Si bien su diseño evoca una imagen de la era dorada del automóvil, las líneas clásicas y fluidas del nuevo RML Short Wheelbase, que está inspirado en el Ferrari 250 GT WSB, envuelven los cimientos que se han beneficiado del último desarrollo del siglo XXI y se han integrado en un GT de alto rendimiento que ofrecerá todas las comodidades, el confort y la fiabilidad que esperan los conductores modernos.
Pero para que esa afirmación sea irrefutable, primero debe probarse. La impresionante máquina azul que ves en estas imágenes es Car Zero, el banco de pruebas de RML para probar el trabajo de simulación realizado durante los últimos tres años desde la concepción del modelo.
El mes pasado, el equipo de ingeniería de RML se mudó a Bedfordshire, Reino Unido, para embarcarse en un programa de pruebas que normalmente es exclusivo de las automotrices que producen modelos a gran escala.
Durante el primer mes de pruebas, el equipo de ingeniería de RML se concentrará en validar el extenso trabajo de simulación que ya se ha llevado a cabo. La dinámica del chasis, el tren motriz y la calidad general se evalúan rigurosamente en las innumerables pistas de prueba que reproducen los extremos de la topografía que se encuentran en las carreteras de todo el mundo.
Una vez que la capacidad de conducción del automóvil ha sido comprobada en las próximas tres semanas comienza la parte más agotadora y ciertamente menos glamorosa del programa: la durabilidad.
La prueba intensiva y de nivel industrial de seis semanas replica el uso típico de tres años para un conductor de un vehículo convencional y no un automóvil más de uso recreativo como el RML Short Wheelbase.
Una visita a un túnel de viento climático es lo primero en el programa, que probará los sistemas del vehículo en extremos de frío y calor.
La conducción repetitiva, a baja velocidad y con maniobras intensas también forman parte del programa, al igual que las pruebas de torsión de la carrocería que revelan cualquier debilidad en la estructura del automóvil.
“Es un proceso que es particularmente duro para el auto, pero para nosotros poner nuestro nombre en el producto final, es esencial”, explicó Michael Mallock, director ejecutivo de RML Group.
El RML Short Wheelbase, toda una reinterpretación del clásico del constructor italiano, cuenta con un motor V12 de 5.5 litros del Ferrari 550 Maranello. Genera 485 CV de potencia y 570 Nm de par motor. El poder se envía a las ruedas traseras a través de una caja de cambios manual de seis velocidades.
Con esta mecánica el modelo es capaz de acelerar de 0 a 100 km/h en 4,4 segundos y superar los 300 km/h de velocidad punta.