Entrevistado por Franco Torchia en No se puede vivir del amor (La Once Diez), Alejandro Fantino (49) se explayó sobre los hostigamientos que recibió por "mi supuesta homosexualidad", habló sobre la construcción de la masculinidad y aclaró los insistentes rumores que desde hace años lo vinculan con Luciano Pereyra.
"Lo que me para los pelos es la falta de libertad", reconoció el conductor, que contó lo difícil que era en San Vicente, pueblo de Santa Fe del que es oriundo, la educación sexual de los varones cuando él era chico. "Los llevaban a debutar sin su consentimiento", rememoró.
"Soy de cabeza y mente libre", se describió. Y enseguida se refirió a las violentas persecuciones a las que se enfrentó. "Una vez en la cancha tres tipos me gritaron '¡puto, puto y Luciano Pereyra!' durante 50 minutos. Terminó el partido y me recontra cagué a trompadas. Me podría haber costado la carrera", recordó.
A propósito, dio detalles sobre su sexualidad y aclaró, sin vueltas: "Nunca me sentí atraído sexualmente por un hombre. Admiro la belleza masculina y la elogio abiertamente, pero sin connotación sexual alguna".
Trabajar en el mundo del fútbol, dijo, le hizo pasar malos momentos. Como cuando "colegas me llegaron a preguntar al aire si me la comía, literal. Una cosa de locos. Yo lo podía aguantar desde lo anímico, pero hay chicos que no".
"Yo soy un tipo afectuoso. Imaginate lo que eso significa en el mundo del fútbol, todos los rumores que puede hacer correr", planteó Fantino. A propósito, respondió con sinceridad sobre los rumores que lo vincularon con Pereyra.
"Con Luciano salimos a pescar, se hizo muy amigo de mi papá, venía con sus amigos. Alguien habrá pensado que encubríamos una relación, pero yo pescaba con muchísima otra gente también", explicó el periodista. Para finalizar, incluso contó que tuvo que hablar del tema con su padre: "Le dije que si escuchaba rumores, y que si yo fuera homosexual, se lo habría dicho".