La variante Nordschleife del circuito alemán de Nürburgring es un lugar de ensueño para cualquier aficionado a la velocidad. Exigente como ninguno, la posibilidad de pagar para rodar en él lo ha convertido en el destino definitivo para los entusiastas de las tandas en circuito, con sus famosos Touristenfahrten (rutas turísticas). ¿Pero qué pasaría si este bucle de 20,8 kilómetros a través de las montañas de Eifel, el Infierno Verde de Jackie Stewart nada menos, fuera simplemente una extensión de su lugar de trabajo?
Hace diez años, Lars Kern empezó a trabajar para Porsche como ingeniero de pruebas. Realizaba tareas de relativa importancia durante las fases finales del desarrollo de los coches de producción. “Mi trabajo al principio eran pruebas de 0 a 100 o 200 km/h con coches de desarrollo para ver si cumplíamos nuestros objetivos”, explica Kern. “Y de dinámica de conducción, como los eslalons, el tipo de cosas que la prensa podría hacer más adelante. Porsche necesitaba a alguien que pudiera conducir a un nivel decente, pero no necesariamente un piloto de carreras. Yo también tenía que preparar los coches de prensa con todo tipo de comprobaciones de calidad antes de que salieran. Diversas cosas que alguien tiene que hacer, así fue como empecé”.
Por aquel entonces, no era raro que los medios de comunicación acudieran a Nürburgring y a Kern se le pidió que condujera los coches para asegurarse de su adecuada puesta a punto. “Cuando llegué allí por primera vez me dije: ¡Nunca podré aprenderme este circuito! Pero tuve la oportunidad de dar tantas vueltas que en algún momento alcancé un buen nivel y Porsche se dio cuenta. Y casi por accidente, empezaron a utilizarme para los récords de vuelta”.
Construido en un periodo de 18 meses, entre 1925 y 1927, el Nordschleife se encuentra cerca del pueblo de Nürburg, a 48 kilómetros al sur de Bonn. A través de la B258 que lleva a Meuspath, en ciertos días durante la primavera y el verano los visitantes pueden recorrer sus 154 curvas en su propio coche por 25 o 30 euros cada vuelta (según el día de la semana), disfrutando de la magnitud del circuito y de los increíbles desafíos que siempre plantea.
En 2010, la vuelta en el Nordschleife se había convertido en una referencia para la industria del automóvil y se le pidió a Kern que estableciera un tiempo con la primera generación del Panamera. Fue el comienzo de una larga serie que le ha llevado a marcar récords con el 911 GT2 RS y, más recientemente, con el nuevo Cayenne Turbo GT. Es una parte del trabajo que exige dedicación y tolerancia a partes iguales.
“Para ser sincero, no hay una vuelta perfecta”, dice Kern. “Siempre tendrás un pequeño fallo aquí o allá porque la pista es tan larga que nunca acertarás en todas las curvas y sabes en tu interior que lo podrías haber hecho algo mejor”. Todos los que tienen experiencia en el Ring lo saben y, por eso, en los récords de vuelta tienes que saber cuándo parar. “Siempre puedes encontrar algo de tiempo en algún sitio, pero lo perderás en otro”.
El enfoque preferido de Kern para rodar en el Nordschleife se basa en el tacto y el instinto, lo que queda patente en su sección favorita entre Hohe Act y Döttinger Höhe. “Es un tramo largo, sin rectas”, explica, “y no hay ningún momento en el que puedas pensar. Solo tienes que entregarte, darlo todo y sacar el máximo partido del coche. En las rectas, empiezas a pensar en la velocidad y en la frenada, pero siempre es mejor no hacerlo. En ese sector simplemente te dejas llevar, curva tras curva, y todo depende de tu trayectoria, de cómo entras en el viraje y cómo giras el coche. Es el instintivo, lo que realmente me gusta”.
Como cualquier trabajo, tiene sus inconvenientes, y el clima imprevisible que distingue a Nürburgring significa que Kern puede pasar días en el circuito sin llegar a conducir. “Si hay un indicio de lluvia, paramos inmediatamente porque no podemos arriesgar ni el coche ni mi integridad física. Así que a veces simplemente no entramos en pista, con la esperanza de que el tiempo mejore al día siguiente. Conozco al dedillo las habitaciones de los hoteles locales”, dice.
Pero los recuerdos que tiene Kern de Nürburgring son abrumadoramente positivos, con un momento destacado a finales del verano de 2017. “Mi recuerdo favorito del Ring es el primer récord de vuelta con el GT2 RS. Yo solo había participado un poco en el desarrollo al final y por eso Porsche Motorsport también envió a Nick Tandy a intentar el récord porque estaban seguros de que marcaría el mejor tiempo. Cada uno de nosotros hizo tres o cuatro intentos y yo fui un segundo más rápido. Nick es uno de los mejores pilotos de GT del mundo, así que no me podía creer que estuviera por encima de él. Y, por supuesto, el tiempo total de la vuelta fue 10 o 12 segundos más rápido de lo que todos esperaban, así que todo el mundo estaba eufórico al final del día. Ser el que hizo eso, un tipo normal que creció a 10 kilómetros de Weissach, fue muy especial para mí”.
Con las limitaciones de tráfico, potencia y talento, la mayoría de los visitantes del Nordschleife pueden esperar que una vuelta dure entre 12 y 15 minutos. Sin embargo, Kern había superado la marca de los siete minutos por primera vez, reduciendo el nuevo récord para coches de carretera de tracción trasera a unos increíbles 6:47,3 minutos. En junio de 2021 rebajaría otros nueve segundos con un GT2 RS con el Kit Performance de Manthey Racing.
A pesar de los evidentes atractivos de ser el especialista en vueltas rápidas de Porsche, es un papel que conlleva grandes esperanzas y expectativas de los demás. “Sí, es divertido”, dice Kern, “pero la mayor parte del tiempo la presión y la ambición de los equipos del proyecto se ciernen sobre mí, así que no puedo limitarme a disfrutar de la vuelta. Todo el mundo nos mira, se fija en nuestros tiempos por vuelta, así que lo mejor es cuando logramos el objetivo... y yo sigo de una pieza”.