El pasado 18 de diciembre, Lionel Messi cumplió el sueño de su vida: coronarse campeón del mundo con la Selección Argentina luego de cinco mundiales en los que había intentado pero no lo había conseguido.
Dos días después arribó a Argentina con el resto del plantel nacional para ofrendarle la copa a las más de 5 millones de personas que salieron a las calles a festejar. Tras eso, pasó Navidad con familiares y amigos en Rosario, su ciudad natal, y en las próximas horas celebrará Año Nuevo.
Después, el próximo 2 o 3 de enero, el astro rosarino, Antonela Roccuzzo, su esposa, y sus tres hijos van a viajar rumbo a París, la capital de Francia, para retomar su vida normal parisina debido a que el capitán de la Selección Argentina juega en el Paris Saint-Germain (PSG), equipo que tiene como principal objetivo obtener la próxima edición de la UEFA Champions League.
Esta información fue confirmada por Christophe Galtier, el entrenador del PSG en esta temporada,. “Leo tuvo un Mundial muy grande. Volvió a la Argentina, decidimos que iba a estar ausente hasta el 1 de enero. Se unirá a nosotros el 2 o el 3 y luego reanudará la competencia”, declaró en conferencia de prensa hace unos días.
Para llegar en tiempo y forma, el jugador viajará en su avión privado, cuyo valor es de 15 millones de dólares aproximadamente, es apto para realizar viajes transocéanicos y puede llegar a los 940 kilómetros por hora.
Según el diario AS, de España, tiene una capacidad de 16 personas y una autonomía de 10.800 kilómetros, casi la distancia que hay entre Argentina y la Barcelona (11.087 km). Obviamente, los asientos tienen una comidad de alta gama y además posee mesones para comer, dos baños (uno con ducha) y dos cocinas.