Marina Borensztein cumplió 58 años y lo celebró, por primera vez, en Madrid, junto a su pareja: el actor Oscar Martínez. Feliz y emocionada, la actriz subió varias historias a su cuenta de Instagram en la que se la ve junto a un grupo de amigos "celebrando su nueva vida", como repite en varias oportunidades.
"Un cumpleaños muy especial! Muchas gracias por todo el amor, por los mensajes... Son tantos que no termino de responder. Cada día es más la felicidad que me da tener esta comunidad que me encanta, me enseña, me da amor y confianza, me ayuda a lograr mi propósito, me hace crecer y evolucionar. !Sigo cumpliendo años y es una gran fiesta! Gracias a todos! Y también Shaná Tová 5875", escribió Marina en el feed de su cuenta de Instagram y muchos famosos comentaron su posteo.
"Feliz cumple, hermosa", le escribió Araceli González y Flavia Palmiero se sumó: "Que lindo festejo. Me alegro mucho. Felicidades!".
"Estoy muy contenta porque es mi primera fiesta en Madrid", confesó la actriz y continuó: "¿Saben que siento? Llegué y ahora disfruto de una fiesta con amigas. Quiero agradecerle a todos por venir, espero que estén pasándolo bien en mi casa y en mi nueva vida. Que no es poco".
"Estamos viviendo una nueva etapa y esperamos que llegue lo mejor y los 58 años me encuentran muy contenta. Confío en que todo lo bueno está por venir y, cuando venga lo malo -que no se puede evitar-, aqui estaremos para tolerarlo", concluyó y Oscar Martínez se acercó a besarla.
Marina Borensztein y Oscar Martínez se conocieron en el 2006 y se enamoraron perdidamente. Se casaron cinco años después -en agosto de 2011 - en el hotel Algodón Mansión y fue la actriz y escritora quien organizó su boda: estuvo en cada detalle y dijo "ya que me caso a los 44 años quiero disfrutar de cada momento de este hermoso proceso".
El día de su boda, su mejor amiga Ana María Bovo, contó cómo inició la historia de amor de los novios: "Fue en la plazoleta que lleva el nombre de Tato Bores, en el parque Tres de Febrero. Allí, frente al palo borracho que plantaron en honor al capocómico, Oscar y Marina se encontraron por casualidad. El actor había salido a correr y la actriz, a caminar. Desde ese entonces comenzaron a intercambiar mails y finalmente empezaron a salir. Un año más tarde, se fueron a vivir juntos y ahora, cinco años después, llegó el matrimonio".
Según contó luego Marina, esa noche le rezó a su padre para pedirle "ser feliz y tener una familia". "No tenía la pareja que quería. Hacía dos años que me había separado y estaba sola. Recé, me fui a dormir y esa noche soñé que estaba con Oscar y mi hija (Malena, de un matrimonio anterior) en una playa de Río de Janeiro. Estábamos muy felices. Esa mañana me levanté contenta. Yo a él ya lo conocía", relató la actriz en una entrevista que le dio al diario La Nación.
"En ese entonces, yo vivía frente al Rosedal y salí a la calle decidida a encontrármelo (a Oscar Martínez). Caminé, di un par de vueltas y no lo encontré. Ahí algo me llevó hasta un árbol que plantaron en 1996 en honor a mi papá en la avenida Figueroa Alcorta. Era la primera vez que caminaba hacia el árbol mientras me repetía: 'Papá, me quiero encontrar con Oscar Martínez'. Llegué al árbol, le agradecí por todo y seguí caminando hacia La Pampa. Me di vuelta y, a 150 metros, aparece Oscar caminando. Yo casi le digo 'casate conmigo mañana'. No se dio cuenta de lo que a mí me estaba pasando porque apelé a mi mejor actriz. No fue una casualidad como pensó Ana María", aseguró entre risas.
Tal como esperaba, esa noche Marina se cruzó con Oscar Martínez y lo invitó a conocer el árbol en honor a Tato (Bores, su papá). Y, cuando se estaban despidiendo, él dio el siguiente paso: "Enseguida me llamó, tipo película me di vuelta y me pidió mi teléfono".
Actualmente la pareja vive en Madrid y, por el momento, no tiene pensado volver a instalarse en la Argentina.
En abril pasado, Martínez visitó la Argentina y confesó que es lo que más extraña viviendo en España. "Lo que yo extraño de Argentina es el país que ya no es. El país en el que yo me firmé, estudié, viví, es muy diferente a este lamentablemente", dijo con tono afligido.
"Lo que se extraña es lo obvio, los afectos más cercanos, los amigos, mis hijas, mis nietos. Pero en el costo beneficio yo estoy feliz de haber tomado la decisión que tomé. Si quiero venir vengo, ya vine 3 veces. Y además ahora la tecnología te permite estar en un nivel de conexión que era impensado hace 10 o 15 años", explicó y concluyó: "De hecho, a penas llegué, vi a mis cuatro hijas y a mis nietos. Ellos son mi prioridad cuando estoy en la Argentina".
