Arabia Saudita planea convertirse en un país productor de vehículos eléctricos. En busca de ese objetivo se asoció con Foxconn, una multinacional taiwanesa que fabrica productos electrónicos para otras compañías y que tiene su propia línea de autos cero emisiones. La empresa conjunta se llamará Velocity.
Según Automotive News, el Fondo de Inversión Pública de Arabia Saudita, que administra alrededor de 450 mil millones de dólares en activos, será el accionista mayoritario de la nueva marca.
Mientras que el gigante taiwanés proporcionará el software, la electrónica y la arquitectura eléctrica para los nuevos vehículos eléctricos, siendo un actor minoritario dentro de la asociación.
Aunque Foxconn ya tiene sus propios vehículos eléctricos que comercializará como Foxtron –en octubre pasado lanzó los Model C y el Model E con más de 700 kilómetros de autonomía- los coches producidos por Velocity tendrán poco en común con estos ejemplares.
Para ser más precisos, esos futuros vehículos eléctricos se construirán sobre una plataforma con licencia de BMW. Esta no es la primera vez que los bávaros prestan su tecnología a otras empresas. De hecho, no hace mucho tiempo VinFast, de Vietnam, fabricó su SUV sobre una plataforma derivada del BMW X5.
La decisión del Arabia Saudita de incursionar en la industria automotriz tiene como principal objetivo diversificar su economía lejos de la explotación de los combustibles fósiles.
Por este motivo adquirió recientemente el 30% de Pagani Automobili y también tiene intereses en Lucid Motors, que acaba de poner en circulación su primer vehículo eléctrico y que instalará una fábrica de autos en suelo saudí en 2024.