Agustín Casanova: “Llevo un par de años en pareja, pero, hasta hoy, nadie lo sabía…” – GENTE Online
 

Agustín Casanova: “Llevo un par de años en pareja, pero, hasta hoy, nadie lo sabía...”

Agustín Casanova en GENTE
En una nota colmada de infidencias, el líder de Marama (la exitosa banda uruguaya que está cumpliendo 10 años) habla con GENTE del estado actual de su corazón y recuerda cómo fue tocar para Messi y Antoine Griezmann. Además, introspectivo, desmenuza el lado B de la fama y empatiza con las experiencias que vivieron Tini y Emilia.
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Pasan los años y la mirada pícara y destellante de Agustín Casanova (30) no se desvanece.

En una década de acumular éxitos juntos a Marama, de animarse a protagonizar una tira tan popular como Simona (2018, eltrece) y de conquistar a sus fans con su carisma tanto en la pista de baile como en sus innumerables shows, esta no es la primera vez que Agus se sienta a conversar con GENTE.

–En esta ocasión estás pisando suelo argentino por tan sólo unos días. ¿Podrás contarnos cómo viene siendo tu 2024?

–Sí, claro. Mi 2024 es medio extraño, no solamente porque estoy grabando La Voz Uruguay y eso me lleva mucho tiempo, sino más que nada por lo más importante para mí en este momento que son los diez años de la banda (N. de la R.: completan el cuarteto Agustín Duarte, Pablo Arnoletti y Matías Besson) que venimos festejándolos mientras preparamos un show que para mí va a ser el mejor.

–¡Queremos spoilers! ¿Cómo va a ser?

–Y... va a ser el mejor porque mezcla varias cosas: mucha producción, tiempo de ensayo y varias sorpresas que nunca tuvimos. Me refiero a invitados, a una estética nueva, a vestuarios, pantallas y cosas inesperadas en la previa del show. Es un escalón más arriba de todo lo que hicimos antes.

–¿Y dónde lo van a presentar?

–Bueno, arrancamos en el Antel Arena de Uruguay el 12 y el 13 de julio, venimos para Mendoza el 7 de septiembre, el 14 vamos a estar en el Gran Rex y el 20 en el Quality de Córdoba. Esas son las fechas con las que arrancamos el tour y después vamos a estar de gira por un año y medio.

–¡¿Un año y medio?!

(Asiente) Sí, porque tenemos toda Latinoamérica, España, Londres...

–¿Ya habían tocado en Londres?

–No, va a ser la primera vez. En España también. O sea, nosotros ya fuimos a hacer giras de prensa y a tocar para el jugador de fútbol francés Antoine Griezmann en su casamiento, que fue en un re castillo, pero nunca tocamos para el público.

–Antoine juega en la primera división del Atlético de Madrid y fue figura en varios mundiales. ¿Cómo terminaron tocando en su casamiento?

–Es que él habla español y en su equipo había uruguayos, y se ve que le hacían escuchar a Marama todo el día. Así que el loco dijo "Quiero Marama". Entonces fuimos y descubrimos que se sabía todas las canciones, ¡fue increíble!

–¿Podríamos decir que fue uno de los momentos más memorables de la banda?

–Re, un momento 'locazo' seguro. "¿Qué hacemos acá?", nos decíamos estando en Toledo, España, tocando para un futbolista en un castillo. Nadie entendía nada (Risas).

–¿Qué otro momento increíble recordás?

–Uff, ¡muchos!, pero tocamos en Marruecos, en un desierto, en el casamiento de Messi, en Viña del Mar que para muchos artistas es muy importante...

–Hablás del casamiento de Messi y recuerdo que Karina la Princesita contó que ella ya estaba un poco borracha cuando le tocó cantar y que por eso no se puso nerviosa. Ustedes, ¿cómo estaban?

–Estábamos bien, estábamos bien (Se tienta). Nosotros nos preparamos, porque si bien no somos tan futboleros, Lionel es una persona muy importante con la que quizás a uno le gustaría tomarse una foto, pero decidimos previamente charlarlo entre nosotros y decir "gente, prohibido todo. Vayamos, disfrutemos, cantemos, hagamos que la gente se divierta, pero actuemos con profesionalidad para preservar su privacidad". Y después pasó que él vino y dijo: " Che, ¿nos sacamos una foto?", y ¡tah!, nos la sacamos, pero por nuestro lado nos portamos bien.

De formar una familia a lidiar con las fuertes presiones del medio

Le suena el celu y su mirada se desvía a una foto multitudinaria que hace que frunza el ceño. "Es una foto que mandaron al grupo del colegio de hace ocho años, pero se ve que no estaba, ¡anda a saber qué estaba haciendo! Bah, seguramente haya estado de gira, porque yo arranqué en esto a los 20 años", reflexiona dejando el móvil al costado.

–¿Te acordás que en algún momento nos dijiste que te ibas a retirar a los 30?, tenés treinta años...

(Tira la cabeza hacia atrás) Sí, yo dije que me iba a retirar, pero pasaron muchas cosas. (Se muerde el labio). Yo creo que nunca... No sé en verdad qué tan real es retirarse, porque uno también ama lo que hace. Entonces es difícil decir "bueno, tah, me retiro". Sí es cierto que quizás en algún momento cercano de mi vida meta un freno a la intensidad con la que manejamos los shows. Si bien ya estamos más tranquilos –tocamos los fines de semana o eventualmente alguna vez por semana-, creo que ya es tiempo de descansar un poco y disfrutar de mi familia y mis amigos. También pienso en tener mi propia familia, mis hijos y demás.

–¿Qué tan cerca te ves de eso?

–Y, no tanto la verdad... pero porque para ese proceso necesito estar mucho más calmado. Yo sé que ahora si tuviera un hijo sería complicado darle tiempo, y yo quiero ser una persona que pueda disfrutar y compartir eso. Económicamente y demás lo podría hacer, pero en cuanto a tiempos no. Pasa que, quieras o no, los músicos y todo mi equipo trabajan a raíz de que yo canto, entonces no es tan fácil decir "bueno, ya está, ya no canto más nada".

–Sentís un poquito de presión.

–Y sí, un poco sí, porque somos unos veinte y hay gente que tiene hijos y demás, y yo siempre intento dar todo como para que funcionemos y a todos les vaya bien. Pero bueno, a veces me ha pasado de sobrepasarme o exigirme de más por eso y terminar perjudicándome a mí mismo.

–Bueno, mientras hacíamos las fotos que acompañan esta nota nos contaste que te bañas siempre con agua fría porque tomaste varios ejemplos de un europeo que es crack en combatir la ansiedad.

–Sí. Es que la ansiedad es de las cosas que más te complica. El estrés y la presión también. Quizás el afuera no lo ve tanto –y es entendible porque yo tampoco pretendo que la gente se ponga en mi lugar porque sé que es un poco complicado–, pero sí es cierto que a veces se torna un poco difícil. Aunque se vea fácil, aunque el jardín del vecino siempre está verde, hay cosas en las cuales mentalmente entiendo por qué artistas como Tini caen en depresión o tienen ataques de ansiedad y demás. Es normal en este mundo, porque no es mucha la gente que entiende tus problemas.

–Pero vos sí, vos sabés qué fue lo que atravesó Tini.

–Sí, y sé que fuera del ambiente nuestros problemas suenan extraños. Mucha gente no entiende que una persona que es cantante y tiene fama, dinero y todo eso quizás no es feliz. Entonces mucha gente termina matando a los cantantes que se quejan, o que no están de acuerdo con algunas cosas en la vida, y bueno, tah. Habrá que aprender.

–O habrá que tratar de ayudar a que la gente cambie esa mentalidad.

–¡Eso sería lo ideal! Uno tiene que entender que no importa el dinero que uno tenga, si sos multimillonario o lo que sea, que la felicidad viene por otro lugar. Cualquier persona puede estar mal y eso es lo que no todo el mundo puede entender, y yo quizás realmente no tuve un episodio de depresión, pero sí he tenido momentos malos. Y a veces uno no los comparte porque sabe que del otro lado lo que va a recibir es una especie de "¿De qué te quejas?, si tenés todo". Entonces tah, no te dan muchas ganas de salir a decir "Che, miren, estoy pasando por un momento difícil de mi vida".

–¿Te da miedo la reacción que pueda tener la gente?

–Sí. Hay gente que no lo va a entender y yo eso lo entendí. Entonces nada, me lo guardo o lo intervengo con mi familia y mis amigos que siempre están para darme un empujón hacia adelante.

–También debe pesar que ustedes tienen canciones bastante alegres.

–Bueno, ¡imaginate que salir al escenario triste no es una opción!, la realidad es esa. Yo he salido en momentos en los que estoy muy triste, en los que no puedo ni pilotear mi cara, y tengo que sonreír igual, porque la gente es así y es lo que te exige. Igual es cierto que el escenario cura, y que cuando uno sale al escenario se olvida de todo, pero nunca voy a estar de acuerdo con los artistas que se sobreexigen –porque yo en algún momento lo hice– a nivel de traspasar su salud para luego dar lo que todos esperan, ¿no? Como no sé, el caso de Emilia que no pasó hace mucho, que se enfermó, tuvo un problema medio grave y había mucha gente a la que no le interesaba, solamente quería que cante. Yo con eso no puedo estar de acuerdo porque soy cantante y sé que nosotros como cantantes siempre queremos salir a dar el show, ¡porque es lo que más nos gusta!, y tener una enfermedad o que nos pase algo grave como quedarte sin voz es lo peor que nos puede pasar. O sea, te tortura la cabeza no poder salir a cantar.

–No me imagino lo que debe ser cancelar un concierto con todas las entradas vendidas.

–Te tortura la cabeza. Automáticamente te enojas con vos mismo y en realidad es algo normal porque todos somos humanos, ¡y nos pasan cosas! Eso a mí me costó mucho entenderlo, pero ahora entiendo que el día que yo esté enfermo o que me pase algo grave –que ojalá que no– voy a cancelar y aún así voy a intentar estar bien conmigo mismo.

–También te pasa que arrancaste muy chico.

–Re. Y no sólo eso, sino que mi proceso fue muy rápido. Fue complicado porque mi cerebro no terminaba de entender por qué una mañana estaba en casa haciéndome una tostada tranquilo y al otro día tenía 50 o 60 personas esperándome a las 3:00 am en la puerta de un hotel para sacarse una foto. Eso tu cabeza eso no lo entiende. Y cuando no lo entendés, no sabes cómo reaccionar ni sabés qué hacer. Por eso hay mucha gente que dispara para cualquier lado. Es que entre la presión, las dudas existenciales, la gente que no te entiende, y tu familia y tus amigos que quieras o no te alejas... la cabeza llega a un momento límite en el cual no sabe qué hacer. Es muy difícil.

RX al corazón de Agustín Casanova

–A lo largo de tu carrera, ¿fue difícil mantener relaciones amorosas?

–Creo que no, pero porque yo siempre fui tranquilo, entonces nunca tuve problemas. Soy una persona muy clara y relajada, muy fiel también, y las parejas que tuve fueron las mejores. Muy buenas personas todas. De hecho, sigo teniendo relación con absolutamente todas las personas con las que salí, que no fueron muchas en realidad, pero quede muy amigo.

–Eso es clave, ¡y no es tan fácil!

–Es que no hay chances de que yo llegue a amar a alguien y que el día de mañana lo odie, por más que me haga algo en lo cual no esté de acuerdo y que me pueda lastimar. Yo sé perdonar y sé entender, por más que en ese momento me cueste, y entiendo que si amé a esa persona es porque tiene muchas cosas buenas. No elijo a cualquier persona para darle mi corazón. Soy muy selectivo.

–¿Hay un corazón entregado en este momento?

–Ahora sí. Tengo un corazón entregado (Risas), y eso costó porque me cuesta entregarme a alguien... pasa que soy bastante distante y muy mío también, pero una vez que logro entablar algo con alguien le pongo el 100% a eso.

–¿Y hace cuánto estás?, ¿qué podes contarme?

–Y... hace un tiempo, un tiempo, un par de años.

–¿¡Años!?

–Sí, pero no se sabe. Nadie sabe nada.

–¿Por qué? ¿No es incómodo para cuestiones cotidianas como salir a cenar?

–Al revés, al revés. Porque la vez que hice pública una relación...

–¿La que tuviste con Sofía González en pleno Bailando 2017?

(Ríe) ¡Esa misma! Bueno, esa fue la más caótica. O sea, sigo siendo muy amigo de Sofi y nos llevamos muy bien, ¡pero fue un caos!, porque entre que estaba el programa y se corrían rumores de todo tipo y color que eran mentiras... Es como que cuando era una relación privada todo fue fenomenal, pero se hizo pública y me terminé separando porque era tanta la invasión de la gente comentando o escribiéndole… Pasa que hay gente que, quieras o no, no entiende a veces que yo puedo tener una relación o algo, entonces se encarga de dejarle a la otra persona muchos insultos.

–Digamos que las fans te costaron caro.

–Y a veces en algunos momentos sí. Igual creo que las verdaderas fans de la banda no, porque entienden que soy una persona común y corriente, pero pasó eso y fue un caos.

–Lo tomaste como un aprendizaje.

–¡Absolutamente! Entonces ahora mis cosas las mantengo muy privadas.

–Pero algo más nos tenés que contar: ¿es de Uruguay o de Argentina?

–De Uruguay, y no tiene nada que ver con el medio. Cero. De hecho, es la primera vez que estoy con alguien que no es del medio.

–¿Estás conviviendo?

–No, todavía no, pero en algún momento se va a dar. Pasa que soy muy solitario también. Sobre todo cuando vengo de gira, que vengo muy avasallado de todo e intento mantener como una distancia con todo el mundo para poder ordenar mi cabeza, porque cuando vengo a las giras estoy con mucha gente todo el tiempo y hay un momento en que ya me empiezo a volver loco y necesito desenchufar. Hacer mis cosas, cocinar solo, tomarme una copita de vino, sentarme a jugar a la compu, hacer cosas que me hagan bien a mí pero en soledad, porque necesito la soledad.

–Es una desintoxicación de alguna manera.

–Tal cual. Y te juro que una vez que estoy dos o tres días solito soy otra persona.

–¿Y esto de pensar un año y medio de gira cómo te pega psicológicamente?

–Bien y mal a la vez. O sea, me pone alegre porque la gira me gusta mucho, pero intento llevarla como puedo, sobre todo porque pasan los años y por suerte no frena, pero es complicado. Yo, por ejemplo, a nivel personal prefiero no saber las fechas de nada, ¡que ni me digan! En este caso me dijeron lo de España, pero de ahí en adelante no me dijeron nada más porque no me gusta saber. Es como una presión extra saber que en dos meses tengo una gira de dos semanas en Perú porque yo me quedo pensando. Así que prefiero que me llame el representante y me diga "mañana nos vamos a Paraguay". ¡Por eso nunca organizo nada de mi vida personal!, ni cumpleaños ni nada. No me comprometo con nada porque no lo voy a poder cumplir. Lo mío son los planes rápidos y espontáneos. Bueno, con mi pareja también, le puedo decir: "Che, ¿nos vamos a Brasil ahora por tres días y volvemos?".

–¿Viajes largos nunca?

–Bueno, el primero largo que voy a hacer es ahora en julio, que creo que es la primera vez que pido vacaciones. Me voy a Estados Unidos con mi mamá y mi hermana, que el sueño de ellas es ir a Disney, y lo vamos a compartir. Así que muy contento. Solo diez años demoré (Risas).

–Para cerrar, ¿te sentís identificado con ese Agus que comenzó a cantar en una banda llamada Marama hace 10 años?

–Sí. Lo miro en esos tapes que nos pasan en los programas de tele y me da mucha ternura porque se le ven en la cara los sueños que quiere cumplir, se le ve muy alegre también... Hoy justo estaba viendo un video y me transmitió eso. Pensaba "qué alegre que estaba, qué contento, cómo era todo nuevo". Te diría que me siento orgulloso, que es algo que uno nunca dice de uno mismo. Generalmente somos muy exigentes con nosotros. O sea, si algo sale mal somos los primeros en putearnos, pero cuando salen bien las cosas no nos felicitamos. Y yo esa actitud la cambié, porque hay algo dentro de mí que hace que después las cosas queden lindas, que salgan bien, y yo antes no me felicitaba. Entonces a partir de ahí empecé a felicitarme y a amigarme conmigo mismo. A veces puede sonar un poco egocéntrico, pero creo que cada uno tiene que tener una relación buena con uno mismo.

–La construiste.

–Exacto. La construí porque el primero que me daba palos era yo mismo. Hasta que en un momento dije "si yo no me preocupo por mí mismo, nadie lo va a hacer". Así que a partir de ahí empecé a cambiar esa mentalidad. ¡Y lo recomiendo!

Fotos: Alejandro Carra
Video: Juan Rostirolla

Agradecemos especialmente a Matías Anastasio y a Diego Moscheni

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