La artista británica ahora esta centrada su salud y su bienestar, tras su separación de Simon Konecki tras siete años de relación. Las claves de una vida más sana motivada por la llegada de su hijo, Angelo.
El cambio físico de Adele (31) está a la vista. En dos fotos que subió el 23 de diciembre en su cuenta de Instagram aparece casi irreconocible junto al Grinch y Papá Noel. Pero, como aseguran quienes la conocen, la pérdida de peso nunca estuvo entre las prioridades de la británica. Como publica la revista People, lo que Adele quiere es estar bien. Y dentro de ese combo entra el peso.
Un allegado a la cantante asegura que, "Es fácil centrarse simplemente en su transformación física, pero el cambio tiene que ver con algo mucho más grande. Llegó a un punto en el que no se sentía bien. Sabía que tenía que cambiar algo, porque quería ser la madre más sana posible", Para eso, se centró en mantener una dieta estricta y en practicar mucho deporte, especialmente pilates y cross training.
"Todo su enfoque durante esta proceso de pérdida de peso ha sido ver cómo podía sentirse más sana y tratar mejor a su cuerpo. Nunca fue una cuestión de perder kilos, eso ocurrió porque cortó drásticamente el consumo de alcohol y está comiendo más comida real. Pero también le encanta su transformación física. Está más confiada, se viste diferente y parece más feliz en general", afirman las mismas fuentes. "Es una mujer nueva con todo su sentido del humor. Adora a sus amigos y se siente más confiada", aseguran, algo que le hizo tener muchas ganas también de lanzar y dar a conocer su nueva música, algo que ocurriría en la segunda mitad del año.
Muchos sostiene que ese cambio fue impulsado por su intención de sentirse mejor en pos del bienestar de su hijo, Angelo, de siete años.
