Conducir un vehículo con las luces correctamente reguladas es crucial para tu seguridad y la de los demás en la carretera. Las luces mal ajustadas pueden deslumbrar a otros conductores o reducir tu visibilidad, especialmente en carreteras oscuras o mal iluminadas.
Es esencial revisar las luces de tu coche al menos una vez al año, o incluso con más frecuencia si conduces frecuentemente en carreteras irregulares. Alinear y regular las luces implica ajustar su posición e intensidad.
La mayoría de los vehículos están equipados con un mando o ruedecilla para este propósito, ubicados junto al volante. Estos mandos tienen valores del 0 al 5, indicando la intensidad lumínica. Seleccionar el valor adecuado según la carga del vehículo es vital para una iluminación óptima.
En ciertas situaciones, como reemplazar faros o bombillas, o después de un accidente, puede ser necesario ajustar las luces de forma manual. Aquí te dejamos un proceso paso a paso para hacerlo:
- Coloca el mando en la posición 0.
- Abre el capó y localiza los tornillos de regulación en la parte posterior de los faros.
- Utiliza un destornillador para ajustar la altura y orientación de los faros.
- Para ajustar la altura, girar de izquierda a derecha generalmente eleva las luces, mientras que hacerlo de derecha a izquierda las baja.
- Utiliza marcas previas en la pared para alinear correctamente los faros. Cubrir un faro mientras ajustas el otro puede aumentar la precisión.
Mantener las luces de tu coche debidamente alineadas y reguladas es esencial para tu seguridad y la de los demás en la carretera. Con un mantenimiento regular y la capacidad de realizar ajustes simples, puedes asegurarte de que tus luces estén siempre en óptimas condiciones.