Con el Pagani Huayra R, el argentino Horacio Pagani le ha dado una nueva vida a su hiperdeportivo. Es que su última creación es tan extrema que solo puede ser utilizada en circuitos y no en la vía pública.
Mientras otros fabricantes de deportivos apuestan a los sistemas híbridos o incluso eléctricos, Pagani Automobili dotó al Huayra R de un motor V12 de 6 litros de aspiración natural desarrollado desde cero por la empresa alemana HWA AG.
El impulsor, de 198 kilos de peso, eroga con 850 CV a 8.250 rpm y un par máximo de 750 Nm entre 5.500 y 8.300 rpm. Sí, estamos hablando del Pagani más potente de toda la historia.
El V12 está acoplado a una transmisión secuencial de seis velocidades que pesa 80 kilos y está conformada por un embrague de competición de tres discos de metal sinterizado también creado por HWA AG. Este sistema hace se reduzcan los tiempos en los cambios y mejora la eficiencia en fricción hasta un 95%.
El chasis del Huayra R es un monocasco de carbono y titanio junto a otros componentes de cromo molibdeno. La aerodinámica está llevada al máximo con un equilibrio casi perfecto: 46% en la parte delantera y 54% en la trasera.
Pagani afirma que el Huayra, que en total pesa 1.050 kg, es capaz de producir 1.000 kg de carga a 320 km/h mediante el uso de una parte inferior plana, un difusor agresivo y su gran alerón trasero.
Por sus características tiene una estructura tubular en su interior para aumentar su seguridad, butacas de competición con arneses de seis puntos y recubiertos en material Nomex (retarda la acción del fuego). También cuenta con un sistema de extinción de incendios automático en el interior, protecciones laterales para la cabeza en el respaldo del asiento y volante de extracción rápida.
El Huayra R fue equipado con una suspensión independiente de doble horquilla con muelles helicoidales y amortiguadores electrónicos activos, frenos Brembo con discos carbocerámicos de 410 milímetros adelante y 390 mm atrás.
Este Pagani es tan exclusivo que solo se fabricarán 30 unidades que tendrán un valor de 2.6 millones de euros, unos 800.000 más que el Huayra de calle.