Tesla entregó su primer camión eléctrico, el Semi, construido para hacer frente a viajes largos con el andar de un sedán deportivo, y con miras a revolucionar el incipiente mercado de los vehículos pesados a batería.
“Parece que vino del futuro”, dijo Elon Musk, fundador de la automotriz, mientras entregaba las llaves del Semi a los ejecutivos de PepsiCo en la planta de Tesla en Nevada.
Con su elegante diseño, el Semi ha sido muy esperado desde que Musk presentó un prototipo en 2017, aunque su producción a gran escala se retrasó más allá de la expectativa inicial de 2019. “Es una locura todo lo que ha pasado en cinco años (...) pero aquí estamos. Es real”, expresó Musk.
De esta manera, Tesla mostró su carta para competir en el mercado de los camiones eléctricos, que ya tiene a Daimler, Volvo y BYD como principales referentes. Estas firmas ya comenzaron a realizar sus entregas y tienen muchos pedidos en espera.
Los fabricantes tradicionales lo que hicieron, principalmente, fue convertir sus camiones para combustible diésel en eléctricos. El Semi de Tesla, en cambio, fue pensado para ser eléctrico desde el primer diseño.
Con un peso total de casi 37 toneladas, puede recorrer 805 kilómetros sin recargar su batería, mientras la actual gama de vehículos eléctricos ofrece una autonomía de 400 a 480 kilómetros.
El Semi de Tesla tiene “toda la potencia que se necesita para hacer el trabajo”, explicó Musk, asegurando que el vehículo “cambiará las reglas de juego” del mercado.
Tesla había indicado en 2017 que ofrecería dos versiones del Semi, una a 150.000 y otra a 180.000 dólares, pero en el evento en el que se entregó la primera unidad no se dio ninguna indicación de precio.