La industria automotriz está repleta de historias de éxito y fracaso. Algunas marcas han logrado mantenerse en la cima durante décadas, mientras que otras han desaparecido en el olvido. En el caso de Preston Tucker, su historia es una mezcla de ambos.
Tucker fue un diseñador y empresario de automóviles estadounidense que nació en 1903. Creció en una familia de agricultores y mecánicos, y desde temprana edad mostró interés por los coches y la ingeniería.
Tras servir en el ejército durante la Segunda Guerra Mundial, Tucker regresó a Estados Unidos y fundó la Tucker Corporation en 1946. La empresa estaba basada en Chicago, Illinois, y se centraba inicialmente en el desarrollo de un nuevo tipo de coche que sería seguro, confiable y asequible.
El resultado de este esfuerzo fue el Tucker 48, también conocido como el Torpedo Tucker. El coche contaba con una serie de características innovadoras, como un motor trasero y enfriado por aire, suspensión independiente y un tablero acolchado para proteger a los conductores en caso de colisión.
El Tucker 48 fue presentado al público en 1947 y recibió mucha atención mediática. Sin embargo, la empresa tuvo problemas para conseguir financiación y la producción se detuvo después de fabricar solo 51 coches.
En 1948, Tucker y varios de sus asociados fueron acusados de fraude. Aunque Tucker finalmente fue absuelto, los cargos y la mala publicidad que rodeó a la empresa dañaron su reputación y contribuyeron a su eventual desaparición.
Algunos argumentan que Tucker fue víctima de una conspiración liderada por los grandes fabricantes de automóviles que querían evitar que el Tucker 48 fuera una amenaza para sus negocios. Otros sostienen que la caída de Tucker se debió a problemas financieros y de producción y no a un complot.
A pesar del fracaso de la Corporación Tucker, el Tucker 48 sigue siendo un coche icónico y muy coleccionable.
La historia de Tucker y su creación ha inspirado libros como "Preston Tucker y su batalla por construir el coche del mañana" de Steve Lehto. Además, en 1988, la película "Tucker: The Man and His Dream", dirigida por Francis Ford Coppola y protagonizada por Jeff Bridges, llevó la epopeya de Tucker a las pantallas de todo el mundo, consolidando su lugar en la cultura automotriz.