstetra, dije 'tenés razón, ya está'. Y me despedí de la tele momentáneamente por ellas. Me fui y estoy haciendo reposo por ellas. Todo por ellas para que nazcan y estén bien. Pero me costó mucho.
- ¿Qué sentís que vinieron a cambiar las gemelas en tu vida?
- Mirá, siento que las nenas me cambiaron la cabeza rotundamente desde el día uno en el que me enteré que estaba embarazada. Cambia automáticamente tu pensamiento. Yo no entiendo cómo es el cuerpo humano pero es increíble, es mágico. Cambian tus prioridades. Yo me encontré con un embarazo de alto riesgo y sabía que eran dos y pensaba ¡no puede ser! Y ahí cambiaron todas mis preocupaciones, cambiaron todos mis deseos, cambió todo. Fui a Luján a pedirle a la virgencita que me ayude con este embarazo, y que todo salga bien. Dejás de ser la prioridad vos y ahora lo son ellas, para que ellas estén bien. Siempre hacia todo pensando en mí, y ahora pasé a un segundo plano. Bueno, en tercero, porque ellas son dos (risas).
- Claro, es doble el cambio... y todo esto muy reciente a tu salida de Gran Hermano ¿no?
- Totalmente. Además, siento que me vinieron a poner los pies en tierra porque recién había salido de la casa de Gran Hermano, y todo era nuevo para mí. Parecía que todo era una vida de cuentos cuando salí del reality, porque conocí el mundo de la televisión, las notas, las revistas, fotos, videos, y de repente decía que sí a todos. Yo no paraba. Y siento que de alguna forma la vida me dijo: 'pará, anclate a tierra' y fue cuando me enteré que estaba embarazada.
- ¿Te hacía falta parar un poco?
- Para mí a la vez ha sido una oportunidad de conectarte más conmigo misma, con la vida, con los pies sobre la tierra, con la familia. Y yo siento que las nenas me vinieron a decir también que tengo que disfrutar un poco más de la vida, vivirla mucho más relajada. Es un regalo gigante que la vida me dio, estoy muy contenta y emocionada con ser madre. Ha sido lo mejor que me pasó.
"Me siento más imparable que nunca"
- Si tuvieras que darle un mensaje a la Daniela del pasado que soñaba con de todo lo que está viviendo hoy, ¿qué le dirías?
- Aunque lo soñaba, para ser sincera no me esperaba todo esto así como lo estoy viviendo. Lo veía hasta como un imposible, muy lejano. Pero siempre perseveré, siempre fui en busca de eso que quería. Lo imaginaba, lo decretaba y ponía en marcha todo. Por eso, todo esto de hoy poder tener mi casa, estar esperando a mis bebas y saber que si el día de mañana pasa algo las puedo mantener yo, y que no dependo de nada ni de nadie, me hace sentir muy orgullosa. Son mis logros, mis objetivos, mis sueños.
- ¿Te sentís imparable ahora con la llegada de las gemelas?
- Mis hijas tienen y tendrán todo, no necesitan nada de nadie. Y es hermoso, es un orgullo, pienso: '¿cómo pasó? ¿cómo sucedió, ¿cómo llegué hasta acá?' No lo sé, pero yo lo que le diría a esa Daniela es que no deje de soñar, que no pierda esa emoción. Cuando tenés un sueño, andá por el. No importa que te digan que no, o que no te da el perfil o el físico o que es difícil este mundo o que hay que tener contactos o lo que sea que te digan, no, no importa. Y lo mismo me pasa ahora, tengo sueños nuevos, obviamente.
- ¿Cuáles sueños te planteás ahora?
- La casa que tengo no es mi casa, la alquilo, pero sueño también con tener mi techo propio, mi casa propia. Y sé que lo voy a lograr. Sueño con viajar al mundo ahora con mis dos bebas, sueño con un montón de cosas, un montón de proyectos que sé que no paran, que esto es el comienzo de algo nuevo que se viene y sí, me siento más imparable que nunca.
- ¿Cómo resumirías todo este camino recorrido hasta ahora?
- Estoy feliz y agradecida. Siento que fui tocada por la varita, pero también sé todo lo que lo pedí, todo lo que me moví, todo lo que no me rendí. No bajé los brazos, lloré mucho también, me frustré muchas veces, pero siempre seguí y decidí seguir creyendo. Me quedo con eso.
Fotos: Diego García.
Videos: Candela Petech.
Producción y estilismo: Sofía Perez y Santía.
Maquillaje: Martu Pita (@makeupbymartupita).
Peinado: Sofía Altamirano (@peinate_sofia).
Ropa: Las Milenias (@las.milenias), Var’s (@vars_ok) y Peuque (@peuquejeans).