“Nos conocimos por Instagram, por una amiga en común. Fue divertido ya que Mariana se acuesta a las 10 de la noche a más tardar, por lo que no veía mi programa ni me ubicaba. Hasta que su amiga y su prima empujaron un poco para que me dé bola”, arranca contando Agustín Neglia (40, mendocino, conductor de Modo selfie y Modo foodie, por América).
“Si tal cual, mi prima Flor y mi amiga May me hablaron maravillas de él. La primera, que lo seguía desde hacía tiempo, me hizo dudar: ‘¿Qué perdés, si le aceptas un café?’… Hoy debo admitir que fue muy sensata. ¡Gracias prima!”, completa Mariana Rojas (34, marplatense, modelo y “viajera frecuente”, según su propia definición), reviviendo para Revista GENTE el comienzo de una historia de amor "nómade e intensa" que comenzó en 2021, ahora todos vemos plasmada por televisión y redes sociales, pero viene de ribetes iniciales que pocos conocen.
Mariana Rojas: “A Agus se los presenté a mis padres con la tele delante: lo conocían mucho más que yo”
–¿Quién se acercó primero?
Agustín: Nos escribimos por dos meses, esporádicamente -ella en Mardel, yo en Baires-, hasta que cuando comprobé que no se daba el encuentro, decidí irme a buscarla y tomarnos un café, al menos para vernos en persona.
Mariana: El tipo se vino con Milo, su perro. Y, ahí, con ese detalle, ya de entrada me dio directo en el corazón.
Agustín: Aquel café fue muy bueno y dio lugar a una segunda cita. Pasa que, como vivíamos en ciudades separadas, no quedaba otra que conocerla viajando. Así que, en vez de ir y venir a su ciudad, la invité a un primer viaje juntos con la idea de conocernos mejor: Bariloche, en marzo, una época ideal para recorrer, conocer y disfrutar de la Patagonia.
Mariana: Fui a la casa de mis papás, me animé y les conté ¡que me iba de viaje con un chico a Bariloche! En ese momento, mientras la tele estaba encendida de fondo y (esto es insólito pero cierto: lo juro), apareció la publicidad de Modo selfie. Giré, los miré a mis padres y se los señalé: “Con él, me voy”. Debo decir que se hizo un gran silencio en la cocina. Ellos seguían a Agus hacía años y lo conocían más que yo. ¿Conclusión? Se pusieron chochos, porque les caía bárbaro.
–Hoy, con una relación ya consolidada, ¿qué gustos comparten y cuáles no?
Mariana: Arranquemos al revés, mejor, si te parece... ¡Lo que más nos separa con Agus es el gusto del helado! ¿Podés creer que toma menta granizada? Perdón para los que les encanta, pero deberían extinguir ese sabor (carcajada).
Agustín: Por eso ella lo pide en pote separado: dice que la menta contamina a los otros gustos. Gran discusión de mesa. Lo que compartimos seguro es prender el fuego para disfrutar de un pedacito de carne asada, sin importar qué día de la semana sea, para acompañarlo con una copa de vino. Y nos gusta practicar deportes juntos.
Mariana: También tomar unos buenos mates y charlar en la costa, sea la época que sea, con nuestros perros Milo y Moka cerca, obvio.
–¿Cuánto tiempo viajan juntos?
Agustín: Dos veces por mes, dependiendo la época.
Mariana: Todos los fines de semana largos que haya y algunos días más, seguro.
Agustín Neglia: “Estoy tratando de que Mari al menos aprenda a hacer un huevo frito”
Afirman que hoy se sienten inseparables, y lo explican. “Pasa que Agus es una persona muy simple, muy dulce, que siempre tiene la palabra justa. Y sobre todo es transparente. Como lo ves, es. Me hace mejor persona y me hace querer serlo. Nunca había conocido alguien de tan buen corazón”, subraya Mariana, antes de que él le devuelva, a puro piropo, la gentileza:
“Con su actitud, Mari te da vuelta un día gris y te lo convierte en uno bueno -afirma Agustín-. Su alegría contagia. ¡Si se tratara de ella, sería Navidad todos los días! Es muy compañera, y sabe encontrarle la vuelta a las cosas para que nada sea motivo de discusión”, define a su dama, el caballero.
–¿Tiene más virtudes que comentar o ya pasamos a los defectos?
Mariana: No, pará. Dejame seguir con los halagos… Él es una esponja. Con capacidad para retener mucha información en muy poco tiempo. De hecho, se acuerda los nombres de aquellos a quienes conoció. ¿Viste cuando te cruzás con gente en la calle y te quedás pensando quiénes eran esas personas? Okey, a Agus no le pasa. Después, es un gran chef, se la pasa inventando nuevas comidas, sea el día que sea. Es muy divertida la cocina con él. Y sabe escuchar a todos, siempre. Pone la oreja con calma y da una devolución.
Agustín: Ella le encuentra el lado positivo a cada momento de la vida. Para ella nunca nada es tan malo como parece. Alegre las veinticuatro horas, tiene un gran sentido del humor. Se sabe poner en el lugar del otro y da sin importar recibir. Es muy generosa.
–Listo. Basta de tanta dulzura. Llegó la hora de los defectos… Anímense.
Mariana: No sé si llamarlos defectos, porque la verdad es que Agus me parece un 10, pero podría destacar su condición de fatalista. Me cuenta anécdotas terribles en los momentos menos adecuados. Por ejemplo, en un vuelo me habla de cómo y cuándo cayó un avión en 2015. Quizá subimos a un ascensor y revive el día en que se trabó uno y tardaron horas en liberarlo. O vengo nadando tranquila en el mar y recuerda que la semana anterior un tiburón se comió a un turista (se toma la cabeza).
Agustín: Bueno, todos tenemos lo nuestro. Ahora, para el caso, estoy tratando de que alguien que conozco al menos aprenda a hacer un huevo frito en la cocina. ¡Ya lo vamos a lograr! (resolpla). Como contrapartida, hay que admitir que el tema delivery Mari lo maneja a la perfección. Eso sin mencionar, y debo reconocerlo públicamente, que a veces habla mientras duerme, o se para, va y viene. Parece que eso lo heredó de algunos integrantes de mi familia (primos, hermanos, etcétera, mejor no los voy a deschavar). Y eso provoca que yo no duerma lo suficientemente profundo. Algún día voy a contar la anécdota de cuando nos conocimos…
Sus “lugares en el mundo” y un final a pura primicia y emoción entre Agustín y Mariana
“Eso de hacer videollamadas viene bárbaro, pero llega un punto en que ¡basta!”, admite Mariana sobre aquellos momentos en los que no se ven. “Si vamos a estar separados, tratamos de que sean, máximo, diez días”, puntualiza Agustín. Y a la hora plantearles si sienten que su relación, entre tantos y tantos bellos lugares que visitan, es como una luna de miel permanente, contestan a Revista GENTE:
Mariana: Más que una luna de miel es un modo de vida. ¡Viajar con frecuencia con tu pareja es el sueño de todos!, pero también resalta los defectos de cada uno, porque te la pasás 24/7 con esa persona. Claro, hay momentos en los que colapsás, y ahí es cuando se ve con transparencia tu esencia.
Agustín: Pero nosotros nos disfrutamos mucho en los viajes. De hecho, desde que nos conocimos. Contale Mari lo que armas cada diciembre:
Mariana: Álbumes de lo que pasó durante el año ¡y escribo al lado de cada foto cosas que no podemos olvidarnos! Ya vamos por el cuarto álbum, con cientos de imágenes, y si mirás y leés, sí, pareciera que vivimos en una constante luna de miel. Es una costumbre familiar que trasladé a nuestra historia de amor.
–Cuéntenos sobre su “lugar en el mundo” para ir solos.
Agus: Últimamente disfruto mucho visitando amigos, en Europa, sobre todo. Mallorca es un lugar que me gusta para ir seguido. Si tuviera que poner un bracito en la playa, sin duda sería ahí.
Mariana: Mi casa es mi hogar, o la casa de mis papás cuando nos juntamos, pero si tengo que decidirme por algún sitio del planeta, es también donde haya amigas. Tengo desparramadas por todos lados y me encanta ir a verlas.
–¿Cuál es el fuerte a la hora de planear un viaje en pareja?
Agus: Mari prepara las valijas. Es la Marie Kondo argentina. Arma y desarma en un minuto. Reserva hoteles, saca aéreos, le encanta.
Mariana: Agus se encarga de todos los equipos electrónicos y de organizar el contenido: dónde comer, qué conocer, los últimos lugares.
–¿Y cuál es su sitio favorito para estar juntos?
Ambos: Dónde sea, pero con nuestros perros... Igual, si es en casa, mejor.
–¿Piensan en casarse?
Mariana: Algún día. Nunca estuvo como prioridad.
Agustín: Sí. Aunque… Tal vez… tal vez el año que viene…
Mariana: Chicos, ¡dijo el año que vieneeeee! ¡¡¡Lo dijo!!! ¡Vamooooos! ¿En serio? ¡Paren las rotativas!
–¿Agustín Neglia al fin se animó a pedir ahora, acá mismo, públicamente la mano de Mariana Rojas? ¿Es en serio?
Mariana: ¡Parece que sí!
Agustín: Bueno, bueno, pero no sería como el casamiento que todos se imaginan, sino más a nuestra manera: en algún lugar lindo del mundo, con los mejores amigos y los seres queridos.
–¿Dónde quisieran?
Mariana: Mmmmm. De lo que sí estamos seguros es que no sería en un salón con mesas, vals y fiesta. Somos más relajados.
Agus: En algún sitio del mundo donde haya playa, clima cálido, buena comida y que todo ello sea una excusa para que la familia y los amigos disfruten nuestra manera de celebrar la vida: ¡viajando!
Mariana: ¡¿En serio dijiste que el año que viene?!
Agustín: Termina la nota y seguimos hablando, Mari, ¿dale?
Ambos: (Ríen y se abrazan).
Fotos: gentileza de A.N. y M.R.