La conductora de 'El precio justo' (Telefe) recibió una emotiva sorpresa de parte de su producción. Cómo fue el plan, y la reacción de cada uno.
La cuarentena no es fácil para Lizy Tagliani (49) que sigue adelante con su rol en El precio justo (Telefe). Con el humor que la caracteriza suele compartir sus contratiempos de cuarentena: desde cuánto extraña a su novio Leo Alturria (32), hasta la despedida de su perra Fruz pasando por un sinfín de momentos desopilantes y anécdotas emotivas.
Abatida por todo lo que implica el aislamiento y la dificultad de seguir adelante con el estudio a través de plataformas virtuales hasta se planteó dejar la carrera de Derecho, que comenzó este mismo cuatrimestre (antes de que la pandemia llegara al país) en la Universidad Nacional de Lomas de Zamora.
Pero no todo es negativo. La conductora aprobó un parcial después de que sus seguidores la asistieran para que se pueda anotar en la mesa.
Y este lunes 15 de junio protagonizó el primer abrazo de la televisión. La producción de El precio justo (Telefe) armó todo para el reencuentro. Con los ojos vendados, Lizy tenía que adivinar a quién correspondía cada voz. El cuarto clip comenzaba diciendo: "Desearía susurrarte al oído, calentar tu cuello con mi aliento, bajar por tu piel, saber que sólo somos uno y gozar hasta el amanecer". Ella preguntó si le habían puesto "una voz de Leo" y se sacó el antifaz con la alegría de saber que él estaba ahí.
"Pensé que te habías olvidado de mi voz", bromeó él. Y ella confesó que tenía ganas de abrazarlo pero no iba a poder ser. Y ahí fue cuando alguien de la producción les dijo que sí, que iban a poder abrazarse.
Floppy Cucu, mano derecha y amiga de Lizy, llevó al estudio algo que en el canal han dado en llamar "máquina de abrazarse", un dispositivo de plástico con "mangas" para permitir el abrazo.
Cara a cara -aunque separados por un plástico- se declararon su amor (una vez más). "Te amo. Te extrañé todo este tiempo, mucho", dijo Lizy, quien vio por última vez a su pareja antes de que se decretara el aislamiento social preventivo y obligatorio. Confesó a viva voz que su pareja ya sabe de los arranques que tiene, porque se los cuenta por teléfono, y reconoció que tuvo sus ataques de celos.
Pero dejó lo mejor para el final: "Todos los día me voy a dormir con una sonrisa pensando que esto pronto va a pasar y que vamos a poder volver a estar juntos", concluyó.