Zaira Nara y su esposo el barón austríaco, Jakob Von Plessen, se encuentran disfrutando de unas vacaciones en familia en su hogar en San Martín de los Andes. El refugio campestre en el que se aislan de la prensa tras un año rodeados de escándalos por el Wandagate queda alejado de todo contacto de la población, rodeado de montañas, praderas de la Patagonia y una codiciada salida al lago local.
Toda la decoración de la mansión es de un estilo rústico en tonalidades de color chocolate y dejando al descubierto en muchas partes de la vivienda las paredes de ladrillo. En el living dos sillones blancos son adornados con mantas tejidas a mano y almohadones color miel. Como decoración en vez de cuadros Zaira Nara optó por comprar mantas bordadas con diferentes diseños de flores.
En un sector para sus hijos Malaika y Viggo, la modelo incluyó pequeñas silla de campo y una mesa para que puedaran divertirse leyendo y dibujando. Las ventanas de las habitaciones buscan crear un ambiente vintage, siendo pintadas con colores muy vivos y actuales pero sin dejar de presentar pequeñas imperfecciones en los trazados de sus bordes.
Uno de los lugares favoritos de Jakob Von Plessen es el establo donde posee desenas de sillas de montar, sogas y todo tipo de artefactos para el cuidado de sus caballos. Durante los últimos años Zaira Nara ha sabido acompañar la pasión de su marido por los animales e incluso aprendió a montarlos.
La cocina totalmente de madera adornada con una alfombra gris da el toque hogareño al lugar y es en el que Zaira Nara se divierte preparando las comidas saludables para toda la familia.
Toda la propiedad posee un aire de ensueño por lo que es el lugar preferido para la modelo para llevar adelante sus producciones fotográficas, en las que incluye el ambiente rústico y el amor por los caballos.