En el corazón del Sueño Americano, rugen los motores de una leyenda. Desde su fundación el 28 de agosto de 1903, Harley-Davidson ha sido más que una marca de motocicletas; es todo un símbolo de libertad, rebeldía y cultura.
La historia de la compañía comienza en un cobertizo de 15 metros cuadrados en Milwaukee, Wisconsin, donde William S. Harley y Arthur Davidson se empeñaron en construir una motocicleta. La llegada de los otros dos hermanos Davidson, William y Walter, le dio forma definitiva a la empresa que se llamó, muy atinadamente, Harley-Davidson Motor Company.
Con más voluntad que recursos, crearon una máquina con un motor de 116 cc que, si bien era rudimentaria, marcó el inicio de una leyenda. No fue una tarea fácil; el camino estuvo lleno de baches y dudas, pero la pasión por la velocidad y la mecánica empujó a estos pioneros a seguir adelante.
Casi un año después de la fundación, el 8 de septiembre de 1904, la primer Harley-Davidson se estrenó oficialmente en una competencia en el parque Fair. El debut fue excelente: Edward Hildebrand llegó cuarto y desató la alegría de los noveles e inquietos empresarios.
En 1905 la primera motocicleta en serie de Harley-Davidson salió al mercado, y dos años después, la empresa ya contaba con una sede en Chestnut Street, un símbolo de que lo imposible solo tarda un poco más. El gran salto lo dieron en 1909 cuandointrodujeron el motor V-Twin, una bestia de dos cilindros que se convirtió en el sello distintivo de la marca por ese sonido inconfundible que transmitía libertad.
Harley-Davidson fue una de las tantas empresas que sacó provecho de la Primera Guerra Mundial. A través de un convenio con el ejército estadounidense produjo 15.000 unidades. Tras el conflicto, y en menos de dos décadas, se afianzó como la compañía más exitosa del mundo teniendo presencia en 67 países.
Ese éxito le permitió superar la Gran Depresión, algo que pocos contemporáneos lograron; mientras que la Segunda Guerra Mundial fue otro gran negocio para la firma, que volvió a conseguir otro contrato para proveer de sus motos al ejército.
Con la paz de nuevo en el planeta, muchos de los ex combatientes estadounidenses se quedaron con las Harley que habían usado en el campo de batalla y las adaptaron para cruzar de punta a punta el país. Le sacaron los guardabarros y otros elementos para hacerlas más livianas. Al despojarla de todo el chaperio el aspecto cambió radicalmente y así nacieron las motos chopperas.
Artistas como Elvis Presley y James Dean convierten estas máquinas en el símbolo de su generación. Y Hollywood no perdió la oportunidad de contar su punto de vista de esta moda. Inmediatamente asoció a esas motos -y a la propia marca Harley-Davidson en particular- con pandillas de motociclistas como los temibles Hells Angels. La serie de películas que se realizaron entre 1950 y 1970 afectaron la reputación de la empresa en un momento de expansión.
En 1969 la fabrica fue adquirida por la American Machine and Foundry (AMF), que se encargo de incrementar la capacidad de producción abriendo nuevas plantas, pero bajando la calidad de construcción. Eso fue bien aprovechado por las marcas japonesas que rápidamente se convirtieron en referentes del mercado estadounidense por tener productos más confiables y económicos.
Recién en la década de 1980, ahora con un nuevo grupo inversor integrado por 13 ejecutivos de la anterior gestión, Harley-Davidson se recuperó de tantos vaivenes y volvió a consolidarse como el referente indiscutido de las dos ruedas.
Hoy, Harley-Davidson sigue siendo un titán de las motos, pero enfrenta nuevos desafíos en la era de la electrificación. La LiveWire, su primer modelo eléctrico, marca un nuevo capítulo en la historia de la marca. Con 105 caballos de fuerza y una autonomía de hasta 235 kilómetros, la LiveWire es una clara señal de que Harley-Davidson está dispuesta a adaptarse y evolucionar.
Además, la compañía está explorando nuevas formas de movilidad urbana con su línea de bicicletas eléctricas, Serial 1. Este movimiento hacia la sostenibilidad es una apuesta audaz en un mundo donde la tecnología avanza a pasos agigantados y las demandas de los consumidores cambian rápidamente.
La historia de Harley-Davidson es un testimonio de la resistencia y la evolución. Desde los humildes comienzos en un cobertizo de Milwaukee hasta la exploración de la electrificación, la marca ha recorrido un largo camino. Y mientras el mundo cambia, una cosa es segura: el rugido de una Harley-Davidson siempre será un canto de libertad en el horizonte de la carretera.
