Anabel Sánchez logró algo que parecía imposible: hacerse conocida. De Francisco Solano a toda la Argentina, la modelo de 18 años consiguió en meses lo que algunos sueñan por años. Quedó preseleccionada en un casting de Vogue (el video fue visto por más de 11 millones de personas y sigue sumando visitas) , fue fichada por Multitalent, debutó en la pasarela, fue entrevistada por los medios más importantes del país y... será parte de Bailando por un sueño. Todo en menos de dos meses. Algo que aún ella intenta asimilar. Y no teme demostrar la emoción que le causan cada uno de los nuevos desafíos que se presentan ni agradecer a quienes de alguna manera ayudaron a que hoy esté donde está. Una de sus "madrinas" fue María Becerra.
En los estudios de GENTE, la solanense se animó a una producción de tres horas y demostró su don natural para las cámaras. “María Becerra compartió el video del casting en sus historias de Instagram y ahí explotó todo. Me re alentó en los comentarios, me puso: ‘Reina, vos podés. Se nota tanto tu esfuerzo’”, contó y aseguró que si bien no se conocen en persona, cuando vio el mensaje gritó porque no se lo esperaba “ni de onda”. "Cuando vi su historia fue como que me largué a llorar... gritaba. Estábamos en el subte, y la gente no entendía nada. No lo esperaba y ahora más que agradecida porque ella tiene un montón de seguidores, la conocen todos: es la nena de Argentina", recordó.
Además la modelo que nació en Quilmes contó que se siente muy identificada con María. "La tengo allá arriba. Con mi mamá, la admiramos un montón por su historia... todo lo que ya pasó y cómo salió adelante, entonces como que te motiva más. Y somos vecinas porque ella es de Quilmes", sumó.
Cómo fue la dura infancia de Anabel: limitaciones, encierro y golpes
Ana no fue a una escuela de modelos, en su barrio era “mal vista” por su forma de vestir y en su casa nunca hubo plata. “Mi papá -Sergio- trabajaba y tenía la moneda. Mi mamá tiene la asignación por hijo y se la sacaba. No sabemos qué hacía con la plata, nosotros pasábamos hambre: era dormir en el piso, sobre la tierra, y no tener nuestro baño decente terminado. Era pasar frío también porque había aberturas tapadas con chapas y sufrir de los pulmones por la humedad. Vivíamos enfermos”, reveló.
El día en que todo se destrabó Ana se levantó y oró para que las cosas cambiaran. “Creemos en las energías, no en una religión particular. Pero sí en limpiar las casas con hierbas y sahumerios”, afirmó. Esa mañana junto a su madre usaron esa conexión para imaginar una vida diferente. Y así fue: desde entonces, las cosas cambiaron para ella, su madre y sus tres hermanos. Se abrió ese ansiado camino, donde las botas de taco aguja nunca dejaron de clavarse en el barro. “Fue un año de batalla, todo muy gris. Estábamos solas a la deriva, pero tuvimos el apoyo de mi familia materna, que se acercó, y acá estamos saliendo a full. Logramos construir partes de la casa, poner cerámicas y comprar un plasma, porque no nos dejaba tener televisión”, detalló y aseguró que ahora la gente llega y no se quiere ir y que la cocina es como un consultorio sentimental: todos cuentan sus problemas.
Junto a la Macha, boxeadora federada que está por tener su primera pelea profesional en Entre Ríos, interceptaron a su madre mientras volvía de hacer las compras. “Cuando le contamos tiró las bolsas con las compras de la semana. Entró en shock, se le cayó el mundo abajo”, recordó. Y si bien admite que las dos se preguntaron varias veces por la naturaleza del vínculo de su padre con su hermana, nunca creyeron que él fuera capaz de abusar de ella. “Yo lo empecé a sospechar porque los miraba y era como que él ya no la estaba viendo a ella como una hija: le pegaba más… O sea, nos pegaba a todos, pero como que con ella siempre había algo”, contó la virginiana que el 25 de agosto cumple 19 años.
Y detalló: “Aprovechaba cuando yo no estaba porque con mi hermana dormimos siempre juntas en el mismo colchón. Entonces a veces dejaba que me vaya a dormir a la casa de amigas, algo rarísimo porque no me dejaba hacer nada”. La Macha, hoy de 16 años, pasó unos meses en la cama, empezó terapia: con el tiempo las heridas fueron sanando. Ahora tiene amigas, sale, triunfa como boxeadora. Pero estuvo casi toda su vida callada y ocultándose de todos. Recién hoy su familia entiende los motivos por los cuales no tenía amigos, no hablaba con nadie y llamaba la atención de profesores del colegio.
La madre se juntó con Sergio a los 15 y tuvo a Ana a los 18 años, le gustaba el fútbol, pero de a poco se alejó de todo: de su familia, de sus estudios, de las cosas que le gustaban, dependía de él para todo. No tenía ni celular. Ella no tomaba decisiones, incluso, según cuenta Ana, varios de los embarazos no fueron deseados y él la obligaba a tener relaciones. “La invadía el miedo. Muchas veces quiso salir adelante pero la amenazaba de muerte o le decía que si lo dejaba iba a matarnos a nosotros. Le llegó a poner un arma en la cabeza. No podía cuidar de nadie, porque no podía cuidar de ella misma. Tenía la ilusión de que iba a bajar como una iluminación y él iba a cambiar. Pero no pasaba. Ahora estamos juntas de la mano, quiere ser enfermera. Es una guerrera”, relató.
Cómo fue el día después del casting de Vogue
Ana usó su creatividd para hacer contenido en redes sociales. “Hace seis meses empecé a subir fotos que hacía, consejos para editar las fotos, videos con diferentes outfits, de estilismo, maquillaje. Además comencé a hablar mucho del tema de la salud mental. A medida que iba aprendiendo cositas, se las recomendaba”. Tiene una comunidad fiel de la que no se olvida, los llama su “pequeño gran público”. Pero sus seguidores se multiplicaron después de que compartiera el famoso casting para ser parte de una tapa de Vogue que conmovió a otra quilmeña: María Becerra, una artista a la que admira y con la que se siente identificada por su dura historia de vida.
El video se subió a TikTok y tuvo más de 2 millones de vistas y de ahí pasó a Twitter, donde llegó a 11 millones, y sigue subiendo.
“Lo de Vogue lo hice para divertirme y ver qué pasaba. No tengo muchas expectativas, porque si no me da ansiedad. Igual, mirá todo lo que pasó después de eso”, contó.
Posteriormente vinieron las notas y ahí llegó Fabián Medina Flores quien le propuso hacer una producción para La jaula de la moda. Y ahora Multitalent. “Paul y Willy se acercaron, firmamos con la agencia y en unos días arranco la Academia y voy a aprender un montón de cosas”. Mientras divide su tiempo entre cursos de edición, moda y maquillaje por internet y entrena en casa, hace pilates, meditación y baile. A veces saca a pasear a su perro Hércules a la plaza, donde se encuentra con vecinos que la felicitan. “Es hermoso el cariño de la gente”.