La Administración Nacional de Seguridad del Tráfico en Carreteras (NHTSA) de Estados Unidos ha dictaminado que Tesla deberá realizar una llamada a revisión de más de dos millones de vehículos. La razón detrás de esta medida es la preocupación por el mal uso del sistema Autopilot, que ha sido vinculado a casi 1.000 accidentes en los últimos años.
En respuesta, Tesla se ve obligada a realizar una actualización del software que afectará a modelos como el Tesla Model 3, Tesla Model S, Tesla Model X y Tesla Model Y, comercializados en el mercado estadounidense entre 2012 y 2023.
La NHTSA ha investigado a fondo los accidentes relacionados con el piloto automático de Tesla, concluyendo que la tecnología podría no estar haciendo lo suficiente para prevenir situaciones de riesgo. Ante esta situación, Tesla no tiene más opción que someter a revisión todos los vehículos afectados y realizar una actualización del sistema Autopilot.
La actualización del software Autopilot se llevará a cabo de manera inalámbrica. La versión 2023.44.30 se presenta como crucial para corregir las deficiencias señaladas por la NHTSA, promoviendo una conducción más segura y responsable.
La actualización incluirá alertas más proactivas al conductor, recordándole la importancia de mantener las manos en el volante incluso cuando Autosteer o la dirección automática estén activadas. La activación y desactivación de estas funciones deberá simplificarse, y el software será capaz de suspender la asistencia si detecta un uso irresponsable repetido.
La NHTSA exige que la tecnología Autopilot de Tesla se adapte a estándares más rigurosos. La compañía de Elon Musk inicialmente mostró desacuerdo, pero finalmente accedió a cumplir con la llamada a revisión. La administración supervisará de cerca el proceso para garantizar que se sigan todos los acuerdos establecidos.