El ultra exclusivo McLaren Sabre es el mejor ejemplo de lo que se puede lograr a través del programa de Operaciones Especiales de McLaren (MSO, por sus siglas en inglés) con el que la firma británica personaliza y lleva al extremo a sus deportivos.
Los proyectos de MSO comienzan con una hoja de papel en blanco y, a partir de ahí, en estrecha colaboración con el propietario, comienza un viaje que conduce a la realización de una visión extraordinaria.
El Sabre está basado en el McLaren Senna, aunque el 70% de sus componentes son únicos. MSO ha producido solamente 15 de estos vehículos y cada uno de ellos distintos entre sí debido al alto grado de personalización. A eso se suma que es el vehículo no híbrido más potente hasta la fecha que ha creado la compañía.
Todos los McLaren Sabre comparten la misma mecánica: un motor V8 biturbo de 4.0 litros de cilindrada que desarrolla 824 CV de potencia y 800 Nm de par motor. La velocidad máxima es de 350 km/h.
Debido a que está concebido para disfrutar de la velocidad al máximo, el McLaren Sabre cuenta con difusores de aire traseros activos que limitan la resistencia en las rectas mientras entran en modo de carga aerodinámica al frenar.
Además, la suspensión es más flexible de lo que normalmente se encuentra en los superdeportivos de la serie Ultimate de McLaren, una decisión intencional que coincide con la prioridad de uso en carretera que tiene el hiperdeportivo.
Cada uno de los 15 hipercoches se fabricó individualmente a mano en una instalación especial en Woking, Reino Unido, y cada propietario participó en una sesión personalizada de especificaciones para ayudar a garantizar que el automóvil terminado coincidiera exactamente con su visión personalizada.
Obviamente, todo esto tiene su precio: unos cuatro millones de dólares.