Adrián Suar y Diego Peretti estrenaron este jueves Inmaduros en el Teatro El Nacional. La comedia los unió por primera vez juntos en el teatro a sala llena y con una excelente recepción del público.
En diálogo con Nosotros a la mañana (eltrece), la dupla habló del éxito de la obra, de cómo se sienten representados por los personajes y cuál de ellos es más "inmaduro".
"Nosotros no nos encontramos en la actuación desde Poliladron y son muchos años", expresó Diego Peretti y Adrián agregó: "Yo tenía muchas ganas de trabajar con Diego. Tengo mucha química afuera y arriba del escenario. Nos llevó casi dos año pulir la obra".
Con respecto a la obra, la dupla de actores analizó: "Te vas a reír mucho. Son dos personajes de 50 años que se encuentran en esa edad que no ves el paso del tiempo combinado y que la juventud se va alejando con un contexto de paradigma diferente de relación con el otro género".
El Pollo Álvarez les preguntó cómo los trata la edad y bromearon con eso: "Yo tirando a casi 60 y él es casi 49", respondió Diego y Suar lo refutó: "No, no es así"
La obra
De qué trata la obra de Adrián Suar y Diego Peretti
Alfi (Adrián Suar) y Fideo (Diego Peretti) son amigos de toda la vida. No pueden ser más diferentes: Alfi es un publicista, separado y con un hijo al que apenas ve, que rehúye de cualquier compromiso afectivo, a excepción de Alexa..., su casa inteligente.
Fideo, en cambio, es un psiquiatra muy conservador en sus costumbres y afectos, casado hace más de 25 años con su primera novia. Una noche, poco después de separarse de su mujer, Fideo va a ver a Alfi en busca de consuelo. Alfi, para ayudarlo -a su manera, obviamente-, arma un plan para presentarle mujeres que lo alejen de la melancolía y la depresión, que Fideo acepta a regañadientes.
De este modo, cuatro mujeres reales y una virtual, a través de sus particulares percepciones de la vida y el amor, les van a hacer descubrir el lugar central que las mujeres -lo femenino- han tenido en sus vidas.
Inmaduros, además de divertida, nos interpela y nos hace pensar en las nuevas y variadas formas de relacionarnos. Sobre todo a dos personas tan diferentes como Alfi y Fideo, que siguen siendo absurdamente inmaduros. Claro que la suya es una inmadurez diferente, una inmadurez de dos hombres que han pasado los 50 y que por esas vueltas de la vida se verán sorprendidos por fuera de lo imaginable y descubrirán, al final de todo esto, la verdadera fuerza de la amistad.